Desde hace un par de días, cuelga en las redes del grupo de Manchester una fecha y una hora. Se trata del martes 27 de agosto, la hora son las ocho de la mañana, suponemos que alusiva al horario británico. El anuncio lo conocen todos los fans, ya que la prensa británica lleva pregonándolo 48 horas: se trata del regreso de Oasis, la banda que dominó por completo el britpop de los noventa y que se separó un 28 de agosto de 2009, durante el festival Rock en Seine de París, tras una bronca monumental entre los hermanos que lo lideran, Noel y Liam (este último famoso por su carencia del más mínimo autocontrol). Los rumores de regreso fueron muy fuertes en 2016, y las negociaciones llegaron a estar avanzadas. Además era una fecha perfecta al cumplirse el veinte aniversario de sus dos conciertos masivos en Knebworth, donde tocaron ante un total de medio millón de devotos, 250.000 en cada concierto. Finalmente no cuajó el regreso, así que sus seguidores han tenido que esperar casi una década para comprar entradas para el grupo que marcó su juventud. Los primeros cálculos estiman que la gira de 2025 puede ingresar 400 millones de libras, con cada hermano recibiendo 50 millones aproximadamente.
Durante estos años de paréntesis, ninguno de los dos Gallagher ha grabado nada relevante, limitándose a ofrecer menos de lo mismo. En los conciertos de sus proyectos en solitario, los aplausos subían de manera ostensible cada vez que repescaban una canción de Oasis. Toda esta década ha sido una amarga espera para volver a verles juntos. Noel ha reconocido en una entrevista recientes que su voz es muy inferior a la de su hermano, por lo que los himnos de Oasis no lucen igual. “Yo sueno como una pinta de cerveza un martes y él como diez chupitos de tequila un viernes”, admite. ¿Qué hizo tan especial a este grupo de rock clásico? A mediados de los noventa, el indie británico mostraba claros signos de agotamientos creativo. Grupos como The Stone Roses y Happy Mondays sonaban ya en decadencia y otros chapoteaban en aguas retro. Oasis conquistaron el corazón del público con una efectiva mezcla de las melodías clásicas de los Beatles, la mala hostia de The Sex Pistols y un toque de melancolía ‘indie’ (The Stones Roses, The LA`s). Sus dos primeros discos, Definitely maybe (1994) y (What`s the story) morning glory (1995) contagiaban energía y ganas de vivir, por lo que rápidamente conectaron con el gran público. Liam Gallagher no tenía absolutamente nada nuevo que decir, pero irradiaba un estilo y carisma imperial.
¿Qué se sabe de su regreso a los escenarios en 2025? Que todo está diseñado para romper récords. El diario The Times asegura que han reservado diez fechas en el estadio de Wembley, lo que les colocará dos por encima de las ocho noches que vendió Taylor Swift este verano. También se especula con varios shows en Heaton Park de Manchester, aunque otras fuentes indican que se decantaran por el estadio Etihad, casa del club de sus amores, el Manchester City (también prometieron reunirse si el equipo ganaba su primera copa de Europa, algo que consiguieron en 2023). Desde el festival de Glastonbury, el más emblemático del país, han anunciado que les reservan un puesto como cabezas de cartel, por si se animan a aceptarlo. Oasis son mucho más que un grupo para los británicos, de hecho se les veía como una reencarnación de los Beatles y su época, especialmente en un 1996 que tuvo ecos de 1966: Tony Blair parecía una nueva versión del carismático Harold Wilson y todo indicaba que su selección de fútbol podía reverdecer los laureles del Mundial 66 en una Eurocopa que se celebraba en el Reino Unido. Finalmente resultó vencedora Alemania, que eliminó a los anfitriones en los penaltis de la semifinal, creando un intenso bajón nacional. Tony Blair fue perdiendo popularidad de manera paulatina y la calidad de los discos de Oasis bajó en picado también, pero esos años se recuerdan como un subidón de optimismo. La belleza icónica de David Beckham, en el campo de fútbol y fuera de él, así como el ascenso meteórico de Kate Moss, también formaban parte del subidón británico de mediados de los noventa, al que se sumó el arrasador éxito global de las Spice Girls.
Reconquista en los estadios
Por supuesto, está previsto que Oasis giren por Europa y América, aunque sobre esto hay menos detalles, suponemos que ahora comenzarán las negociaciones para 2025. Tampoco se sabe si habrá álbum nuevo, aunque nadie espera ya nada del grupo en el plano creativo. La altísima expectación que provoca está reunión habla bien claro de la bancarrota artística del rock británico, donde Oasis tuvieron muchos imitadores pero ninguno a sus altura. Inglaterra solo ha dado fenómenos pop como Adele, Robbie Williams y Coldplay o artistas con genuino sabor americano como la malograda Amy Winehouse. Hoy Oasis ahora son otro nombre dentro del museo del rock clásico, aunque hay que decir que un nombre menor, ya que nunca conquistaron realmente Estados Unidos, algo que sí lograron Beatles, Rolling Stones, David Bowie, Queen y los mencionados Coldplay, a quienes los seguidores de Oasis siempre miraron por encima del hombro. Noel Gallagher, el hermano serio, siempre atribuyó el gatillazo comercial en Estados Unidos al hecho de que Liam era demasiado indisciplinado, en el sentido de propenso a incumplir compromisos con los promotores, lo que hizo que la industria de EE.UU les diera la espalda.
Liam Gallagher no solo se comportaba mal con la prensa, sino también con sus hermano y sus otros compañeros de grupo
En España pudimos ver Liam en todo su esplendor psicótico durante la promoción del álbum Be Here Now (1997), que entró directamente al número uno de las listas de ventas de nuestro país. Era ya un disco de decadencia, pero Liam se mostraba eufórico como si hubiera grabado un clásico, presumiendo ante la prensa de ser mejor que cualquiera de los grupos que cantaban en castellano. Cuando llegué a mediodía a entrevistarle en el hotel Villa Magna, los compañeros de otras secciones de Cultura ya le habían bautizado como “el orangután” por su falta de educación con los entrevistadores. A mita de la charla, me amenazó con pegarme con su bastón de empuñadura de plata porque consideraba que le estaba mirando “como un científico loco”. A otro compañero le aplastó una croquetas en su teclado por haber sugerido que alguna de sus nuevas canciones sonaba power pop (un estilo musical que detesta). No solo se comportaba mal con la prensa, sino con sus propios compañeros de grupo: al aterrizar en Madrid y ver el vehículo de lujo que el grupo que había contratado para trasladarles al hotel, Liam ordenó al conductor que le llevara a él solo, dejando al resto de la banda en la estacada. Noel no le habló durante toda la estancia en la capital de España. Tras una década de fricciones y desencuentros, la crispación entre hermanos era tan profunda en 2009 que ninguna cantidad de dinero hubiera podido reunirles. Durante el Mundial de Sudáfrica 2010, Lionel Messi prometió a sus compañeros que contrataría un concierto de Oasis si la albiceleste salía campeona, pero Kun Agüero (pronto jugador del Manchester City) tuvo que explicarle que hay cosas que no se pueden comprar con dinero.
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