El largometraje Nomadland partía como la película favorita de la 93º edición de los premios Oscar, que se han celebrado este domingo en Los Ángeles, y el resultado no ha decepcionado a nadie ni tampoco ha dado ninguna sorpresa, especialmente después de acaparar todos los galardones en la temporada de premios. La película de Chloé Zhao, un recorrido por la memoria, la decepción y la desilusión a través de las entrañas de Estados Unidos ha sido la gran triunfadora de la ceremonia más importante del cine con los galardones a mejor película y mejor dirección, así como la estatuilla para su actriz protagonista, Frances McDormand.
Chloé Zhao ha hecho historia por partida doble. Por un lado, se ha convertido en la segunda mujer en los 93 años de historia de los Oscar que ha recogido un Oscar en reconocimiento a su trabajo como directora, después de que Kathryn Bigelow rompiera el techo de cristal en 2009 con En tierra hostil. Asimismo, se ha convertido en la tercera cineasta asiática en conseguirlo, por detrás de Ang Lee (La vida de Pi, 2012) y Bong Joon-ho (Parásitos, 2019).
"He encontrado bondad en todas partes. Esto es para quien tiene la fe y el coraje de aferrarse a la bondad de los otros, da igual las dificultades a las que enfrente", ha señalado la cineasta tras recoger su Oscar a la mejor dirección.
La película Mank era la más nominada de la velada y aspiraba a un total de diez estatuillas, de las cuales solo ha conseguido dos: mejor fotografía y mejor diseño de producción. Como curiosidad, cabe destacar que la cinta en blanco y negro que aborda el proceso creativo de Ciudadano Kane (1946) solo ha conseguido un Oscar más que la ópera prima de Orson Welles, que aspiró en su día a un total de nueve galardones y solo recibió uno.
Además, entre las películas que se han ido de vacío se encuentran El juicio de los 7 de Chicago, Borat 2 o Una noche en Miami, y también sabe a poco el Oscar al mejor guion original que ha ganado la sobresaliente Una joven prometedora, dirigida y escrita por la debutante Emerald Fennell, a quien el público mayoritario conoce por encarnar a Camilla Parker Bowles en The Crown.
McDormand ha sumado un tercer Oscar a su carrera, después de las estatuillas que obtuvo por Fargo (1996) y Tres anuncios a las afueras (2017), mientras que Anthony Hopkins se ha alzado con su segundo Oscar por su papel en El padre"
En el apartado interpretativo las quinielas eran diversas y el resultado toda una incógnita, ya que había varios favoritos. Finalmente, McDormand ha sumado un tercer Oscar a su carrera, después de la estatuilla que obtuvo por Fargo (1996) y Tres anuncios a las afueras (2017), mientras que Anthony Hopkins se ha alzado con su segundo Oscar por su papel en El padre, película que ha obtenido también el premio a mejor guion adaptado.
Por su parte, la actriz coreana Yuh-Jung Youn (Minari) ha sido premiada con el Oscar a mejor actriz secundaria -galardón que ha entregado Brad Pitt, productor de la película-, mientras que Daniel Kaluuya ha sido reconocido con la estatuilla a mejor actor secundario por su trabajo en Judas y el mesías negro, premio por el que también competía su compañero de reparto Lakeith Stanfield.
Otro Oscar para España
El agente topo, la cinta con participación española que aspiraba al Oscar al mejor documental, no ha logrado imponerse a Lo que el pulpo me enseñó. Sin embargo, el maquillador cántabro asentado en Los Angeles Sergio López-Rivera ha sido ganador del Oscar al mejor maquillaje por su trabajo en La madre del blues, premio que ha compartido con sus compañeras Mia Neal y Jamila Wilson. De esta forma, se ha convertido en el 15º español que obtiene un Oscar en la historia de estos premios.
Precisamente, su compañera de nominación Mia Neal ha protagonizado unos de los discursos más reivindicativos de la noche. "Gracias a nuestros antecesores que no tiraron la toalla, que siguieron luchando. Aquí estamos rompiendo techo de cristal, abriendo un futuro mejor. Porque tenemos negros, mujeres trans, mujeres indígenas y sé que un día no será extraño sino que será lo normal", ha dicho al recoger la estatuilla.
Por su parte, el danés Thomas Vinterberg, cofundador del movimiento Dogma 95, ha encarnado el momento más emotivo de la ceremonia al recoger el Oscar a la mejor película extranjera por Otra ronda. Según ha señalado, buscaba una película que "celebrara la vida", a pesar del fallecimiento en accidente de coche de su hija, Ida, a los 19 años, pocos días antes del rodaje. "Eres parte de este milagro, este premio es para ti", ha dicho emocionado.
Una ceremonia fría, solemne y tediosa
Los premios Oscar 2021 han sido los primeros premios de la nueva normalidad en el mundo del cine y a priori buscaban romper con la distancia física que se impuso en galas telemáticas como los Globos de Oro, los Bafta o los premios Goya. Sin embargo, la solemnidad y la intimidad han sido excesivas y el resultado ha sido una gala demasiado solemne y sobria que, a pesar de repetidas intenciones, no han conseguido ni un ápice de emotividad.
Cuesta imaginar lo que Steven Soderbergh, productor de la gala, -director de películas como Sexo, mentiras y video o Traffic- tenía en la cabeza para esta gala, la primera que se ha celebrado cien por cien en formato físico -aunque, eso sí, con restricción de aforo, ya que solo podían estar al mismo tiempo alrededor de 140 personas- y la primera también sin mascarillas.
A pesar de todos los intentos, el resultado ha sido por momentos tedioso, sin ni siquiera un respiro musical, ya que todas las actuaciones se han realizado en un espacio previo a la gala. Esta ceremonia ha quedado sin duda muy lejos del espectáculo televisivo que acostumbra a ver al audiencia.
Lo más divertido de la noche se reduce al comentario de Daniel Kaluuya al recoger su Oscar por su papel en Judas y el mesías negro cuando señaló: "Mis padres tuvieron sexo y por eso estoy aquí". Pero también al "perreo" que se marcó la veterana actriz Glenn Close al perder, una vez más, la ocasión de sostener la preciada estatuilla"
Lo cierto es que la organización huyó desde el primer momento de una ceremonia por videoconferencia. Sin embargo, si uno piensa en los Globos de Oro, recordará que la posibilidad de ver, por ejemplo, a Jodie Foster recibir el galardón en pijama en su salón, el tequila con el que brindó Aaron Sorkin rodeado de su familia o la camisa hawaiana de Bill Murray funcionó como una forma de romper la barrera las formalidades y dar cierto dinamismo a unos premios que se presentaban aburridos. En el caso de los Goya, la idiosincrasia española acentuó la alegría y la espontaneidad y ver el interior de los hogares y las familias fue un acierto.
Lo más divertido o ameno de la noche se reduce al comentario de Daniel Kaluuya al recoger su Oscar por su papel en Judas y el mesías negro cuando señaló: "Mis padres tuvieron sexo y por eso estoy aquí". Pero también al "perreo" que se marcó la veterana actriz Glenn Close al perder, una vez más, la ocasión de sostener la preciada estatuilla. Y ya van ocho nominaciones sin premio.
Tal y como algunos bromeaban por las redes al final de la gala, si se tiene en cuenta la trayectoria cinematográfica de Soderbergh en los últimos años, no es de extrañar que el resultado de esta gala haya sido tan triste y deslucido. Esta puede ser una buena oportunidad para hacer un ejercicio de amor propio y recordar lo buena que fue la pasada gala de los Goya. Con mascarilla, en la distancia y sin aplausos, pero con mucho mérito.
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