Aunque con cierto disimulo, Disney, la fábrica de los sueños, inauguró el mes de marzo con el primer beso entre dos personas del mismo sexo de la historia de toda su producción audiovisual. La factoría estadounidense que, durante la última década ha sido criticada por crear estereotipos de género en los niños, ha decidido abrir las puertas de su castillo a la comunidad de gays y lesbianas, una apuesta que ha alcanzado tanto a las series de animación como a las películas de ficción.
Si Star contra las fuerzas del mal -la serie de televisión animada sobre Star Butterfly, la princesa adolescente del reino mágico de Mewni- ha sido la elegida para mostrar el famoso beso gay, en el plano del cine de ficción es La bella y la Bestia, que se estrenará en el país el próximo 17 de marzo, la escogida para mostrar por primera vez un "momento exclusivamente gay", en palabras del director de la cinta, Bill Condon.
Mientras que la escena donde todo el público se besaba durante un concierto de música, no solo los protagonistas, desató la polémica entre los sectores más conservadores de EEUU, en el caso del filme protagonizado por Emma Watson las críticas han traspasado fronteras. Tanto es así, que el Ministerio de Cultura de Rusia ha ha determinado que los espectadores deben tener más de 16 años para poder ver el filme después de que el diputado Vitaly Milonov estallase públicamente contra la película y exigiese una investigación para dilucidar si viola la ley rusa.
Polémicas "absurdas"
Sin embargo, la idea de introducir personajes LGTB en el contenido de animación dirigido, sobre todo, a menores de edad, no es solo cosa de Disney. Se trata de una temática que, como explica Damián Perea, director y productor del Festival Internacional de Cine de Animación, Efectos Visuales y Videojuegos ANIMAYO, ya ha sido tratada en series como Futurama, Los Simpson, Padre de familia o Southpark. "Hay que defender la normalidad desde el buen gusto y el buen hacer. Modern Family, por ejemplo, es ficción para adultos, pero la ven también jóvenes y está perfectamente integrada en la televisión. Lo mejor es naturalizar las cosas porque cuando algo se resalta demasiado, queda forzado", considera el profesional de la animación canario. "¿Por qué si un niño va por la calle y ve a dos personas del mismo sexo cogidas de la mano no lo puede ver en los dibujos animados?", cuestiona.
"Al normalizar esta temática desde la más temprana edad, no tendríamos tanto acoso escolar hacia niños gays o niñas lesbianas. Por culpa de no normalizar las cosas y de que exista diversidad sexual entre sus héroes animados sufren mucho maltrato por parte de algunos compañeros", opina. Según Perea, las polémicas generadas en torno a la introducción de personajes gays en películas de Disney son "absurdas". "En la compañía trabajan muchos artistas gays y lo interesante es ver cómo ha ido evolucionando desde que fue fundada. Antes su visión era mucho más cerrada, pero ahora todo eso está cambiando", dice.
Política no sexista
En el caso de la productora de española de animación Ánima Kitchent la polémica saltó cuando países de Oriente Medio censuraron un episodio de su serie Jelly Jamm. "Producimos dibujos animados que promuevan valores positivos y universales nuestros personajes no tienen un rol sexual definido que se identifique con una orientación sexual específica o con atributos femeninos o masculinos clásicos, no hacemos un tratamiento sexista de los personajes ni abordamos asuntos sexuales", explica Víctor M. López, CEO de la compañía.
Preferimos no poner ningún tipo de etiqueta, continúa, y que la personalidad y las acciones de cada uno sean las que definen al personaje. "Para asegurarnos de que esto es así, contamos con asesoramiento educativo especializado. Esta política no sexista fue la hizo que un episodio de Jelly Jamm fuera censurado porque dos personajes imaginarios (dodos) que no tienen sexo y cuyo cuerpo era del mismo color, se casaban y se daban un beso. El hecho de que compartieran color hizo que en Oriente Medio se asumiera que se trataba de una boda homosexual y se eliminó esa parte del capítulo", cuenta López.
Para Jesús Generelo, presidente de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais Transexuales y Bisexuales (FLGTB) es importante que las productoras de material infantil empiecen a normalizar la realidad en este tema y otros como la diversidad funcional, la racial... Los niños no pueden tener una visión ficticia de la sociedad en la que viven y están creciendo", opina. "Es ridículo pensar que esta diversidad debe estar en la sociedad, pero no puede ser representada para niños, hay que esconderla y ponerla detrás de una cortina negra", considera. Y añade que, si las personas LGTB tienen sus familias y están integradas en todas partes no hay justificación para "esconderlas e invisibilizarlas" ante los ojos de los menores.
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