La pandemia retrasó la muestra, pero no la echó por tierra. Es una de las exposiciones estrella de la temporada en España, y que el Museo reina Sofía le dedica a Piet Mondrian, gran icono de la modernidad junto a Picasso, cuyos responsables califican su inauguración como un "milagro" que redefinirá el mundo del arte.
"Es un símbolo de que, a pesar de todo, la cultura segura es muy importante y de que este tipo de muestras son necesarias", ha señalado Manuel Borja-Villel, director del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS), que acogerá la retrospectiva entre el 11 de noviembre y el 1 de marzo de 2021 dentro del programa de su trigésimo aniversario.
La exposición llega en un momento duro para la institución, que ha visto sus salas vaciarse de vissitantes. El Triángulo del Arte de Madrid, conformado por El Prado, el Reina Sofía y el Thyssen se vio obligado a la limitación de la visita con la exhibición de sus salas más representativas. Esta última medida fue puesta en marcha por el Reina Sofía y el Prado. La medida, asociada a la caida del turismo golpeó al Museo Reina Sofía, que tiene un 80% menos de visitantes con respecto al año pasado.
Como su propio nombre indica, "Mondrian y De Stijl", se revisa la enorme influencia artística del pintor holandés de las cuadrículas geométricas de colores y su relación con el movimiento de jóvenes creadores de arte abstracto nacido en su país para imprimir un rumbo totalmente único en el devenir del arte contemporáneo de principios del siglo XX.
"La exposición es casi un milagro, porque sus obras ya en situación normal son muy difíciles de prestar al ser muy frágiles. Tendría que haberse inaugurado en abril y pensamos que habría que cancelarla, pero luego vimos que los museos respondían muy bien a los préstamos, excepto casos como los de museos americanos que, al ser privados, tuvieron que hacer ERTE y no tenían gente ni para preparar los transportes", ha explicado Borja-Villel.
Respecto de la idea original, finalmente faltan en la exposición unas diez obras de Mondrian que, en opinión de sus responsables, no afectan a su propósito. "La diferencia es que esta es un poco más íntima. Está a caballo entre el mundo de ayer, el de unas exposiciones que ya casi no se van a hacer (porque las obras de las vanguardias, por razones de conservación, es muy difícil que viajen), y el del futuro, en cuanto a que esta es una exposición muy bella pero con tesis muy clara y abarcable", ha insistido el director del MNCARS.
Ante la necesaria garantía del Estado para su celebración (por un valor de 625 millones de euros), Borja-Villel ha defendido que, "aunque cualquiera de las obras que se exhiben puede valer 30 ó 40 millones de euros, no es ni de lejos la exposición más cara, poco más de 600.000 euros, siendo muy asumible con los presupuestos actuales, incluso con la pérdida de ingresos por tickets" en este contexto de covid-19.
Mondrian, el más sólido
El público que visite la exhibición, que ha sido comisariada por Hans Janssen, podrá contemplar 95 obras, 35 de Mondrian y 60 de los artistas que formaban junto a él el movimiento De Stijl, entre los que se encuentran Theo van Doesburg, Bart van der Leck, Hendrik Petrus Berlage, Georges Vantongerloo o Vilmos Huszár.
A todos ellos les unió una fuerte sensibilidad por la función social del arte, un arte para todos con la misión de dar forma a la vida y con la arquitectura como madre de todas las disciplinas, pero en contacto con las demás, desde la idea de que el color nos hace conscientes del espacio y de que la estructura crea orden e "higiene mental".
Como novedad respecto a otras aproximaciones, en esta muestra se ha partido del fervor que Mondrian despertó entre grandes artistas latinoamericanos, para quienes representaba "la gran figura de la modernidad", pero que al mismo tiempo criticaban que era "un artista modernista, encerrado en el cuadro, que no salía al espacio y que no tenía tensión con el entorno".
"Aquí se ve lo contrario: continuamente trabajaba en la relación entre una obra y otra, que estaban a su vez abiertas al espacio, al diálogo con otros artistas y con la ciudad", ha explicado Borja-Villel ante una exhibición que dedica dos salas a la relación del pintor con el movimiento que abanderó.
De ellas se aprende, ha considerado el director del MNCARS, que "el ser humano aprende en colectividad y que la suma de conocimientos puede producir una explosión, que no hace falta ser un genio para generar obras extraordinarias, porque como se ve no hay prácticamente artista malo en ese momento".
"Se muestra así un artista que rompe la moldura del cuadro continuamente"
Aún así, solo Mondrian sobresalió individualmente. "Creaba normas y era capaz de subvertirlas. Algunos cuadros, por ejemplo, muestran una estructura de cuadrícula más rígida, pero en su caso cada línea de una retícula no es exactamente igual que otra, los blancos son grises... Hay una interpelación a su propia obra que la hacía única, con ese elemento místico que está desde el principio y al mismo tiempo muy material en cuanto a las texturas", ha destacado.
Desde la tradición holandesa más figurativa hacia el arte más abstracto, esa "potencia creadora" de Mondrian puede verse especialmente en las salas dedicadas de manera individual a su producción, salas en las que se ha intentado reconstruir las exposiciones que él mismo montó, algo complicado, ya que por esa conexión que establecía entre unas y otras, a menudo las corregía y rehacía sobre la marcha.
"Se muestra así un artista que rompe la moldura del cuadro continuamente, con elementos de una religiosidad profana, en sentido casi místico de la naturaleza, con la importancia del árbol y de buscar las formas esenciales que nos relacionan con el mundo", ha apostillado Borja-Villel.
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