La llegada a los cines en 2014 de Ocho apellidos vascos logró algo que hacía tiempo que buscaba el cine español: reconciliar a una parte del público que desde hace años evitaba toparse con películas rodadas en el país y eliminar casi por completo esa desafección que para algunos tiene su origen en el famoso "no a la guerra" de los premios Goya de 2003. Aquella película dirigida por Emilio Martínez-Lázaro marcó un récord con más de 10 millones de espectadores y más de 77 millones de euros de recaudación.
Aquello no fue un espejismo y la continuación de aquella primera entrega, Ocho apellidos catalanes, no alcanzó el mismo éxito pero tampoco se quedó corta al sumar 9,5 millones de espectadores y 56 millones de euros en la taquilla. Con estas cifras, todos los periodistas preguntaban al equipo de la película siempre que tenían ocasión si había margen para una tercera, cuarta o, por qué no, quinta entrega. Sin duda, aquella saga se había convertido en la gallina de los huevos de oro. Sin embargo, ni el director ni los actores protagonistas ni los de reparto parecían estar por la labor.
La sorpresa llegó hace unos meses cuando la distribuidora Universal anunció en enero de este año el regreso a los cines en diciembre de "la saga de mayor éxito de la historia del cine español", que sin duda es el mejor reclamo publicitario al que se puede recurrir en una promoción cinematográfica.
Ocho apellidos marroquís estaba llamada a ser el nuevo taquillazo. El problema era que el equipo técnico y el artístico eran diferentes, y no solo el director había cambiado, sino que los actores ya no eran los mismos. Ni rastro de la pareja protagonista, interpretada por Dani Rovira y Clara Lago, ni tampoco de Karra Elejalde y Carmen Machi, para muchos el verdadero punto fuerte de aquella ficción.
La distribuidora envió un comunicado durante la fase de rodaje con el título elegido para esta comedia: 'Casi familia'
La nueva entrega de la saga tenía otros planes y una trama diferente. De hecho, la distribuidora envió un comunicado durante la fase de rodaje con las primeras imágenes, y se comunicó también quienes formaban parte del equipo de guion: Diego San José (autor junto a Borja Cobeaga de las dos primeras partes de la saga Ocho apellidos), Borja Echevarría y Daniel Castro. En aquel momento -junio de 2022-, el título elegido para esta comedia era Casi familia. Ni rastro de los ocho apellidos. ¿Entonces?
La película era, por tanto, una comedia también producida por Telecinco Cinema, LAZONA y Toto Films AIE que, en todo caso, tan solo recogía el espíritu de choque cultural de las dos anteriores y que en esta ocasión seguía la pista a unos "personajes conservadores y mojigatos se tienen que enfrentar a una cultura que desconocen y de la que solo tienen prejuicios infundados", tal y como señaló entonces su director en las notas promocionales del rodaje.
Ocho apellidos marroquís, ¿heredera?
Ahora, en las entrevistas previas al estreno el pasado viernes 1 de diciembre, el director de Ocho apellidos marroquís, Álvaro Fernández Armero, así como los actores protagonistas -Julián López, Michelle Jenner y Elena Irureta- han tenido que justificar esta extraña decisión, que más que una estrategia de marketing es una trampa para llevar al espectador al cine a ver algo que se parece muy poco a lo que vio en las dos primeras partes de la saga.
"No hay una intención de continuidad. Lo que sigue es el universo que creó la saga, que consiste en comedia sobre choques culturales, una historia de amor que implica una redención y un trasfondo un poco político. Esta película tiene esos tres ingredientes porque de hecho es heredera de la saga", argumentó en declaraciones a Vozpópuli el director.
Preguntado por las vueltas que dio este proyecto, Fernández Armero explicó en una entrevista a la agencia Efe que desde el principio la idea era hacer una tercera entrega de la saga, pero el elenco original no quiso participar y los productores decidieron cambiar el título, aunque más tarde vieron que cumplía con los requisitos para formar parte del universo de Ocho apellidos. A ello se sumó el abandono del proyecto por parte de dos de los guionistas, Diego San José y Borja Echevarría.
A pesar de todas las idas y venidas del título de Ocho apellidos marroquís, unas cuestiones que probablemente al espectador le importan bien poco, la cinta ha logrado el segundo mejor dato de estreno del cine español de 2023, con 1,68 millones de euros y más de 230.000 espectadores, solo superada por la segunda parte de Campeones, Campeonex, de Javier Fesser.
Pero el espectador no es tonto, y pronto se dará cuenta de que bautizar así a esta película ha sido solo un truco, un engaño y una trampa. Incluso pensará que quizás con otro título menos ambicioso y osado que Ocho apellidos marroquís, la cinta podría haber entrado mejor. Al fin y al cabo, Julián López es uno de los mejores actores cómicos en la actualidad, que consigue hacer reír incluso cuando las bromas no tienen demasiada gracia, como es el caso.
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