El 23 de abril de 1616 fallecieron, casualmente, Cervantes, el Inca Garcilaso de la Vega y Shakespeare. Por este motivo desde 1988 la UNESCO estableció este día como el Día del Libro. Pero, ¿es verdad esta coincidencia que nos han contado?
Pues no del todo, porque Inca Garcilaso sí que falleció ese día, pero Cervantes murió en realidad el 22 de abril y el 23 abril fue su entierro, según el calendario Gregoriano (llamado así porque fue el Papa Gregorio XIII quien lo promovió, para arreglar un desfase anual de 11 minutos y 14 segundos de más). Tampoco William Shakespeare falleció ese día, lo hizo el 3 de mayo de 1616 según el calendario gregoriano, pero como en Inglaterra usaban todavía el calendario juliano (instaurado Julio César en el año 46 a. C.) tomaron la fecha según ese calendario, que era el 23 de abril. Digamos por tanto que la “casualidad” está “maquillada” o “tuneada” para buscar una fecha para el Día del Libro.
Sea el 23 de abril, el 1 de enero o el día de San Fermín, cualquier motivo, con buena intención, es bienvenido para el fomento de la lectura. Para conocer mejor la vida de uno de estos ilustres, os proponemos una ruta por el barrio madrileño de las letras, donde hablaremos de cinco sitios históricos relacionados con la vida de Cervantes.
Imprenta del Quijote
Visitaremos la Imprenta de la Primera Edición del Quijote, la Iglesia de San Sebastián, la Calle Huertas 18, la Calle Cervantes 2 y el Convento de las Trinitarias. La ruta es breve y se puede hacer en familia. Entre los diferentes edificios no hay más de 1 km de distancia, y algunos se pueden su interior.
Empecemos subiendo la calle Atocha, allí encontraremos la Imprenta de la primera edición del Quijote. El 16 de enero de 1605 Cervantes recibe la primera edición de su gran obra de la imprenta de Juan de la Cuesta en la Calle de Atocha 87. Fue una edición muy pobre, impresa muy rápido para evitar la piratería y ahorrar costes. Por eso tuvo cientos de erratas, incluso en la portada, fallos de maquetación y un tamaño más pequeño de lo normal para una novela de caballería.
Si continuamos subiendo la calle Atocha llegaremos a la Iglesia de San Sebastián. Esta iglesia es la que frecuentó después de su acercamiento final a la Iglesia Católica. Está en la calle Atocha 39. Como curiosidad te cuento que en la misma iglesia estuvieron enterrados los restos de Lope de Vega. Están los restos del arquitecto del museo del Prado, Juan de Villanueva y del arquitecto que es, entre otras cosas, el de la Fuente de Cibeles, Ventura Rodríguez.
Vivienda de Cervantes
Al salir, a mano derecha, tomamos la calle del mismo nombre de la iglesia y, llegamos a Huertas. En el número 18 está el edificio de “Casa Alberto”, donde vivió Cervantes entre 1612 y 1615. Él la describe como “humilde choza” y como “antigua y lóbrega”. Estos años tuvo entre manos las Novelas Ejemplares, El viaje del Parnaso y la segunda parte de El Quijote.
Bajando hasta la calle del León y girando a la izquierda llegaremos al cruce con la calle Cervantes, y en el número 2 está la casa donde vivió y murió el mismo. En el libro de difuntos de su parroquia, la ya comentada Iglesia de San Sebastián, se cuenta que Cervantes falleció el 22 de abril. Nos cuenta que murió en la casa donde vivía en la calle del León (ahora ha cambiado a Cervantes) y que uno de los sacerdotes de la iglesia de San Sebastián, Francisco López, acudió allí para administrar los Santos Sacramentos, es decir, la Comunión (llamado viático en los momentos previos a la muerte) y la Unción de Enfermos (antigua extremaunción).
Convento donde fue enterrado
Si continúas caminando por la calle de nuestro ilustre escritor llegas a la calle Quevedo, al torcer a la derecha llegarás al convento donde está enterrado. ¿Por qué fue sepultado en el Convento de las Trinitarias? Porque esta orden religiosa salvó a Miguel y a su hermano Diego, ya que fueron secuestrados por piratas berberiscos cuando navegaban por el Mediterráneo. La familia de Cervantes no tuvo dinero suficiente para pagar el rescate, y fue esta orden la que pagó. Desde entonces Cervantes tuvo una deuda con este convento. En esta misma iglesia están enterrados, además de Cervantes, su mujer, Catalina de Salazar, y la hija de Lope de Vega, sor Marcela de San Félix.
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