Cultura

La saturación de contenidos revienta el mercado del 'streaming'

Las plataformas viven un momento de desconcierto entre la sobredosis de oferta y la incertidumbre en los beneficios

Cada día llegan a las plataformas de difusión musical 120.000 pistas de sonido, según un estudio de la empresa Luminate. Si no durmiéramos nada, podríamos escuchar 720 canciones pop en un día, o sea que haría falta medio año (tirando por lo bajo y siendo muy optimistas) para escuchar todo lo que va a subirse este lunes. No todas estas 120.000 pistas son canciones, también hay 'podcasts', audiolibros y distintos tipos de paisajes sonoros, pero estos 43 millones de archivos que se producen anualmente son una buena muestra de la saturación de oferta que domina ahora mismo el mercado cultural. Además, estos contenidos crecen en progresión geométrica, a un ritmo que pronto será multiplicado por la irrupción de la Inteligencia Artificial. 

La situación está así: de un lado, un ejército de creadores deseosos de nuestra atención; del otro, millones de buscando aprovechar su suscripción, mientras en medio solo hay un puñado de plataformas con mucho poder y a la vez mucha incertidumbre. Es la receta perfecta para un desastre que ya empezamos a ver asomar. Mientras Spotify se sobrecarga de contenido, el mundo de la música espera con temor cada una de sus reacciones. ¿Cobrará por la visibilidad? ¿Cerrará el acceso a los artistas no profesionales? ¿Tendrá otro nuevo fiasco como su asalto corporativo al mundo de los podcasts?

Estamos ante una empresa imprevisible, que en febrero de 2022 anunció que gastaría 280 millones en poner su nombre en el estadio y la camiseta del F.C. Barcelona y este otoño comparte que ha triplicado pérdidas en España a pesar de ingresar el doble que en 2022. La filial española de la plataforma de ‘streaming’ musical perdió en el pasado ejercicio 3,1 millones, facturó 24,6 y aumentó sus empleados de 55 a 138 trabajadores. 

Deloitte advirtió hace meses de que el streaming es un paso atrás: genera solo una sexta parte de los ingresos por hogar que la televisión de pago

Tenemos muy reciente el drama de Netflix y las cuentas compartidas, que redujo drásticamente el acceso de los abonados. Desde que las plataformas aterrizaron en España, se ha ido produciendo un lento pero firme aumento de las cuotas, pero la saturación ya ha hecho recular a algunos, sobre todo a Disney que recientemente lanzó una agresiva oferta de 1,99 al mes para ver sus contenidos. Parece que no haya nadie con un plan a largo plazo y las plataformas confían en la estrategia de prueba-error.

El streaming como problema de la industria

El pasado julio se publicó el reportaje Global Streaming Study 2023, repleto de datos interesantes. Por ejemplo, que el crecimiento de las plataformas de 'streaming' se está desacelerando y su consumo por parte de los usuarios en 2023 ha aumentado solo un 40%, nueve puntos porcentuales menos que el año pasado. O que el 12% de los consumidores afirma haber disminuido su consumo de plataformas de 'streaming', al tiempo que la cantidad de suscripciones por usuario ha bajado un 14% en términos interanuales, hasta 2,4 por persona. Más grave todavía: para poder contratar una nueva suscripción, el 37% de los usuarios cancelaría una existente. Todo indica que estamos llegando a un punto de saturación y que las expectativas de beneficios futuros de algunas plataformas pueden ser poco más que humo.

El tiempo parece estar dando la razón al informe del Hollywood Reporter que advertía de que en la industria empezaba a calar la idea de que el streaming no es un buen negocio. "Las otrora grandes empresas de streaming tendrán que enfrentarse a la realidad de que ya no pueden permitirse el lujo de quemar el dinero buscando unos beneficios que no existen", explicaba una fuente de Moffet Nathanson. Los expertos de Deloitte iban más allá: "Atrás han quedado los ingresos de la era de la televisión por cable, que antes se aproximaban a los del sector energético mundial; según algunas estimaciones, el streaming genera una sexta parte de los ingresos por hogar que la televisión de pago". Lo que parecía una mina de oro para el futuro empieza a verse como un obstáculo para el crecimiento del sector.

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