Íñigo Méndez de Vigo repite como ministro de Educación, Cultura y Deporte, pero le añaden la laboriosa función de portavoz del Gobierno, que hasta ahora ha ejercido Soraya Sáenz de Santamaría, por lo que la atención que pueda dedicar al sector del Cine en particular, y a los asuntos culturales en general, apunta a verse mermada. Por ello, a los productores de obras cinematográficas les preocupa más quién estará al al frente de la Secretaría de Estado de Cultura, cargo ocupado hasta hoy por José María Lasalle, o si finalmente contarán con una cartera propia, desdoblada de Educación, que les de la importancia que "merecen". A diferencia de lo que parecía suceder con respecto a otras divisiones como la de Asuntos Exteriores, ministerio que asumirá finalmente el diplomático gaditano Alfonso Dastis, en los prolegómenos del nuevo Ejecutivo nadie parecía inclinarse por el área de Cultura.
Tras el abandono de José Ignacio Wert, en junio de 2015 y con una nota nocturna de nueve líneas, De Vigo tomó el testigo en los quehaceres de un sector resentido desde la crisis, pero, prácticamente, la totalidad de su mandato ha sido en funciones. Independientemente de la "nota" que le pongan los profesionales de la producción, pues hay diversidad de opiniones, gran parte coincide en la necesidad de encontrar una solución duradera a los problemas que les impiden desarrollar su actividad con rentabilidad; darse a conocer más allá de nuestras fronteras y atraer proyectos extranjeros.
Para el presidente de la Asociación Estatal de Cine (AEC), José Antonio Félez, la nueva Ley de Financiación del Cine -que entró en vigor el pasado 1 de enero de 2016- incluye una serie de reformas que "urge" continuar. "Hay que perfeccionar el nuevo sistema de ayudas al cine, hay que abordar el tema de los incentivos fiscales porque estamos lejos de donde deberíamos estar", dice el productor de cine madrileño, que está detrás de películas como El Bola, AzulOscuroCasi Negro y Primos. "Es un sistema complejo, que crea inseguridad jurídica, por lo que habrá que encontrar un vehículo que permita trabajar con desgravaciones fiscales más comprensibles y más claras", alega.
Habrá que encontrar un vehículo que permita trabajar con desgravaciones fiscales más claras"
Por su proximidad geográfica, además de la importancia que se le da al Cine, Francia sería "la referencia más inmediata" para Félez y otros tantos productores. Sin embargo, apunta a que los incentivos fiscales existen en todos los países occidentales y algunos orientales. "Sirven, por un lado, para mejorar la financiación de las producciones propias y, por otro, para atraer rodajes foráneos", considera.
Otra de las "tareas" que tiene pendientes el Ministerio de Cultura es la de abordar la proliferación de plataformas de contenido online. "¿Cómo va a afectar la aparición de HBO, Amazon a la producción, distribución y exhibición de productos cinematográficos?", se pregunta Félez. "Es una nueva realidad y, personalmente, las veo como una oportunidad, pero si se hacen bien las cosas", advierte. Según el madrileño, la irrupción de plataformas como Netflix no deberían ser "flor de un día" y sí servir para mejorar las expectativas de financiación, la comunicación y la difusión del producto español no solo en el país: "Tener una filmografía propia es una ventaja en un mundo donde hay tanta competencia para todo".
El Gobierno en funciones ha supuesto que no se hayan podido acometer nuevos retos, pero Méndez de Vigo ha demostrado, de acuerdo a Félez, ser un "interlocutor abierto". "He tenido una relación estupenda con él, una parte importante de su mandato ha estado en funciones, pero siempre ha sido un interlocutor interesado por la problemática del cine, es la realidad que yo he vivido", asegura.
Los "parches" más necesarios
A la productora de cine gallega Emma Lustres, fundadora de Vaca Films, que Méndez repita como ministro de Cultura no le parece "ni bien ni mal". "El problema no es tanto el ministro, nuestra preocupación es el Secretario de Estado de Cultura", afirma. "Mi conclusión es que este Gobierno desprecia la cultura y una clara muestra es que no tenemos ni ministerio propio", comenta un día después de conocer el diseño definitivo del Ejecutivo. La coruñesa, que cuenta entre sus éxitos con cuenta entre sus éxitos con Celda 211, El desconocido y Cien años de perdón, reconoce que no esperaba otro nombre distinto al de Íñigo Méndez de Vigo para ocupar la acrtera que le atañe. "Sinceramente, me preocupan más los nombramientos en Hacienda que en el Ministerio de Educación, Cultura y Deportes", dice.
Santiago Segura "no se pronuncia sobre temas políticos", según nos responden desde su productora
Según Lustres, lo malo de los responsables políticos es que nunca hacen políticas a medio-largo plazo y así, "es muy difícil establecer el marco para que España pueda desarrollarse como potencia cultural". "Lo tenemos todo, idioma, historia, patrimonio, tradición, talento... Nos falta el marco político estable y racional", considera. Para la productora, la cultura debería de ser un asunto de Estado, con políticas que busquen objetivos claros y bien definidos a corto, medio y largo plazo. Políticas ambiciosas que sitúen a nuestro país donde se merece. En cuanto a los "deberes" que le pondría al departamento, dicta: "los parches más necesarios son la piratería, el IVA, la seguridad jurídica en las deducciones fiscales, y una mayor dotación presupuestaria y más beneficios fiscales que nos permitan competir en el entorno europeo en menos desventaja que la actual".
Este periódico intentó conocer la opinión de Santiago Segura sobre los retos del ministro, que el próximo 18 de noviembre recibirá la Medalla de Oro de la Academia de Cine por su labor como actor, director, productor y guionista, pero desde su productora, Amiguetes Enterprises, contestan que "no se pronuncia sobre temas políticos", además de la de Enrique Cerezo, cuya productora alegó "problemas de agenda".
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