Tercera jornada del Festival de San Sebastián. Ha llegado ese momento del certamen en el que ocurre lo improbable y se cruzan por los pasillos del Hotel María Cristina de la capital donostiarra personalidades que uno nunca hubiera imaginado juntas. Este año, una de las coincidencias mágicas ha sido la de Raphael y Gaspar Noé -existen pruebas gráficas en las redes-.
El primero, un mito vivo de la canción española que visita el Zinemaldia para presentar la serie documental Raphaelismo. El segundo, un "enfant terrible" del cine francés que llega a San Sebastián para demostrar con Vortex, su nueva película, que es capaz de dejar atrás la polémica y abrazar la sensibilidad. Por qué no, uno imagina las maravillas que podrían brotar de una colaboración conjunta.
Ensoñaciones aparte, Raphael ha demostrado que su nombre sigue atrayendo el interés del público y de la prensa, así que no ha decepcionado y ha demostrado que a sus 78 años aún tiene mucho que contar. El artista regresa al Festival de San Sebastián seis años después de presentar Mi gran noche, de Álex de la Iglesia y, según ha asegurado, no se lo quiere perder ni un año más."Soy el artista más auténtico en lo que hace, me sale solo", ha afirmado en la rueda de prensa que se ha celebrado este domingo y a la que ha asistido Vozpópuli. Vestido con jersey del cuello alto rojo, una chaqueta de cuero y cinturón con remaches, hoy la estrella es él y nadie más.
Los responsables de Raphaelismo son Charlie Arnaiz y Alberto Ortega, que ya sacaron oro de las grabaciones inéditas y las entrevistas al entorno de Francisco Umbral en la cinta Anatomía de un dandy y que, según han explicado, han mantenido encuentros que se prolongaron horas y horas con Raphael en los que salieron a la luz algunos detalles íntimos desconocidos.
Sé que mi madre, desde donde esté, me perdonará y me querrá más todavía por haberlo dicho", cuenta Raphael sobre su pasado
De hecho, esta serie documental, que podrá verse en Movistar+ en 2022, saca a la luz un hecho que ocurrió cuando él apenas tenía 21 años y sobre el que también se ha sincerado en este encuentro, preguntado acerca del fin de los tabúes en la actualidad en torno a las presiones a las que se enfrentan los artistas y los deportistas.
Sin embargo, pronto ha aclarado lo que en realidad ocurrió para liberarse. "Cometí un grave error que es, queriendo ser muy complaciente con mi madre, habérmela llevado a Las Vegas y creyendo que iba a ser maravilloso se convirtió en un infierno", ha relatado. Ni cansancio, ni agotamiento. Lo que quería Raphael era "fiesta", al tiempo que trabajaba en "cuatro shows todos los días, sin tiempo para dormir durante meses". "Sé que mi madre, desde donde esté, me perdonará y me querrá más todavía por haberlo dicho", ha señalado.
Raphael y su futuro próximo
Sus planes sobee el futuro también son una incógnita que el artista se ha encargado de despejar. "No me bajaré el escenario en varios años porque me enloquece y, por qué no, repetiré en el cine y en este formato. Me encanta que el publico pueda ver en mí muchas facetas, porque las tengo. Si Dios quiere y la pandemia nos deja va a haber muchas cosas", ha asegurado. Del mismo modo, ha recordado que tiene una gira de un año pendiente en Latinoamérica, que tuvo que detener ante el avance de la pandemia, y espera "agarrar un avión" el próximo año para estar con la gente que "tanto" quiere.
Fui recordado y cuando volví fue la repanocha otra vez", señala Raphael acerca de sus años en América
Precisamente, el continente americano fue base para Raphael durante una década, en un momento en el que necesitaba "más campo" y lo encontró en los años 80 "al otro lado del charco", un territorio en el que tenía "derecho propio" porque también trabajaba para él. Vivió en Miami, Nueva York y México y se llevó a su familia con él. En cualquier caso ha matizado que en España, donde a finales de los 70 se pusieron de moda los cantautores, nunca sintió que su carrera peligraba. "Fui recordado y cuando volví fue la repanocha otra vez", ha argumentado.
Un personaje tan popular no puede pasar desapercibido ante la prensa que, aunque "siempre ha sido buena", sí le hizo sentirse "asediado" en un momento de su vida en el que, según ha asegurado, no podía "ni ver una película", pero ante la pregunta acerca de si la prensa fue muy dura con él, prefiere quitar hierro al asunto.
Tampoco han faltado preguntas sobre Mario Camus, cineasta con el que rodó sus dos primeras películas en el cine -Cuando tú no estás (1966) y Al ponerse el sol (1967)- y que ha fallecido este sábado a los 86 años. "Mario era maravilloso, ayer lo pasé muy mal", ha reconocido Raphael, que agradeció que el director cántabro fuera quien le introdujo en el mundo del cine, con quien mantuvo una amistad "de años".
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