"En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en ristre, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor". Este es, según el investigador y archivero José Cabello Núñez, el que debería ser el auténtico comienzo del Quijote del siglo XXI. Eso asegura este sevillano, licenciado en Historia, que ha vuelto a salir esta semana por hacer uno de los descubrimientos más sorprendentes con respecto a la gran obra de Miguel de Cervantes.
Núñez ha encontrado tres firmas de Cervantes y 70 documentos históricos sobre su vida —de los que ha publicado 33 y estudia ahora los otros 37— que le han permitido descifrar uno de los misterios más famosos que hasta ahora planeaban en la literatura hispánica: qué significaba la "lanza en astillero" del comienzo de 'El ingenioso hidalgo don Quixote de la Mancha' de 1605, posiblemente la primera novela moderna de toda Europa.
Ha sido a raíz de ediciones recientes de la obra de Cervantes en las que se ha abierto el debate sobre qué significaba realmente que algo estuviese "en astillero". Según la versión en 'castellano actual' que realizó el escritor Andrés Trapiello en 2015, significaba "lanza ya olvidada". Sin embargo, en 2019, matizó la expresión para dejarla como "lanza ya a la espera".
"Me fie de las notas de los filólogos que aseguraban que 'astillero' era un armero para guardar astiles y armas", explica Trapiello. Sin embargo, el archivero José Cabello Núñez ha descubierto a raíz de su investigación que 'astillero' tenía el significado de 'almacén' o 'armario', por lo que la traducción que se ha elegido para la nueva edición pasa a ser "de lanza en ristre".
El debate sobre las adaptaciones del Quijote
Los filólogos no se ponen de acuerdo sobre si es correcto realizar traducciones al español actual de obras históricas como el Quijote. En Chile, por ejemplo, Pablo Chiuminatto está cerca de celebrar los diez años de El Quijote: una versión abreviada al español de América, un trabajo conjunto de académicos y estudiantes que tardó cinco en ver la luz.
"El objetivo era volver accesible lo complejo", explica a Vozpópuli su autor, "no solo por los anacronismos y términos hispanos irreconocibles ya para el público general, sino también la reconstrucción de las frases y los diálogos que por su complejidad se vuelven extremadamente oscuros hoy", apunta el también académico de la Facultad de Letras de la Universidad Católica de Chile.
Chiuminatto se percató de la necesidad de acercar El Quijote a los estudiantes y a sus docentes mientras participaba en múltiples talleres sobre la enseñanza de la obra de Cervantes a profesores de Secundaria: "Cuando fue publicado, El Quijote estaba pensado para un público amplio y no uno selecto", señala, por eso esta obra ha optado por hacer vosear al manchego más ilustre, como si fuese del la mismísima Chile, y utilizar algunas expresiones, metáforas y conceptos del país, para acercarla también a ese público.
En España se ha dado el caso reciente adaptación para la RAE del afamado escritor Arturo Pérez Reverte para uso escolar, en la que se han retirado "algunos obstáculos del texto original" para "facilitar una lectura sin interrupciones de la trama principal", y también la citada anteriormente de Andrés Trapiello, a la que Chiuminatto califica como "excelente".
Para el académico chileno, hacer una versión adaptada siempre "implica un sacrificio del original", pero afirma "que toda versión lo es". Más aún en este caso, que la suya ha sido una edición abreviada: "No se trata de una obra para especialistas ni académicos, para ellos hay varias publicaciones accesibles en librerías", apunta Chiuminatto.
Por su parte, el gran cervantista español Francisco Rico se refirió al Quijote, a propósito de la versión de Trapiello, en los siguientes términos: "Existe menos por el texto que por el contexto. Un clásico lo es porque está presente en la sociedad, y suele llegar a ella a través de adaptaciones". En otras palabras, según él este tipo de adaptaciones tienen un efecto positivo, ya que aseguran el vigor de la obra.
La obra original, El ingenioso hidalgo Don Quixote de la Mancha, ha sido traducida desde su publicación en 1605 a más de 145 idiomas y siempre al idioma de los tiempos modernos. Esto es, como explica Pablo Chiuminatto, "no se adapta a cómo se hablaban estas lenguas en el siglo XVII, sino en el tiempo de la propia traducción, por lo que, en el fondo, todas las traducciones son adaptaciones".
Se pone fin al mito de la lanza olvidada del Quijote
El hallazgo de Cabello Núñez sobre el significado de la lanza antigua ha tenido lugar gracias a una carta de carácter oficial de 1595 en la que aparece la mencionada expresión manuscrita por un compañero de Cervantes que —es de suponer— compartió conversaciones y vivencias con el alcalaíno.
En esa carta, Juan de la Torre Hurtado —como así se llamaba este comisario real de abastos que la escribió— comunicaba a un proveedor que había encontrado trigo para la Armada en las localidades de Écija y Marchena y los tenía listos para "ponerlos en astillero", es decir, preparados para que lo recogieran.
Muchos han entendido a lo largo de la historia reciente del mundo hispano, que la lanza que tenía Alonso Quijano en casa estaba "olvidada". El malentendido se ha debido a que la expresión no aparece en el 'Diccionario de Autoridades' de la RAE y muchos filólogos aseguraban que un "astillero" era un armero para guardar astiles y armas.
El escritor Andrés Trapiello y el archivero Cabello Núñez se han conocido personalmente en la presentación en Sevilla de esta última traducción del Quijote al castellano actual.
Ya se han resuelto otras frases de la literatura española como "ya tenéis vuestro libro en astillero", de 'El pasajero' (Suárez de Figueroa, 1616), y "destilación en astillero", de 'La garduña de Sevilla' (Castillo Solórzano, 1646). Esas expresiones siempre tenían el mismo sentido: "Mercancías o cosas ya a punto y listas para ser expedidas o utilizadas, como quedan los barcos en el astillero a la espera de empezar a navegar", explica el escritor.
El Quijote, la primera novela moderna
Según la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, fue el filósofo y ensayista Ortega y Gasset el primero en calificar al Quijote como primera novela moderna. "Después de él, la crítica ha sido unánime hasta hoy", asegura la biblioteca fundada en 1999 por la Universidad de Alicante. Por novela moderna se entiende, frente a la tradicional, "una nueva forma de relato en el que prima lo psicológico frente a la acción, de donde deriva un nuevo modo de construir al personaje y de organizar y presentar la historia y sus motivos", aclara la Biblioteca Virtual.
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