"Las feministas empezarán a pedir que sea Fundación Princesa de Asturias, que plantea problemas de merchandising, porque habrá que cambiar todos los carteles". Aunque sus declaraciones se parecían más a la ironía -mejor dicho a la burla- que a la reivindicación, no le faltaba razón a Fernando Sánchez-Dragó, miembro del jurado del Premio Príncipe de Asturias de las Letras, al momento de expresar sus ideas sobre el futuro de la fundación y la ceremonia de entrega.
Y ni feministas ni machistas. Esta no es una discusión de género, se trata de una consideración estrictamente institucional. Con el ascenso de Felipe de Borbón al trono, se abre un nuevo tiempo para la Fundación Príncipe de Asturias, que podría pasar a llamarse Princesa de Asturias, puesto que será la Princesa Leonor, primogénita de Felipe de Borbón y Letizia Ortiz, la persona sobre quien recae el título y por tanto las obligaciones asociadas a este.
De momento, la Fundación no ha dado mayores detalles sobre quién podría presidir el acto ni tampoco ha ofrecido detalles sobre un cambio de nombre. Su único posicionamiento público se limita, de momento, al comunicado que ya han distribuido esta semana y en el que señalan la “continuidad institucional” de la labor de los Premios.
Creada en 1980, la Fundación Príncipe de Asturias fue creada con la intención de estrechar los vínculos existentes entre el Príncipe de Asturias, heredero de la Corona de España y el Principado de Asturias y contribuir a la exaltación y promoción de cuantos valores científicos, culturales y humanísticos son patrimonio universal. Como símbolo de los fines y el carácter de la Fundación, en 1981 se crearon los Premios Príncipe de Asturias, que fueron presididos por Felipe de Borbón, quien en aquel entonces tenía trece años y ya llevaba seis como heredero al trono.
En caso de que Leonor, la más pequeña en la línea de sucesión de todas las casas reales, hiciera efectivo el relevo de su padre en la ceremonia y los premios, adelantaría a Felipe de Borbón en cuatro años: ella apenas tiene ocho. De allí que muchos descarten –por su corta edad- que sea ella quien asuma las riendas de la institución.
Sin embargo, al dar un repaso en la historia, es posible confirmar que Felipe de Borbón se convirtió oficialmente en Príncipe de Asturias el 1 de noviembre de 1977, a los nueve años, cuando recibió los atributos que le acreditaban como Príncipe de Asturias en Covadonga. Leonor se convertirá en heredera y en Princesa de Asturias de forma automática en cuanto su padre se convierta en Felipe VI, según afirma el Título II de la Constitución, en el artículo 57.2: “El Príncipe heredero, desde su nacimiento o desde que se produzca el hecho que origine el llamamiento, tendrá la dignidad de Príncipe de Asturias y los demás títulos vinculados tradicionalmente al sucesor de la Corona de España”.
En los estatutos de la Fundación se indica claramente: “Su Alteza Real el Príncipe de Asturias, Heredero de la Corona de España, es el Presidente de Honor de la Fundación”. Mientras que el Presidente del Principado de Asturias es el Vicepresidente de Honor de la Fundación. Y aunque es cierto que existe un patronato, la figura de máximo poder sigue siendo la del heredero real, en este caso, la princesa Leonor.
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