La RAE no ha recibido aún la petición formal de un estudio del lenguaje de la Constitución, solo una llamada a su director, Darío Villanueva, pidiéndole que hagan "un informe sobre aspectos lingüísticos" de la misma, sin precisar que el objetivo es adecuarla a un lenguaje "inclusivo" para las mujeres.
La ministra de Igualdad y vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, ha anunciado esta mañana en la Comisión de Igualdad del Congreso que ha encargado a la Real Academia Española un estudio para adecuar la Constitución a un lenguaje "inclusivo", que incorpore a las mujeres, porque, ha dicho, la Constitución está "en masculino", es "de ministros y diputados", como hace 40 años.
El director de la RAE ha precisado en declaraciones a EFE que ayer, "a las 10:42", le llamó Isabel Valdecabres, jefe de gabinete de la vicepresidenta del Gobierno con la que tuvo "una conversación muy agradable de siete minutos" en la que le dijo que Carmen Calvo "no se podía poner porque estaba ocupada, pero que quería encargarle un informe sobre aspectos lingüísticos de la Constitución".
No hablaron "nada", ha asegurado, de que ese estudio estuviera relacionado con el "lenguaje inclusivo" ni entraron en ningún otro detalle, pero él le respondió que, en cualquier caso, "la Academia está para hacer informes" como el que le pedían. "La RAE ya ha emitido en el pasado informes y estamos dispuestos a responder a lo que se nos pida pero necesitamos una solicitud formal, por escrito, que aún no ha llegado. Cuando la recibamos nos pondremos a trabajar", ha subrayado el director de la Academia.
El pleno de la Academia no se volverá a reunir hasta octubre aunque, ha apuntado, sus miembros podrían trabajar en comisión sobre el informe. En cualquier caso, Villanueva entiende que una modificación lingüística de la Constitución por nimia que sea "significa la modificación de la misma y eso es un proceso extremadamente garantista, riguroso y complejo, como establece la propia" Carta Magna.
El director recuerda que para cualquier cambio tendrían que conseguirse dos tercios de apoyo en el Parlamento, luego habría disolución de las cámaras y convocatoria de elecciones y el nuevo Parlamento tendría que ratificar el texto y someterlo a referéndum. "Si nos ponemos a cambiar la Constitución no es solo para cambiar unos adjetivos o unos artículos. Esto -el informe al que se ha referido Calvo- sería un granito de arena en algo mucho más ambicioso".
"Una modificación del texto no es una modificación formal o de lingüística. Las leyes se fundamentan en las palabras con las que se hacen y eso es un cambio muy serio. Si este proceso se cambia ahora a través de esta sugerencia de cambiar un aspecto lingüístico se incorporaran otras cuestiones", ha añadido
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