"La justicia siempre representa el bien, porque, si no, no es justicia", ha asegurado este martes el presidente del Tribunal Constitucional, Pedro González-Trevijano, que habla sobre el bien y el mal en "Jubileo", la obra de teatro de la que es autor y que se estrena mañana en el Teatro Fígaro de Madrid.
Un texto, el primero que se representa de González-Trevijano (Madrid, 1958), que escribió antes de ser magistrado, cuando era rector de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, y que tenía previsto estrenar cuando ya no estuviera al frente del Constitucional, pero la posposición de la renovación del alto tribunal ha hecho que su puesta en escena llegue antes de abandonar su cargo, según ha explicado.
El presidente del TC, que no ha querido pronunciarse sobre la renovación, ha indicado que "Jubileo" es una reflexión muy personal, con algunos fundamentos filosóficos, históricos e incluso teológicos, sobre el papel del bien y del mal, a través de dos personajes que representan a Dios y al Diablo.
Ambos aprovechan un viaje a Santiago para ver la restauración del Pórtico de la Gloria y entablan un desenfadado duelo dialéctico, en un montaje que dirige Gabriel Olivares y que recorre la cultura occidental a través de personajes históricos y autores como Voltaire, Kant, Darwin, Freud, Pirandello, Marx o el marqués de Sade, así como de la música, el cine o la pintura.
Dios y el Diablo están humanizados en este texto que, ha reconocido el presidente del TC, habría sido "imposible y absurdo" de representar de una forma puramente narrativa, ya que "pertenece a otra época". Pero Gabriel Olivares ha hecho una adaptación a los tiempos modernos a través de una "reflexión moderna, desenfadada, divertida y reivindicativa".
Concepto del bien y del mal
González-Trevijano no cree que haya cambiado su concepto sobre el bien y el mal desde que escribió esta obra y tras ocupar el cargo de presidente del TC, un tribunal que, ha recordado, es una institución pública que tiene un papel muy importante. Y ha recalcado además que la política tiene su ámbito y la Justicia el suyo propio.
El director del montaje ha reconocido que el de García-Trevijano era un texto "aparentemente muy difícil y elevado" y ha asegurado que se ha sentido "absolutamente libre" para realizar su adaptación a la escena.
Gabriel Olivares ha explicado cómo en este diálogo entre Dios y el Diablo ha volcado la experiencia que le han dado 30 años de carrera para reflejar lo que es "el conflicto de los conflictos", y cómo ha conseguido que la puesta en escena esté cercana a lo pictórico.
El actor Javier Martín, que da vida a Adonays (Dios), ha asegurado también que su papel es uno de los más difíciles que ha hecho en su carrera: "¿Cómo interpretas a Dios?, aunque sea más humanizado, con sus pasiones y sus dudas", ha indicado.
Martín ha destacado asimismo el "espectáculo impresionante" de las imágenes creadas en el escenario con el llamativo vestuario que utilizan. Abraham Arenas, que interpreta a Belial (el Diablo), ha recalcado también la dificultad del texto, pero ha explicado que al humanizar a ambos la obra de teatro genera en el espectador que se plantee lo que es el bien y el mal.
El reparto de la obra, que se representará en el Teatro Fígaro de Madrid del 31 de agosto al 17 de septiembre, cuenta también con Raúl Peñalba, Paola Pozzo, Jésus Redondo, Violeta del Campo y Adrián Justel.
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