Ya es número uno en la lista de canciones más escuchadas de España. El estribillo dice así: “Pepa y agua pa' la seca/ to’ el mundo en pastillas en la discoteca”. Alude, por supuesto, a las populares drogas químicas. Tiene todo el sentido que triunfe en nuestro país, ya que combina elementos muy populares por aquí: el pulso reguetonero, la base electrónica EDM y una descarada letra en la línea de himnos ‘bakalas’ de Chimo Bayo y Paco Pil. De hecho, suena como una especie de “Paquito el chocolatero” para generación de Bad Bunny. Apesta a 'hitazo' clásico, en opinión de este periodista de Vozpópuli
¿Qué no le suena Farruko? Seguramente le han visto en el videoclip de la remezcla de “Calma”, éxito absoluto hace dos veranos, donde el puertorriqueño cantaba junto a Pedro Capó y Alicia Keys. O en el de la remezcla de “Ginza”, uno de los mejores himnos de su amigo J. Balvin. Otros artistas de primera fila que le han dado su respaldo son Daddy Yankee, Nick Jam y Sean Paul. Más allá de esto, Carlos Efrén Reyes Rosado (Bayamón, Puerto Rico, 1991) es el dueño de un repertorio reguetonero entre el romanticismo y la fiesta, que no destaca por su habilidad como letrista o por su imaginación sonora pero sí por la solidez de sus fundamentos. Nada deslumbra, pero casi todo funciona.
Suya fue la idea de apostar por 'Calma', el 'jingle' publicitario de una cervecería de Puerto Rico que terminó siendo un pelotazo global
Segunda generación del reguetoneros puertorriqueños, creció escuchando a pioneros como Tego Calderón, Héctor “El Father” y Don Omar, que ejerció de mentor de su carrera. Triunfó globalmente componiendo “6AM” para un joven J. Balvin, escrita después de una noche de fiesta en Medellín. Encadenó ese pelotazo con “Passion Whine” con Sean Paul y se le abrieron las puertas de la industria musical. Los clásicos problemas con los mánagers turbios le hicieron aprender del negocio y partir de ahí comienza su despegue comercial. Hoy es artista de Sony, que termina su contrato con su próximo lanzamiento, pero también es dueño de su sello Carbon Fiber Music.
Farruko, dulce y guarro
Su técnica es disparar a todos lados, pareciendo en baladas románticas para la radiofórmula como “Calma” al tiempo que publica himnos de hedonismo macarra como “Kreepy Kush”, con el rey midas del género Bad Bunny. También presume de haber acercado al reguetón a superventas que lo desconocían como el rapero estadounidense Travis Scott. Por cierto, Farruko fue quien tuvo la idea de apostar por “Calma”, que solo era el ‘jingle’ promocional de un cervecería de Puerto Rico. Hoy el vídeo oficial, solo en Youtube, tiene más de dos mil millones de clics.
“Pepas” se lanzó por sorpresa el pasado 29 de junio. Las dos versiones oficiales de la canción en Youtube (la del audio y la del videoclip, amabas de Vevo) acumulan 54 millones de visualizaciones y van subiendo como la espuma. Además Farruko va a formar parte de la banda sonora de “F9”, la próxima franquicia de “Fast & Furious”, donde interpreta rápido junto a Myke Towers, Amenazzy y Rochy RD. Ahora mismo prepara su álbum y gira La 167, una de las más esperadas del año en la música urbana.
¿El reguetón se prostituyó?
Ojo a esta reflexión en una entrevista en República Dominicana (vídeo al final del artículo): “El reguetón no ha muerto: sigue siendo el híbrido principal, la Matrix al que se conectan los demás géneros para sobrevivir. Yo ya dije en una entrevista que ‘El reguetón se prostituyó’ y me comieron y me cayeron chinches, pero yo tenía la razón. Cualquiera hoy en día para entrar a los premios ‘Billboard’ o estar en el programaciones radiales tiene que meter la batería típica del reguetón. El problema es que el reguetón lo aprovecharon los que saben de números, pero no de música. Te pongo un ejemplo, sin menospreciar ni crear controversia: venían Shakira, Enrique Iglesias y Ricky Martin y les ponían un ‘dembow’ por debajo a lo que ellos hacen, que es pop. Luego en los premios y en las radios no había espacio para artistas de reguetón porque nos ponían a competir con ellos en el mercado y quitaban las oportunidades a los artistas de reguetón. Eso no es culpa de ellos, ni de nosotros, sino de la gente que estaba moviendo la ficha”, lamenta. Ha ocurrido muchas veces en la historia de la música, pero sigue dando rabia.