El 2016 fue un año amargo para Pedro Almodóvar. Mientras Estados Unidos se colocaba a sus pies, y la Universidad de Oxford le concedía un doctorado honoris causa, en España lo despedazaban por Los Papeles de Panamá, la información filtrada a la prensa según la cual el cineasta y su hermano Agustín Almodóvar mantuvieron parte de su dinero en un paraíso fiscal. El asunto prácticamente boicoteó el estreno de Julieta.
Tres años más tarde, el manchego es aclamado en América por su película Dolor y gloria, un largometraje que conquistó a los críticos a su paso por la pasada edición del Festival de Cannes, donde Antonio Banderas se llevó el premio a mejor actor, y pocos meses después se convirtió en la representante española para la categoría de película extranjera en los premios de Hollywood. A las puertas de los Globos de oro, Almodóvar resurge de sus cenizas.
Dolor y gloria fue elegida como la mejor película de 2019 por la revista Time. La cinta se ha impuesto en esta lista a los nuevos filmes de Martin Scorsese, El irlandés y de Quentin Tarantino, Érase una vez en... Hollywood, que completan los tres primeros puestos de la clasificación elaborada por la crítica Stephanie Zacharek. "Dolor y gloria puede ser la película más resplandeciente y conmovedora de Almodóvar, una paleta de colores vibrantes y emociones aún más intensas, y un himno a esa fuerza misteriosa sea lo que sea que nos mantiene en marcha durante días, meses o años antes de que nuestros cuerpos nos traicionen", afirmaba la crítica.
Annus horribilis
Hace tres años, aquejado por la sordera y una creciente fotofobia que lo obligaba a recluirse en casa, Pedro Almodóvar concedió una entrevista al diario británico The Guardian. "En los últimos tres años, he sufrido dolor físico y una gran soledad", aseguró. El clima de los últimos cuatro años en España había sido de enorme infelicidad, insistía el director. No le faltaba razón. No sólo por la crisis económica que impedía al sector condiciones de rodaje, sino por una creciente y cada ve más marcada acritud hacia su figura.
Cuando se estrenó Julieta, un drama basado en una obra de Alice Munro y con el que Pedro Almodóvar repitió en la carrera por los Oscar en representación de España, en su fin de semana de estreno en España la película recaudó 585.989 euros, veinte veces menos de lo que consiguió en 2006 con Volver, que sobrepasó los diez millones de euros. Un mes después, Julieta se estrenó en Francia con un resultado de taquilla de 1,2 millones de euros. En la segunda semana de cartelera en Italia, la misma película alcanzó 1,5 millones.
En el caso de Dolor y gloria, la primera semana en taquilla en Francia recaudó 4.4M€ gracias a 727.000 espectadores. En España acumuló apenas 2.76 millones de euros, menos de la mitad. ¿Entienden más los franceses al director que en su propio país? Parece que con Pedro Almodóvar se cumple aquella frase de ‘nadie es profeta en su tierra’. Para muestra un botón: hace tres años un grupo de personas recogieron firmas en Change.org para que su película no representara a España en los Oscar.
¿Fin del romance?
El escándalo de los 'Papeles de Panamá' no sentó bien a nadie. Ni a los hermanos Almodóvar ni a la opinión pública, que encontró inmoral el hecho de que unas de las voces autorizadas de la cultura en España, crítico feroz de las prácticas políticas del PP, tuviera una sociedad offshore, vamos, que dejaran su dinero en un paraíso fiscal. El tema se convirtió en arma arrojadiza. Una navaja afilada para arremeter, a gusto. Willy Toledo fue uno de los primeros, al asegurar que a Pedro Almodóvar "nadie le chista". Las declaraciones, aunque algo contradictorias, de amistosas no tenían nada. ¿Qué ocurre? ¿Cuál es el motivo detrás de tanta inquina?
La compleja relación de España con Pedro Almodóvar viene de lejos y guarda en sus archivos no pocos precedentes. Recogía hace poco Weldon Penderton en su reportaje ¿Por qué se acabó el romance entre Almodóvar y sus fans? un amargo episodio, que tuvo más de crónico que de puntual. En aquel texto, se recogían unas declaraciones de Carlos Saura para Informe Semanal y según las cuales cuando a mediados de los años ochenta los distintos sectores del cine trabajaban para constituir la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, se llegó a discutir si Almodóvar, que había realizado ya varias películas, debía ser admitido como miembro de la misma.
La compleja relación de España con Pedro Almodóvar viene de lejos y guarda en sus archivos no pocos precedentes
Se lo pensaron, y bastante. Para más inri, en 1987, La ley del deseo –uno de los largometrajes aclamados en la filmografía del manchego- no recibió ninguna nominación. Entre un desplante y otro, Almodóvar cogió sus cosas y dejó la Academia en 2004, justo un año después de ganar el Oscar a la mejor película extranjera gracias a Hable con ella. ¡hay un desamor español con Almodóvar? Un repaso a sus cifras de taquilla podría dar una idea: en 2011 La piel que habito obtuvo en su primer fin de semana 1.213.274 euros, Los abrazos rotos (2009), 4,1 millones de euros y 696.622 espectadores, Volver, la película de Almodóvar más taquillera de su filmografía, 10,2 millones de euros y 1,9 millones de espectadores.
¿Cómo son sin embargo las cifras de esas películas en otros países? En Francia, por ejemplo, Volver obtuvo cinco millones de euros más que en España, es decir 15 millones. Los abrazos rotos también superó en Francia las cifras españolas: un total de 6 millones. El histórico de recaudación marca una anja muy profunda y pronunciada que hace pensaren una incapacidad del público español para leer a Almodóvar en una clave más empática.
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