Antonio Banderas y María Casado asumieron una de las tareas más difíciles de sus carreras -sacar adelante la gala de los premios Goya en plena pandemia de coronavirus- y este sábado el esfuerzo ha dado sus frutos. Ellos se han convertido en el verdadero vencedor de la 35º edición de los galardones más importantes del cine español, una gala semipresencial celebrada en el Teatro Soho de Málaga que partía con varios retos técnicos y de contenido para convertirse en un espectáculo televisivo con un mínimo de calidad. Sin embargo, no solo han superado con creces este desafío, sino que han conseguido una de las mejores galas que se recuerdan, incluso la mejor de la historia de los premios Goya.
El actor y la periodista ya anunciaron que esta iba a ser una gala sobria, en línea con la situación de pandemia que vive todo el mundo. Sin embargo, lo que no tenían previsto es que el público fuera a aplaudir de manera unánime este espectáculo desde sus casas, como único plan ante el toque de queda en todo el país, y símbolo también de aquello en lo que se ha convertido el cine en el último año: un bálsamo y un refugio ante el drama, la claustrofobia y el encierro. Además, como guinda de la velada, una enfermera del hospital de campaña de Ifema ha sido la encargada de otorgar el premio a la mejor película.
Antonio Banderas y María Casado han sido los directores, presentadores y guionistas de una gala valiente y cercana que ha arrancado con un minuto de silencio dedicado a todas las víctimas de la covid. A continuación, han sacado la artillería pesada y han apostado por lo más alto con algunas de las personalidades españolas de cine más internacionales. Pedro Almodóvar, Penélope Cruz, Paz Vega, Alejandro Amenábar y Juan Antonio Bayona han salido al escenario para hacer entrega de los premios más técnicos, los primeros de la noche.
La gala se ha convertido en todo aquello que se echa de menos en estos premios: agilidad, dinamismo y emoción en su justa medida. Además, ha cumplido a rajatabla el horario previsto (antes de las doce y media de la noche se habían entregado todos los galardones) y, a pesar de las 138 conexiones de vídeo previstas para conectar con los posibles ganadores, no ha habido ni un problema técnico -a excepción del momento en el que Fernando Trueba no podía hablar, que se ha resuelto de inmediato-.
Los Globos de Oro, que se entregaron hace menos de una semana con el mismo formato de ceremonia semipresencial y entrega telemática, y que se convirtieron en espejo en el que mirarse, fueron impecables en lo técnico, pero aburridos y densos, lejos de lo que este sábado han sido los Goya.
En las redes sociales todo el mundo alababa el ritmo de esta gala, pero algunos también han echado de menos "gags" y momentos de humor para quitar peso al tono serio. Sin embargo, la alegría y el alboroto de las casas de los premiados han servido como contrapeso, y la ceremonia ha sido equilibrada y coherente. Tanto, que incluso todas las actuaciones musicales tenían un sentido en la ceremonia.
La argentina Nathy Peluso ha interpretado el cuplé 'La violetera'; Vanesa martín ha cantado 'Una nube blanca', de Ana belén; Aitana, 'Happy Days are here again'; y Diana Navarro se ha metido en la piel de Lolita Sevilla para interpretar las 'Coplillas de las divisas', tema central de 'Bienvenido Mr. Marshall'. Con esta canción, se ha rendido homenaje a Luis García Berlanga en el centenario de su nacimiento, para lo que además el humorista Carlos Latre se ha metido en la piel de Pepe Isbert.
Antes del inicio de la gala, la tradicional alfombra roja por la que desfilan los actores se ha convertido en un encuentro virtual en el que se han podido ver las casas, los hoteles, los estudios o las casas rurales desde las que los nominados han decidido seguir la gala, y junto a ellos han tomado protagonismo algunos de sus familiares, como ha sido el caso de la hija de Salvador Calvo, o los perros de Mabel Lozano.
Tom Cruise, Barbra Streisand o Robert de Niro
Da la sensación de que Antonio Banderas ha sacado su agenda y ha llamado, uno a uno, a los amigos más influyentes y conocidos de la cinematografía mundial. Barbra Streisand, Al Pacino, Mel Gibson, Tom Cruise, Robert De Niro, Helen Mirren, Nicole Kidman, Salma Hayek, Monica Bellucci, Melanie Griffith, Julianne Moore, Benicio del Toro, Mélanie Laurent, Laura Dern, Emma Thompson o Ricardo Darín son solo algunos de los invitados que han dedicado un mensaje al cine español, algunos de ellos en la lengua de Cervantes, como ha sido el caso de De Niro. Uno se pregunta si faltaba alguien en esa extensa lista.
Antonio Banderas también ha reivindicado las salas de cine, especialmente en un momento de crisis sanitaria y económica como este. "No hay mayor pesadilla para todos quienes formamos parte del cine que la pesadilla de las salas vacías", ha dicho el actor, quien también ha destacado el trabajo de aquellos profesionales del cine que no caminan en la alfombra roja y que, sin embargo, también son importantes.
"A veces uno tiene la sensación de que de nuestro sector solo se atisba públicamente la punta del iceberg de la industria cinematográfica, pero, sin embargo, son cientos de familias, miles de personas que viven del cine en particular y de la cultura en general. No podemos permitirnos que en la situación en la que estamos permaneciesen invisibles", ha dicho.
La política se cuela en los premios Goya
¿Puede haber unos premios Goya sin política? Probablemente, pero no ha llegado ese momento aún. Lejos del famoso "No a la guerra" de la gala de 2003, Alberto San Juan, casi 20 años después de subir al escenario para protestar por la participación de España en la guerra de Irak durante el mandato de Aznar, ha aprovechado este sábado su premio al mejor actor de reparto por 'Sentimental' para cargar contra el PSOE. "Los derechos humanos no pueden ser a la vez bienes de mercado con los que se especule. Tener un hogar es un derecho humano muy básico", ha señalado el actor.
En un tono menos directo y en relación con la trama de su película, el cineasta Fernando Trueba, director de la producción colombiana 'El olvido que seremos', galardonada con el Goya a a la mejor película iberoamericana, ha abogado por la sanidad pública. Tal y como ha señalado, esta cinta "trata de un médico que luchó por la salud pública", algo que a su juicio es "muy oportuno" en estos tiempos.
En esta línea, la enfermera Ana María Ruiz, responsable de haber ideado la biblioteca del hospital de campaña de Ifema y encargada de entregar el Goya a la mejor película, aprovechó la ocasión no solo para recordar la contribución del mundo de la cultura, sino también para reivindicar la situación en la que trabaja el colectivo al que pertenece. "Me van a permitir que haga mención a los sanitarios que han fallecido por salvar la vida de otros. España es el país de la UE con más contagios de sanitarios", ha señalado.
A pesar de tratarse de la gala con más presencia femenina entre los nominados (41%), el 8-M no ha tenido un gran protagonismo en los discursos de los ganadores y, en especial, de las ganadoras. La artista Rozalén, premiada con el Goya a la mejor canción por 'La boda de Rosa', ha recordado que ahora llega "una fecha importante", aunque ha señalado que todas lo son. "Desde nuestra ventana podemos decir muchas cosas y seguir reivindicando", ha enfatizado la cantante.
Si bien esta gala no ha contado con la presencia de políticos, algunos sí han querido dedicar un mensaje en redes en apoyo del cine español, como ha sido el caso del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, o el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno.
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