España tiene una larga tradición de invisibilzar a algunos de sus artistas más populares. Primero fue el circuito de casetes de gasolinera, luego el menosprecio a la canción sentimental y últimamente las burlas hacia el llamado 'flamenquito'. Parece que la música que escucha la gente ‘normal’ -quienes no aspiran a ser modernos ni ‘cool’- tuviera menos importancia.
A pesar de su enorme popularidad, este fenómeno también afecta a Niña Pastori. ¿Sabían que su último disco, ‘Bajo tus alas’, entró directamente al número uno de las listas de ventas? ¿Que llena con facilidad recintos inaccesibles a la mayoría de artistas, como su último paso por el Botánico de Madrid? ¿Que el público de sus recitales tiene un nivel de entrega comparable a los de Rosalía?
Casi todo le funciona: desde la canción que da título al nuevo disco hasta una preciosa ‘medley’ de éxitos antiguos, pasando por la versión de Alejandro Sanz
Los motivos para esta discriminación pueden ser muchos, desde que una cantante femenina interesa menos a los medios y anunciantes cuando cumple los cuarenta años hasta nuestro habitual desdén por la música de las clases populares, que al final son las canciones que mejor aguantan el paso del tiempo.
Encanto clásico
¿Qué ofrece Pastori, en el plano musical? Diría que lo de siempre. Su repertorio rebosa de canciones bonitas, cálidas y cercanas, sobre conflictos sentimentales cotidianos. Ocurre que “lo de siempre” es lo que tiene más mérito artístico. Después de tantos años de baladas, bulerías y flamenco pop, aportar algo al oyente es cada vez más difícil. A ella casi todo le funciona: desde la canción que da título al nuevo disco hasta una preciosa ‘medley’ de éxitos antiguos, pasando por la versión de 'Cuando nadie me ve', uno de los exitazos de Alejandro Sanz. Himnos clásicos como 'Amor de San Juan', 'Puede ser' y 'Válgame Dios' suenan tan bonitos y contagiosos como recién editados.
También es importante la cercanía. Las estrellas pop actuales son una especie de supermujeres perfectas, desbordantes de energía, que cambian de estilismo tres veces en cada videoclip. Pastori propone todo lo contrario: es la amiga con quien te gusta compartir confidencias.
Honestidad y bulerías
Hubo un momento crucial en el último concierto de Laura Pausini en Madrid donde la estrella italiana paró la música y se puso a contarnos que ella estaba segura de que el secreto de su éxito radicaba en que el público sabía que todo lo que cantaba lo había sentido de verdad. Exactamente lo mismo se puede decir de Pastori. Que no es poco.
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¿Otra prueba de su carácter? El recital se cierra con un fin de fiesta por bulería, donde Pastori se pone a hacer coros y palmas mientras entrega el protagonismo su telonera, Rosario ‘La Tremendita’. Fue todo un detalle, ya que cuando ale tocó actuar estaba el recinto vacío, con un sol abrasador y el escaso público situándose. Sin arrugarse nunca, 'La Tremendita' estuvo desbordante de energía, derrochando voz y autoridad con el bajo, respaldada solo con una batería. Incluso ‘amenazó’ con bajar a la pista y obligar a los presentes a acercarse a las primeras filas. No cabe duda de que, tarde o temprano, destacará en el panorama flamenco, al que aporta una potencia y una frescura notables. Denle una oportunidad.
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