La Oreja de Van Gogh, un grupo con enorme talento pop, nunca cayeron bien a las élites híspter en España. Les consideraban ñoños, previsibles y demasiado cercanos a las tesis españolistas como para clasificarlos como un grupo molón. Este rechazo lo explicó de manera magistral el escritor, guionista y periodista Hernán Migoya en las páginas de Vozpópuli: “Hace veinte años no había un acto más radical y provocador en toda España que afirmar que te gustaba ese grupo donostiarra. Era como decir que te gustaba comer mierda. ¿Cómo de una tierra tan temperamental logró salir un grupo tan melifluo como La Oreja? ¿Cómo en el tormentoso norte surgió este siroco de sirope? ¿Y cómo es posible que Kortatu y La Oreja procedan de la misma provincia?”, se preguntaba en noviembre de 2023 desde su condición de devoto de la banda.
A muchos les habrá extrañado de Karol G, la estrella urbana más exitosa del momento, escogiese precisamente una canción de La Oreja para animar su segundo concierto en el Bernabéu, cantándola a dúo con Amia Montero. La verdad es que este clásico pop siempre fue más apreciado fuera que dentro de nuestras fronteras, como ilustra la historia que vamos a compartir. Los personajes de la comedia son el entorno del festival barcelonés Primavera Sound, presunto epítome del ‘cool’, la prestigiosa web estadounidense Pitchfork Media (biblia del hipsterismo en la década de los dosmiles) y el esnobismo anglófilo típico de la ciudad condal. La canción de los donostiarras se publicó en septiembre de 2003 y llegó a oídos de Josef Kaplan, una de las firmas de la web Pitchfork, que era referencia sobre todo para la cúpula del Primavera Sound. Haciendo gala de cierta inocencia, Kaplan puso la canción por las nubes, con un texto antológico que decía lo siguiente: “Si escuchas pop latino y no escuchas a La Oreja de Van Gogh, debería clavarte destornilladores en los oídos. ‘Rosas’ es ridículamente pegadiza, pero evita ser abiertamente manipuladora siendo jodidamente brillante”, sentenciaba.
La web estadounidense Pitchfork Media, biblia del buen gusto hípster, se enamoró del temazo para disgusto de la gente más esnob de Barcelona
Kaplan era plenamente consciente del malestar que causaba su opinión entre las tropas trendy: “En este momento hay una turba violenta de anoréxicos con pantalones ajustados y gafas de sol de los años 70 golpeando mi puerta, gritando y pidiendo sangre. ¿Por qué? Porque algunas personas no pueden soportar el hecho de que una banda cuyo nombre se traduce como La Oreja de Van Gogh esté escribiendo el pop más pegadizo y delicadamente construido a este lado de un huevo de Fabergé versionando a Juanes. No, tacha eso: La Oreja de Van Gogh avergüenza a Juanes”, sentenciaba.
Despreciados por el elitismo en España
Luego ya entraba en materia musical: “Cada verso tiene una minipausa que te sorprende, una inflexión vocal con la que engañarte, antes de pasar al cómodo y adictivo estribillo. ‘Cómodo’ es la palabra clave aquí. Esto no es como un lío entre Britney y Aguilera con cocaína en el que te disparan los ganchos en la cara con una pistola para elefantes; esta es una música realmente encantadora que no necesita un disparo sónico en la entrepierna para venderse. Cuando Amaia Montero ha dejado suavemente su última línea en silencio, te das cuenta de que a pesar de todo el cursi inmaculado, tienes que escucharla una y otra vez, y otra vez, al diablo con las rabiosas turbas hipster. La ironía ha muerto, ¡viva la revolución latina!”, cerraba con euforia.
Por supuesto, alguien cercano al Primavera Sound llamó a la redacción de la web estadounidense para informarles de que el grupo carecía de cualquier pedigrí alternativo, consiguiendo que Pitchfork retirase la reseña. Si hoy conocemos parte de su contenido es por pantallazos de fans que circulan por redes. Podemos transcribirla porque alguien la colgó en los foros de la web Jenesaispop. Y así funciona el esnobismo anglófilo español, especialmente extendido en Barcelona. Es triste que un gran himno de la historia del pop español triunfase antes en Pitchfork o en el festival Viña del Mar de Chile que por nuestros canales pop habituales. También existe una preciosa versión cumbiera a cargo del grupo argentino Lemon Champ, deliciosamente refrescante para estos días de calor intenso. !Muerte al esnobismo y larga vida a ‘Rosas’ y a sus devotos¡
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación