La noticia se dio a conocer hace dos días: el sant Jordi de verano previsto para el día 23 de julio no se celebrará en la calle. Así lo han anunciado la Cambra del Llibre y el Gremi de Floristes de Catalunya. Ambas recalcan que el Día del Libro y de la Rosa del próximo día 23 se celebrará “en cada librería y floristería”. Los rebrotes de Coronavirus que padecen Barcelona y Cataluña son incompatibles con la celebración prevista para esta semana.
Las librerías y las floristerías podrán montar sus puestos frente a los establecimientos y vender libros y flores, siguiendo las medidas de seguridad pertinentes. Incluso la firma de ejemplares por parte de los autores es viable, siempre que las librerías reúnan las condiciones requeridas, aseguran sus responsables, que subrayan que las nuevas medidas de seguridad recomiendan la dispersión de la fiesta y evitar las aglomeraciones.
Librerías como Ona Llibres, en Barcelona, y Empuries, en Gerona, han cancelado sus firmas y actos previstos para ese día, así como el grupo Penguin Random House o Anagrama, que no llevará a cabo las firmas previstas. Ya la semana pasada muchos editores independientes criticaron la celebración de la fiesta en la calle, por considerarla un riesgo para la salud de los ciudadanos.
El teniente de cultura del Consistorio barcelonés, Joan Subirats, aseguró que la celebración tendrá lugar, sólo que de otra forma. Estaba previsto que el paseo de Gràcia fuera cortado al tráfico y contara con 110 casetas de las casi 200 que estaban previstas instalar en toda la ciudad. El proyecto se fue al traste y con este la facturación del sector libro. Ya para esta época del año editores y libreros se preparaban para la promoción del verano así como la “rentré” de otoño. Este año, sin embargo, las cosas distan mucho de algo como la normalidad.
Las pérdidas
El sector del libro, -editores, libreros y distribuidores-, reunido en la Federación de Cámaras del Libro (FEDECALI), considera que, una vez analizada la situación vivida en este primer semestre del año, es más necesario que nunca que Gobierno y partidos políticos hagan una apuesta decidida por alcanzar un Pacto por el Libro y la Lectura. Así lo han solicitado a los líderes políticos, a través de una carta pública.
En estos meses, el sector ha recibido positivamente las medidas de liquidez (ya que la rebaja del IVA digital no puede ser imputable a esta situación porque figuraba en los presupuestos no aprobados en la anterior legislatura). Reprochan a la Dirección General del Libro que no se haya puesto en marcha ninguna de las medidas solicitadas.
Se ha incumplido el programa de adquisición de fondos para bibliotecas (para lo que se pidió la modificación de la ley de contratos); tampoco se ha implementado el lanzamiento de un bono-libro para los ciudadanos ni un plan especial para impulsar el mercado exterior. Ante la petición de reconsiderar las fórmulas de los programas de gratuidad de libros de texto y sustituirlas por un programa de cheque-libro sólo se impuso el silencio. Piden, además, que el libro sea considerado un bien esencial.
Desde la declaración del Estado de alarma hasta ahora el gremio ha sufrido pérdidas tremendas. Y la suspensión del Sant Jordi no ayuda. La industria del libro constituye el primer sector cultural del país por sus datos de facturación, cuenta con un tejido empresarial formado, fundamentalmente, por pequeñas y medianas empresas, que son las que padecen los efectos del parón.
La paralización de la actividad como consecuencia de las medidas adoptadas para combatir la pandemia ha supuesto un impacto enorme en la facturación del conjunto del sector del libro, estimado inicialmente en unos 1.000 millones de euros, 800 en el mercado interior del libro y 200 en el mercado exterior.
¿Madrid tendrá feria?
Aunque la Feria de Libro de Madrid confirmó que celebraría su edición número 79 en el parque El Retiro del 2 al 18 de octubre, esas eran las fechas que ya se barajaban tras el aplazamiento de la cita literaria a causa de la covid-19.
Según el comunicado emitido por la Feria, la Consejería de Cultura y Turismo de la Comunidad de Madrid ha destinado una partida de 300.000 euros que se suman a las aportaciones, con las que ya se contaba, procedentes de otras administraciones: 66.000 euros del Ayuntamiento de Madrid y 15.000 del Ministerio de Cultura y Deporte.
Asimismo, la Feria “se regirá por estrictos controles de seguridad, siguiendo los protocolos definidos en el documento Feria Segura y en la Guía de medidas preventivas FLM20”. Preocupa la salud de montadores, repartidores, expositores y visitantes, pero, según asegura la organización, con las medidas que se van a activar estará garantizada. Los expositores podrán recuperar lo desembolsado en caso de no poder celebrarse por un rebrote de la pandemia.