Cultura

Más prozack y menos canapés: las heridas de Raphael Bob-Waksberg

En 1971, los superventas America publicaban la canción "A horse with no name", en principio llamada "Desert song", que fue versionada en 2017 por Patrick Carney (The Black Keys) y

  • El torturado escritor estadounidense Bob Waksberg

En 1971, los superventas America publicaban la canción "A horse with no name", en principio llamada "Desert song", que fue versionada en 2017 por Patrick Carney (The Black Keys) y Michelle Branch para la serie BoJack Horseman. Sirva este extracto de la letra como parte del contexto de la siguiente historia sobre errores dolorosos del pasado, relaciones sentimentales e interpersonales con individuos que no se terminan de conocer por miedo a perder parte de su identidad, que es lo que son, justamente lo que hace de ellas un roto en sus vidas: "In the desert, you can remember your name / 'Cause there ain't no one for to give you no pain" (podemos traducirla rudamente como "En el desierto puedes recordar tu nombre/ porque allí no hay nadie para hacerte daño").

Le preguntaron en Reddit a Raphael Bob-Waksberg, creador de BoJack Horseman y autor de Alguien que te quiera con todas tus heridas (Círculo de Tiza, 2021), con quién de la serie se había sentido más identificado. Dijo que un poco con BoJack (un actor famoso de los noventa en decadencia) y otro poco con Diane Nguyen (escritora fantasma de BoJack), pero con quien en realidad se había visto reflejado era con Charley Witherspoon, una rana arborícola hija de Mr. Witherspoon, director de la agencia Vigon. "Creo que ser jefe es difícil. Tampoco me gusta que me griten. Es algo que la gente debe entender de mí", contestaba. "Son cosas muy autobiográficas. […] Ese es el corazón y el alma del programa".


Raphael Bob-Waksberg escribía su primera novela, Alguien que te quiera con todas tus heridas, mientras trabajaba en BoJack Horseman, dejando que las influencias de la serie y del libro fluyeran entre sí, aunque Alguien que te quiera con todas tus heridas no sea una extensión de BoJack Horseman en sí por el hecho de haberse escrito a la vez o porque Raphael Bob-Waksberg sea el artífice, porque en este volumen no hay un protagonista con cuerpo de persona y cabeza de caballo, sino por una serie de "actores" que se muestran como un lienzo en blanco en el que dibujar una situación personal reflejada en ellos.

Más Prozac y menos canapés

Un escenario: boda en una finca rural. Los actores: invitados y pareja nupcial. Y si usted quiere, también el personal de servicio, que no será escaso, porque esto –dicen– sucede una vez en la vida y no se repara en gastos. Habrá alrededor de 180 invitados. El fotógrafo está porque tiene que estar, pero al final todo acaba en Instagram. Esas vieiras sobre alcachofas marinadas, tomates cherry, escamas de queso parmesano y trufa rallada está para meterle el filtro Clarendon. El estrés de las semanas previas con los preparativos había merecido la pena. Se tuvieron en cuenta las exigencias y alergias, cada mínimo detalle. Supuso el evento un desembolso aproximado de 30.000 euros (no se incluyen las alianzas). Es lo propio, ¿no? Que todo el mundo esté contento y se emborrache después con "primeras marcas" al son de la barra libre.

A esas alturas se baila cualquier cosa, y como es cualquier cosa, 'pincha' el hermano pequeño del novio una playlist que ha preparado para la ocasión. Dos torres de altavoces son suficientes. Se descartó contratar una banda, porque "¿para qué?". Ahí sí se miraba más el bolsillo. Si este barco se hunde, no habrá músicos que le pongan banda sonora al naufragio.

El enlace se organiza a golpe de "tenéis que…", que más que sugerencias son imposiciones pasivo–agresivas de amistades y familia

A esas alturas se baila cualquier cosa, y como es cualquier cosa, 'pincha' el hermano pequeño del novio una playlist que ha preparado para la ocasión. Dos torres de altavoces son suficientes. Se descartó contratar una banda, porque "¿para qué?". Ahí sí se miraba más el bolsillo. Si este barco se hunde, no habrá músicos que le pongan banda sonora al naufragio.

Ahora, dele una vuelta a la escena. En lugar de ser en una finca, que sea en la Iglesia Buena, 'la que tiene vidrieras y asientos cómodos', con velas de altura creciente iluminando el altar, porque si no, ¿cómo va a hacer el demonio del amor medio ciego para escribir los nombres de la pareja en el Libro de la Devoción Eterna? La otra opción, y por ende la más económica, era hacerlo en la sala polivalente del centro deportivo, donde no importaba cuántas velas se encendieran, siempre olía "un poco a desinfectante y a requesón".

El enlace se organiza a golpe de "tenéis que…", que más que sugerencias son imposiciones pasivo–agresivas de amistades y familia, como la amenaza del Dios de Piedra si no se efectúa el sacrificio caprino al empezar la ceremonia. O eso es lo que cuentan, porque el Dios de Piedra no ha bajado a pedir que se degollen medio centenar de cabras en su honor. Bastante sacrificio es ya subirse al altar (para esto no hace falta caminar con patas de chivo).

Preparar una boda puede llegar a ser lo más parecido a ejercer el oficio de periodista sin haber hecho la carrera; siempre le van a decir cómo ha de escribir para luego encontrarse en una fiesta a la que usted, parece, no ha sido invitado. "Nada hay más solitario que una fiesta".

"¿Qué dinero?"

El hermano pequeño del novio, como está estudiando en la universidad para ser sacrificador de cabras, se ha postulado para que sea él quien se ocupe de pegarle el tajo fatal a las cabras (al igual que sucede con los músicos, los matarifes son un producto secundario, porque, a estas alturas, se mata cualquier cosa). Pero el chaval cree pertinente realizar el sacrificio al final, porque los asistentes podrían resbalarse con las tripas de las cabras al hacer la Danza del Duendecillo Cornudo del Bosque (mejor sin cabras y con "Twist and shout"). Amén que la sangre pondría perdida la túnica nupcial.

La madre de BoJack nunca quiso a su retoño y jamás aprobó su comedia de situación por no haber sido demasiado 'Ipsen', en referencia al dramaturgo noruego Henrik Ibsen

A todo esto, Peter y Dorothy (los novios) no tienen ni voz ni voto en las decisiones que atañen a su enlace. Manda Nikki, la amiga de Dorothy, que insiste en lo de las velas. También la madre de Peter, que cree que no es tanta sangre la que deja un sacrificio así, no si se contrata al mejor sacrificador de la ciudad, Joseph el Siempre Santificado, pero no se puede contar con él con tan poca antelación.

Peter piensa –y se lo confiesa a Dorothy– que lo mejor habría sido fugarse. "Podríamos haber evitado todo este estrés y habernos gastado el dinero en la luna de miel". Es entonces cuando tiene una iluminación: "¿Qué dinero?". Si aquella boda se iba a celebrar era gracias al padre de Dorothy, un pez gordo de la Compañía de Runas Divinatorias que había conseguido que su filial patrocinara la boda. Como compensación, se colocarían unos pocos carteles de la empresa (Compañía de Runas Divinatorias) y se haría una breve mención de los "múltiples beneficios y utilidades de las asequibles runas divinatorias doblemente santificadas" en los votos.


Entra en escena Clarisa, la Planificadora de Bodas, sumándose a Peter, Dorothy y Nikki, insistente ella en dictar qué es lo correcto para una boda. Calcula que la mitad de la diversión está en no saber cuándo van a dar comienzo los Lloriqueos y Sacudidas y Proclamaciones de Lamentos del Coro Aullante. "Si no hay Coro Aullante, ¿para qué celebráis una boda?". Porque se quieren (en teoría).

A Peter le preocupa que su familia sea demasiado exagerada con la ceremonia, pero a Dorothy no le importa, porque le encanta su familia política. "Solo intentan ayudarnos", dice. Unos párrafos más adelante le echará en cara a Peter, por el tortuoso asunto del sacrificio caprino, que no van a celebrar la boda para su madre: "Nosotros no queremos hacer lo de las cabras, así que si no es capaz de entenderlo –si no es capaz de apoyarnos–, entonces es que tu madre no debería venir".

Ser mejor persona no borra el pasado

Entre los episodios de BoJack Horseman más duros están los de Beatrice, la madre de BoJack, que nunca quiso a su retoño y jamás aprobó la comedia de situación Retozando –con BoJack en el papel principal– por no haber sido demasiado 'Ipsen', en referencia al dramaturgo y poeta noruego Henrik Ibsen, autor de Casa de muñecas.

La novela distingue dos tipos de personas: las que usted no quiere tocar por miedo a romperlas y las que no quiere tocar por miedo a que ellas le rompan a usted

La frase que Beatrice le dice a BoJack por teléfono en Un nuevo sofá (01x02) es tan cruda como reveladora cuando le confiesa que lleva de serie la fealdad interior por culpa suya: "Sé que quieres ser feliz, pero no lo vas a ser. […] Naciste roto, es tu derecho de nacimiento".

En Un nuevo sofá, la acción se sitúa en 1973, con BoJack, a los nueve años, viendo por televisión The Dick Cavett Show, esa noche con el triple campeón Secretariat. La atención del joven equino se produce por dos cosas: 1) Secretariat es a quien admira. 2) Dick Cavett está leyendo su carta en directo firmada con el nombre de BoJack H. En el escrito, entre otras muchas cosas, se cuestiona si es un buen chico –le gusta jugar y e ir al colegio–, pero también advierte que se pone triste. "¿Qué haces tú cuando te pones triste?", pregunta a Secretariat. Cuando le va a dar la respuesta, un portazo devuelve a BoJack al salón de su casa. Los gritos y los golpes (y los platos rotos) de Beatrice peleándose con Butterscotch Horseman, padre de BoJack y novelista fallido de clase obrera, le tapan el sonido de la tele.

Por más que suba el volumen, BoJack no conseguirá oír nada. Su padre se acabará marchando dando otro portazo y su madre se dirigirá al salón para encenderse un cigarro y soltarle a BoJack: "¿Sabes? Yo era muy guapa antes de quedarme preñada. Más te vale convertirte en alguien para compensar el daño que has causado". Todo en un minuto.

Un '¡Joder!' por cada relación destruida

Bob-Waksberg empatizaba con BoJack en Free churro (06x05) a pesar de las cosas que dice el personaje durante el monólogo dentro del contexto fúnebre del entorno. Pero Raphael piensa que la audiencia de la serie iba a entender la relación entre BoJack y su madre y todo lo que había sucedido para estar en ese punto donde BoJack era esclavo de los traumas de sus padres (para entender esto, la cuarta temporada es fundamental, sobre todo los episodios 02x04 y 11x04).

BoJack quiere ser un tío mejor, cambiar de actitud escuchando podcasts de autoayuda. Sufrirá la cuesta hacia arriba sin echar el hígado por el hocico. Hay cosas que no solo se arreglan puesto el chándal.
La toxicidad de Beatrice, a su vez afectada por la toxicidad de Butterscotch, tiene una base fundamentada. BoJack, para empezar, odia a su madre, algo que queda latente en esta cuarta temporada, pero también está el paralelismo con su abuela, Honey Horseman, que sufre la pérdida de un hijo (Crackerjack Horseman) en la guerra, motivo que desencadena la inestabilidad en la familia y el conflicto con Joseph Sugarman, su marido y abuelo de BoJack.

El culmen de la relación entre BoJack y su madre llega a pie de ataúd, en el capítulo Free churro

Honey siente que le ha fallado a su hijo (igual que BoJack le ha fallado a su amiga Sarah Lynn) y que el mejor consejo que le puede dar a Beatrice es que el amor suele hacer daño a las personas: "Beatriz, prométeme que nunca querrás a alguien tanto como yo quería a Crackerjack". Es por ello que Beatrice castiga a BoJack "por haber nacido", patrón que reproduce BoJack más tarde apartando de él a la gente que le quiere a pesar de todo. Un "¡joder!" por cada relación destruida. Esto se da a lo largo de la serie, con un protagonista en una espiral de autodestrucción que busca el amor en personajes –algunos– que van y vienen, como es el caso de Wanda en Sí, y… (10x02), que le dice que no puede estar con alguien que se nutre de amargura y negatividad. "No me conocías y te enamoraste de mí, y ahora me conoces", le responde BoJack.

Se da una conversación similar entre Horseman y el personaje de Hollyhock hacia el final de El juez (08x04), cuando ella, creyendo que intimidaba a sus pretendientes por su forma de ser, le pregunta a BoJack si alguna vez había tenido esa sensación en la que conocerse más le había supuesto quererse menos, ya que era muy probable que estuviera cometiendo los mismos errores que él. Esto entronca con uno de los primeros apartados de Alguien que te quiera con todas tus heridas, al distinguir dos tipos de personas: las que usted no quiere tocar por miedo a romperlas y las que no quiere tocar por miedo a que ellas le rompan a usted. Hay una tercera clase: las personas a las que usted quiere romper.

BoJack terminaba descubriendo que su madre padecía demencia senil y que fue un hijo no deseado. De hecho, al nacer BoJack, Butterscotch tiene que dejar de escribir para buscarse un empleo y mantener a la familia, pasando a ser empleado de su suegro, como Peter en Alguien que te quiera con todas tus heridas a la hora de recurrir al padre de Dorothy cuando los gastos de la boda empiezan a consumir su paciencia (porque es obligatorio un Huevo Promesa perfecto), situación que se ve agravada por la falta de capital. "Te lo devolveré [el dinero]. Cuando acabe mi turno en la cantera, déjame que venga a trabajar aquí, en la cinta de pulido. Dorothy no tiene por qué enterarse".

A partir de esta cuarta temporada de BoJack Horseman, el espectador empieza a comprender a Beatrice y el trato para con BoJack, que no es más que el fruto de unos traumas del pasado llevados con dureza al presente con la intención –inconsciente– de no repetir los mismos patrones. El culmen de la relación entre BoJack y su madre llega a pie de ataúd, en Free churro. Con la muerte de Beatrice se cierra el círculo y BoJack exorciza algunos fantasmas aun con la herida dentro.

Ese vacío que dejas

Alguien que te quiera con todas tus heridas es un compendio de dieciocho historias que guardan entre sí ciertos paralelismos sentimentales –igual que en BoJack Horseman– con ironía reflexiva.
Las parejas descritas en Alguien que te quiera con todas tus heridas tal vez serían BoJack y Princess Carolyn o Mr. Peanutbutter y Diane Nguyen en lugar de Peter y Dorothy o Chuleta y Lizzy, desengañadas por la idealización de la atracción sobre la otra persona (véase Conexión perdida –m4w: hombre busca mujer), además de la rutina (Reglas del Tabú en este caso) y otras desdichas propias de la torpeza social.
En el capítulo ¡Viva! ¡El episodio de Todd! (03x04), Todd Chavez, el mejor amigo de BoJack, interviene con una frase extrapolable a Conexión perdida –m4w: hombre busca mujer al esgrimir la siguiente afirmación en su fake date con la actriz Courtney Portnoy: "A veces, la idea de algo es mucho mejor que la propia realidad, ¿no crees?", con nexos al pasaje del citado capítulo del libro: "Me enamoré de ti un poquito, de esa forma absurda en la que te inventas una versión completamente ficticia de la persona a la que estás mirando y entonces te enamoras de ella", que responde, de paso, a lo comentado con anterioridad cuando BoJack y Wanda cortan en Sí, y… de manera drástica ("No me conocías y te enamoraste de mí, y ahora me conoces").

La audiencia había llegado hasta la última entrega conociendo a los personajes de la serie en el lugar común que es la depresión, la inseguridad y la no-aceptación

La personalidad complicada de BoJack sumada a las adicciones, hacen de un modo de vida su plan de jubilación. No future. La muestra más inmediata se encuentra en La historia de BoJack Horseman, capítulo uno (01X01). En él, BoJack y su entonces pareja, Princess Carolyne, discuten sobre el futuro de la relación en una cena:

-Necesito pensar en mi futuro. O sea… Ni siquiera me respetas para tener un hijo conmigo.
-¡Alto! ¡¿Qué?! Yo nunca te he dicho nada de eso.
-Lo has dicho con tus actos.
-¿Qué actos?

Flashback. BoJack y Princess Carolyn esperan a cruzar la calle. Al lado del caballo hay una madre con un carrito de bebé. Don't walk. Exclama Princess Carolyn:

-¡Oh! Pero mira qué bebé… ¿No es el bebé más mono que has visto nunca?

BoJack entra en pánico y después de volcar el carrito sale corriendo. Fuera de plano se escucha que roba un coche que termina estrellando antes de que la policía le pida salir del vehículo.

-Estaba huyendo de mi novia, a la que no respeto como para que tengamos un hijo.

Princess Carolyn le acusa –ya de vuelta en el restaurante– que le asusta el compromiso, cosa que BoJack niega con rotundidad. "Lo que viene después del compromiso es lo que me asusta", alega.

Finalmente, en Fue bonito mientras duró (16x06) cambian las cosas y es Princess Carolyn la que tiene miedo a perder una parte suya en ese mundo de color de rosa al casarse con Judah Mannowdog, su asistente, de cara a la industria: "Temo que, si dejo que alguien más cuide de mí, deje de ser yo realmente", le dice durante el baile nupcial a BoJack, que siente haber dejado ir a Princess Carolyn como el personaje masculino de Conexión perdida –m4w: hombre busca mujer a la chica a la que había estado acompañando en el metro durante sesenta años (sin haberse dirigido la palabra) cuando se baja en la estación de Queensboro Plaza: "Me hicieron falta unas cuantas paradas más para darme cuenta de que te habías ido de verdad. Me quedé esperando a que volvieras a entrar en el vagón, que te sentaras a mi lado, que apoyaras la cabeza sobre mi hombro. No diríamos nada. No haría falta decir nada".

"Siempre hay más espectáculo, hasta que deja de haberlo". Con esta cita del monólogo del personaje de BoJack Horseman en Free churro anunciaba Raphael Bob-Waksberg en Twitter el desenlace de la serie, que después de seis temporadas se despedía de su audiencia, la cual había llegado hasta el decimosexto capítulo de la sexta y última entrega conociendo y entendiendo a los personajes de la serie en el lugar común que es la depresión, la inseguridad y la no-aceptación con sus estados de ansiedad. BoJack, Diane, Dorothy, Wanda, Mr. Peanutbutter, Hollyhock, Izzy, Peter, Princess Caroline, Beatrice, Judah, Joseph, Chuleta, Nikki o Todd Chavez –seguro– hay más de mil, aunque no protagonicen nada salvo una vida rota sin un final feliz.

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