El año 2023 fue el de la despedida de Mario Vargas Llosa del debate político y cultural. Se marcha a lo grande, con una novela alabada por todos, Le dedico mi silencio (Alfagura), basada en su amor a Perú y su convicción de que la música popular puede servir de argamasa para unir naciones. También se despidió del columnismo, una actividad que le ganó tantos admiradores como detractores, ya que defendió contra viento y marea las ideas liberales en tiempos y en espacios de hegemonía progresista.
Lo último que quiso compartir VargasLlosa fue un consejo para los jóvenes: "Decir siempre la verdad, aunque ella sea difícil de asimilar y describir, en función de la realidad. Aunque a menudo esto resulta arduo, siempre hay maneras de acercarse a ella, y creo que si el periodista renuncia a su obligación de decir la verdad, esa es la fuente de la que derivan todos los males de la prensa, desde el pequeño disfuerzo hasta el maremoto que puede provocar la mentira. El periodista de talento busca la verdad como una espada que se abre paso por doquier. Decir mentiras, manipular, es fácil, pero tarde o temprano queda en evidencia. El que dice la verdad y la defiende presta un servicio a sus lectores y a su tiempo", explicó.
"Hay entre nosotros quienes creen que uno puede valerse de todo para lograr esa felicidad y hay quienes no lo creen así. Nosotros somos de estos últimos”, defiende Vargas Llosa
También dejó algunas conclusiones sobre la importancia del periodismo de calidad: "Estoy convencido de que la verdad de los redactores, aunque se equivoquen, también debe ser publicada, siempre y cuando los editores no detecten errores comprobables, porque son ellos quienes están más cerca de la noticia y la calle. Los columnistas tienen una función distinta, con más libertad que quien cumple una función informativa, pero eso no implica que tengan menos responsabilidad a la hora de transmitir la verdad tal y como la entienden. Una vez que estén convencidos de haberla encontrado, los articulistas deben estar dispuestos a defenderla incluso contra la voluntad del periódico, si hace falta. Yo he tenido mucha suerte, las expresiones que me han acompañado han sido siempre mías, coincidieran o discreparan de la línea política del periódico, lo que quiere decir que, cuando me he equivocado, lo he hecho sin ser previamente 'corregido'”, recordaba.
Vargas Llosa y Sartre
La obra de VargasLlosa tendrá su punto y final con un ensayo sobre Jean-Paul Sartre, el filósofo con el que sintió más cercanía, ya desde su juventud en París. La ruptura intelectual de VargasLlosa con Sartre ocurrió en el escenario cubano, pero a nivel personal se dio con precisión en diciembre de 1975 cuando publicó en la revista mexicana Plural de Octavio Paz su ensayo “Albert Camus y la moral de los límites”, con un razonamiento machiavelliano sobre fines y medios: “todos estamos de acuerdo sobre los fines, pero tenemos opiniones distintas sobre los medios. Todos deseamos compasión, no hay duda, y con desinterés, la imposible felicidad de los hombres. Pero, simplemente, hay entre nosotros quienes creen que uno puede valerse de todo para lograr esa felicidad y hay quienes no lo creen así. Nosotros somos de estos últimos”.
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