Cultura

Residente, 'Cosquillita' y el 'beef' más tragicómico de la música urbana

Un acto de intolerancia acaba de desencadenar la mayor batalla que el rap latino ha tenido en los últimos años

Este artículo estará dividido en tres partes (como una de las tiraeras de Residente):

Todo comenzó con una noche de discoteca, un jugueteo con un vaso y un beso de fiesta. Un beso que para Tokischa Altagracia Peralta solo era uno más, quizás con la diferencia de que este no se lo estaba dando simplemente a alguien que le simpatizaba, sino a una artista con quien también puede existir una admiración mutua. La persona involucrada era Villano Antillano: mujer transgénero que conocimos mundialmente gracias a su canción “Mala Mía” (la #51 de las sesiones del hoy inconfundible Bizarrap).

¿Qué pasó entonces?

Difícil anticipar que este hecho fuera a liberar todo el odio que vino después, Tokischa ya se había besado con Rosalía y hasta con Madonna, además lleva años provocando a diversos sectores de su República Dominicana natal, ya que allí han sido bastante agresivos en la forma en que han cuestionado su bisexualidad. Pero alguien que en una de sus canciones canta “parece que en porno, no es una novata” tuvo que escandalizarse –por un hecho que sucedió en un espacio exclusivo para mayores de edad– y alegar una –supuesta– mala influencia sobre los niños. Este personaje se llama Omy De Oro.

El argumento que podría parecer genuino, definitivamente no lo es. Aunque es cierto que hay expresiones ligadas al género urbano que podrían ser más responsables y estar reguladas en algunos espacios (la playa, por ejemplo), también lo es que en el reggaetón y en otras músicas de contenidos similares hay muchísimas actitudes más cuestionables, que sí están expuestas en espacios family-friendly. La situación se puso mucho más turbia cuando el criticón aprovechó la polémica para pedirle al ‘Biza’ que lance una sesión que ellos habrían grabado hace meses, lo que hizo que el público de las redes sociales entendiera que todo sería parte de una movida para presionar que esta grabación saliera. Si el verdadero objetivo de Omy era impulsar la sesión, con su comentario acababa de cancelarla para siempre; ni Bizarrap ni su público (compuesto en parte por personas de los colectivos LGTBIQ+) respaldarán un ataque semejante.

Ahí fue cuando llegó José Fernando Cosculluela, a tirarse el comentario transfóbico y homofóbico que terminaría involucrando a René Pérez Joglar (Residente) y que daría play a una pelea que estos artistas tenían pausada desde años. El autor de “La boda” o “Prrrum” (no sé qué canciones poner acá, porque la cuestión es que Cosculluela lleva al menos cuatro años sin pegar un hit) respaldó a Omy De Oro y enfatizó que “ya el género parece una jaula de locas”. Poco después de esto apareció una foto de Tokischa con el cantante de Calle 13, lo que hizo pensar a los fanáticos que se venía una colaboración, pero pudo ser simplemente una muestra de apoyo de este último hacia la figura dominicana. No está muy claro quien subió la foto, quizás ni siquiera fueron ellos; pero el hecho movilizó una acalorada respuesta de Cosculluela en un posteo del influencer boricua Chente Ydrach: “El miedo se lo inventó el diablo, vamo’ a darle a la gente un round”.

https://www.youtube.com/watch?v=AA4BLdBWPzc

¿Cuáles fueron las repercusiones?

Los medios de comunicación dedicados a los sonidos 'perreológicos' no dejaron pasar la noticia y los fanáticos calentaron las aguas con la esperanza de que la tan esperada batalla por fin llegara. Desde hace mucho que se repite que la frase “dispara cuando quieras raperito maleantoso, aquí no gana el más maleante gana el más ingenioso” incluida en “Adentro” de Calle 13, es una dedicatoria de Residente hacia Cosculluela. Hace tiempo el propio Residente lo confirmó, luego de pasar años evitando hacerlo. Además, en un podcast de Chente, Elías de León (creador de White Lion Records y artífice de haberlos impulsado a ambos en algún momento de sus carreras), aclaró que había intercedido para que la pelea no ocurriera. Para él, una batalla entre ambos era como una guerra entre miembros de una misma familia.

Cosculluela pasó de tener cuatro canciones en rotación a una sola, luego de un show en su ciudad en el que solo se habría presentado durante veinte minutos siendo la principal figura de la noche

René, haciéndole honor a esa reputación de tirabombas que con creces se viene ganando desde la época de Calle 13, posteó el clásico “Maleante de cartón” de Voltio. Entonces Elías entendió que ya no podía volver a pedirles que no se provocaran, así que subió una foto que decía “hoy me combiné con la luz verde”, con los respectivos semáforos de fondo. Residente ratificó que estaba listo para responder si Cosculluela le dedicaba una canción. Luego Cosculluela subió historias mostrando lo que parecía ser la pista del esperado tema. La batalla más esperada del género urbano había llegado. ¿Por qué la más esperada? Simple, porque –al menos dentro del ‘mainstream’– era la que más tiempo llevaba frenada.

Cosculluela ha estado activo en los últimos años, quizás hasta más que Residente (en cuanto a lanzamientos). Pero también es cierto que desde 2018 –cuando sacó temas con Bad Bunny, Bryant Myers o Reykon–, no pega éxitos que alcancen el nivel de impacto acostumbrado, manteniendo su vigencia a punta de provocaciones en redes sociales. Alguna vez entrevisté a un programador radial que me explicó cómo Cosculluela pasó de tener cuatro canciones en rotación a una sola, luego de un show en su ciudad en el que solo se habría presentado durante veinte minutos siendo la principal figura de la noche. Su tiraera “Categoría Cos”, también de 2018 y dedicada a Anuel AA, tampoco arrancó con mucha repercusión y los fanáticos la percibieron muy floja en comparación con otra provocación suya que ya es un clásico: “Santa Cos (RIP Tempo)”. Residente se la pasa leyendo, escribiendo, informándose y, en cuanto a la técnica, no ha dado paso en falso en los últimos años. En cuanto al discurso, –luego de su innecesaria y oportunista pieza contra J Balvin– el asunto da para el debate.

La propia Villana Santiago Antillano (nombre de pila) respondió a Cosculluela, luego de día y medio de estar bloqueada en Instagram –probablemente por ‘haters’ que habrían denunciado su cuenta oficial–, declarando que a este había que sacarle las pastillas de Percocet, visiblemente enojada por un comentario donde explica que respeta a “los hombres que se visten de mujer”. Por su parte la trapera argentina Cazzu, quien en 2021 había respaldado a Anitta en medio de su discusión con Arcángel (cuando este último dio a entender que algunas mujeres eran respetables y otras no), subió un escrito donde suena “Mala mía": “Nos jodimos, ahora todos son pastores. ¿Y el AK y las pistolas? Ah, no. Eso sí está mejor que unos besos en tarima”.

¿Y ahora?

‘Harakiri’ Cosculluela pasó varios días amagando en Instagram y en la noche del miércoles 31 de agosto publicó su tan esperada pieza “#RenéRenuncia”. Una canción repleta de lugares comunes (una felación ficticia a Hugo Chávez o relacionándolo sexualmente con Villana y con Tokischa) y argumentos enclenques que, al menos desde el punto de vista argumentativo, se desbaratan ante los primeros análisis: “Tú no puedes criticar al candidato, sin vivir bajo el gobierno”. Un enfoque bastante estúpido, porque cuando los puertorriqueños salieron a marchar a las calles, el que estaba con ellos era Residente y no Cosculluela. Varios comentaristas del género, como los locutores Molusco o el histórico Coyote –precursor en la difusión del reggaetón– argumentaron que lo mejor estaría por venir en un segundo round, pero no son pocos los seguidores del artista que le están reclamando por haber hecho una canción que para ellos no estaría al nivel que exige este conflicto. Otro detalle que le juega en contra es haber arruinado una pista notable con sonidos de flautencias, ¿acaso lo quiere matar a punta de pedos? Por otro lado, recordemos que cuando Residente le tiró a Tempo las dos composiciones (“Mis disculpas” y “La cátedra”) fueron espectaculares. Y que la segunda –de doce minutos de duración–, superó con creces a la primera.

Al principio dudé que esta pelea fuera a darse. Residente no iba a comenzar, porque habría sido demostrar que Cosculluela le importa, que los ataques del pasado aún le duelen; pero también entendía que tirarle significaba ir contra toda esa línea de reggaetón que llaman ‘malianteo’, pero sin mencionarlos (como hizo en la sesión #49 de Bizarrap, donde podría haberse referido a Yankee: “No se puede ser el líder, campeón de campeones, si te escribieron todas tus fuckin’ canciones”). Mucho se especuló sobre la respuesta de René, existía la mínima posibilidad de que este prefiriera no desviar la atención de la ciudadanía puertorriqueña, en un momento en el que están en las calles protestando contra los abusos de la empresa texanocanadiense LUMA, proveedora del servicio de energía en el país (Marío VI, otro de los comentaristas y otro histórico referente del reggaetón, subió hace pocos días una factura de luz mostrando cómo en solo seis meses la cuenta le aumentó de 200 a 500 dólares). Precisamente, uno de los puntos altos de “Cosquillita” (el contragolpe del ex Calle 13, lanzado dos días más tarde) será la frase: “Tú te metiste en esta tiraera, porque yo soy la planta eléctrica que enciende tu carrera”.

Residente parece haber aprendido de sus errores pasados y ahora hasta para acusar de ‘gay’ a Cosculluela es bastante cauteloso (la frase de que quiere que le entierren la estaca)

La composición no es fácil de escuchar, dura casi diez minutos y tiene un coro poco digerible (al menos en las primeras escuchas), pero en ella todo tiene un significado. Lo más importante de esta puya sonora, es que ya desde la primera estrofa le está derrumbando toda la imagen gangsteril que Cosculluela ha construido por años (“deberías de pagarle regalías a los narco’ por robarte una imagen pa’ tratar de ser estrella, la calle no te hizo, tú te aprovechaste de ella”). También retumba el hecho de que siendo un independentista declarado, tirándole a un rapero que está a favor de la estatización de la isla –que Puerto Rico sea adherido como estado reconocido por Estados Unidos con todos los requisitos de ley – le puso en contra a todos los anticastristas del planeta: “¿Qué estás diciendo colibrí? ¿Qué los cubanos de afuera, en Miami, no pueden luchar por su país?”. Sumado a otras frases que, al menos desde el punto de vista discursivo, hacen un ‘knockout’ perfecto. Por ejemplo, le remarca que se ofrece de padrastro de sus hijos, en un momento en el que José Fernando está separándose y peleando su tenencia o le remarca que en el barrio están enojados con él. La frase no tendría tanto sentido, de no ser porque horas antes de lanzar la canción, Residente posteó una foto con los bichotes (macarras) de Trujillo Alto –a cara cubierta– respaldándolo. Volvamos a hablar del coro, que originalmente pertenece a una canción de Wiso G (ídolo del autor de “Adentro”), pero que además había sido utilizado en un track de Cosculluela. Como si el mensaje de fondo fuera: Hiciste mierda un clásico de un pionero del reggaetón, ahora yo te voy a mostrar cómo se rinde tributo a los grandes.

Quién fue el ganador de esta pelea, es un asunto que tendrán que decidir los lectores. Muchos esperaban más de la pista de Residente (aparentemente creada por Trooko, compañero suyo en otras tiraeras que subió fotos que parecen confirmarlo) y la de Cosculluela (a cargo de The Beatllionaire) sí parece haber estado a la altura. Pero el asunto es que esta batalla que excede al reggaetón y al hip hop, va a ser aplaudida por todo el ‘fan base’ del intérprete de “Latinoamérica” e incluso por personas defensoras de la libertad de género o de la lucha afro (en “#ReneRenuncia” justifica el uso del insulto ‘nigger’, lo que luego no pasará inadvertido en la respuesta de Pérez Joglar). Además, este parece haber aprendido de sus errores pasados y ahora hasta para acusar de ‘gay’ a Cosculluela es bastante cauteloso (la frase de que quiere que le entierren la estaca). Esta guerra lirical va más allá del lenguaje de la calle y de la realidad de Puerto Rico o al menos así se va a sentir cuando llegue el feedback de todos los oyentes de Latinoamérica y España.

Cosculluela también tiene su público, es una de las figuras más respetadas del reggaetón y del hip hop puertorriqueño. Sus fanáticos lo ponen por encima de quien sea, incluso del legendario Tempo (recordemos que “Santa Cos”, era para él), La diferencia es que Tempo tenía una causa noble, le respondía al intérprete de “Atrevete-te-te” luego de un sutil ataque a los artistas urbanos boricuas, un ataque contra el género urbano que solo con el tiempo pudimos dimensionar. El problema de fondo es que, si lanza una segunda pieza, Cosculluela tiene que volver a escribir de un tipo sobre el que ya se ha dicho de todo y lo tiene que hacer en el mismo momento en el que enfrenta un divorcio y una pelea por la custodia de sus hijos.

Así que una nueva canción, escalando las agresiones, podría impactar no solo en las redes sino también en un tribunal (si no me creen, pregúntenle a Tempo por “Narcohampón”). De corazón, espero que eso no pase.

Pablito Wilson es autor de ‘Reggaetón. Una revolución latina’ (Liburuak, 2022).

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