Cultura

El Prado se queda sin "enanos"

El museo ha eliminado palabras como “disminuidos” y “deformes” de las cartelas de las obras tras el acuerdo entre PSOE y PP de la reforma del artículo 49 de la Constitución

El cuadro más célebre de la pintura española era descrito en el inventario del Alcázar de 1666 como Retrato de la señora emperatriz con sus damas y una enana, un título que llevará hasta el año 1700. Después tras el gran incendio del palacio madrileño del que sobrevivió la obra, es descrita en 1734 como La familia del Señor rey Phelipe Quarto y cuando se le cita en el nuevo Palacio Real se le titula unánimemente como La familia. Tenemos que avanzar hasta mediados del siglo XIX, según señala el museo, para encontrar el nombre por el que la mayoría lo conoce, Las meninas, en referencia a los pajes que acompañaban a los niños en palacio. La primera descripción de la obra hoy no podría aparecer en una cartela descriptiva después de que el museo del Prado se ha propuesto eliminar de sus cartelas y archivos términos considerados ofensivos como "enano", "disminuido" o "deforme", tras el acuerdo entre PSOE y PP para eliminar la palabra “disminuido” de la Constitución.

En el lienzo más famoso de Velázquez, de las once personas que aparecen en el fantástico juego de espejos que es el cuadro, dos sufren acondroplasia: Nicolasito Pertusano, el que pisa al mastín, que llegó a ser ayuda de cámara del rey; y a su lado Mari Bárbola que acompañó durante toda su vida a la infanta Margarita, hija de Felipe IV y que ocupa el lugar central de la obra. En la época de los Austrias, los enanos de cámara eran un elemento habitual en las cortes europeas, convirtiéndose en muchos casos en eternos confidentes de reyes, príncipes e infantes. 

Otro de los Velázquez que atesora el Prado, El niño de Vallecas, es otro ejemplo de este fenómeno y ha sido otra de las obras que ha experimentado la modificación en sus cartelas, sustituyendo "enanismo" por "acondroplasia".

`El niño de Vallecas, de Velázquez.
`El niño de Vallecas, de Velázquez.

El genio sevillano retrató a otra persona con acondroplasia en el conocido como El bufón el Primo, del que también se ha modificado su cartela, junto a otras obras como El príncipe Felipe y Miguel Soplillo, de Rodrigo de Villadrando; o Eugenia Martínez Vallejo, vestida, de Juan Carreño de Miranda. Esta última ha sido tradicionalmente conocida como "la monstrua", una niña de seis años de edad que pesaba cerca de setenta kilos y que según explica el museo fue llevada a la corte para ser admirada como "manifestación inusual de la naturaleza".

Modificación de la Constitución

Tras el acuerdo entre PSOE y PP, el museo ha decidido adelantarse a la reforma de la Constitución que se debatirá en el Congreso la próxima semana y que eliminará la palabra "disminuido" de la Carta Magna, y ha suprimido términos como  “disminuidos”, “deformes” o “deformidades” de las cartelas y las fichas de su web. “Hemos decidido revisitar con un criterio más afilado cartelas a las que no le veíamos ninguna particularidad cuando se escribieron, pero que ahora al hilo de la sensibilidad social descubrimos hay términos desacompasados con el ritmo de los tiempos", declararon fuentes de la institución a Efe.

Según dichas fuentes, se han revisado unas 27.000 fichas de la web y alrededor de 1.800 cartelas de las pinturas expuestas, pero no se han alterado los títulos de los cuadros "porque estaríamos cambiado el ritmo de la historia. Acompasamos la sensibilidad social sin alterar el valor histórico de las piezas ni el descriptivo de los textos", como es el caso del título del grabado El maricón de la tía Gila, de Goya, firmado de su puño y letra.

Perspectiva feminista

Hace un año el museo volvió a modificar sus cartelas en este caso desde una perspectiva feminista en un itinerario titulado "El Prado en femenino", en el que colaboró el Instituo de las Mujeres del Ministerio de Igualdad. Esta iniciativa trataba de dar valor y visibilidad a las mecenas y se preguntaba cómo sería actualmente la pinacoteca sin las patronas que consiguieron traer grandes obras de arte como El descendimiento, de Van der Weyden, Carlos V en la batalla de Mühlberg, de Tiziano, las esculturas en bronce fundido de Felipe II y Maria de Hungría confiadas a Pompeo y Leone Leoni, El buen pastor, de Murillo o La Sagrada Familia rodeada de santos, de Rubens. 

Además, el museo eliminó términos como "esposa de" o "mujer poco agraciada" en las cartelas de obras, con el fin de mostrar un relato más actual. Así, el retrato de María Tudor, reina de Inglaterra y segunda esposa de Felipe II, pintado por Antonio Moro, eliminó las valoraciones sobre la belleza de la anterior cartela: "Aunque guarda el decoro propio de su rango, no disimula sus rasgos poco agraciados y los embellece con su pincel minucioso y la riqueza de su color".

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