Cultura

Criba de novedades: 5 libros indispensables para acabar la semana interminable

La semana que este jueves llega a una pausa festiva el 12 de octubre ha durado, en realidad, diez días. A juzgar por la actualidad informativa -el percal catalán- amenaza

La semana que este jueves llega a una pausa festiva el 12 de octubre ha durado, en realidad, diez días. A juzgar por la actualidad informativa -el percal catalán- amenaza con extenderse durante semanas. Detenerse y leer sería saludable. Recomendable, al menos. En medio de la avalancha de novedades, Vozpópuli elige cinco títulos que merecen atención. Cinco, una cifra razonable en tiempos de elasticidad, bucle y... sin razón. Hay desde novelas excepcionales, muy distintas entre sí, como El club de los mentirosos de Mary Karr con la que Periférica & Errata Naturae mantienen el altísimo listón de Tú no eres como las otras madres hasta lo nuevo de Carlos Zanón, Taxi (Salamandra). También un anárquico y enciclopédico ensayo de Juan Villoro. Ficción y No Ficción: cinco joyas que se desmarcan de las recientes novedades editoriales. 

El club de los mentirosos.

El club de los mentirosos (Periférica & Errata Naturae) Mary Karr

"Poco antes de que muriera mi madre, el tipo que le estaba reformando la cocina sacó de la pared un azulejo con un agujerito redondo bastante sospechoso. Se sentó de rodillas y levantó el azulejo de manera que el sol filtrado por las cortinas amarillas y añosas pareció perforar el agujero igual que un láser. Nos guiñó un ojo a Lecia y a mí y a continuación se volvió hacia mi canosa madre, concentrada en su volumen de Marco Aurelio y en un cuenco de chiles picantísimos.

—Señora Karr, ¡esto parece un agujero de bala!

Lecia, que no dejaba pasar una, intervino:

—¿Eso no es de cuando le disparaste a papá?

Y mamá entornó los ojos, bajó un poco las gafas por su nariz patricia y dijo con displicencia:

—No, eso es de cuando Larry. —Se giró y señaló otra pared—. A tu padre le disparé allí"

Así es como arranca una Novela. No una novela, sino una Novela. Cuando se publicó por primera vez en Estados Unidos, en 1994, El club de los mentirosos se convirtió en un fenómeno. En sus páginas, Mary Karr (Texas, 1955) despojó la narrativa memorialística de la rigidez y la situó en un nuevo registro donde  lo tragicómico y mordaz, así como la capacidad para contar lo terrible de manera desapasionada, hacen de este libro un lingote. Se puede hablar de las vergüenzas y los trapos sucios de una familia sin desafinar. Porque "así como cualquier familia compuesta por más de un miembro es una familia disfuncional", como escribe la propia Karr, cualquier libro familiar es por definición una invitación al foso con pirañas de la cursilería. Karr consigue salvarse del festival del agravio y acometer esta autobiografía con brillantez.

Mary Karr comienza narrando los años de una infancia fuera de lo común –por no decir un tanto oscura y hasta macabra- en un pueblo petrolero de Texas en los EEUU de los años sesenta. La prosa se levanta a partir de descripciones y personajes de la familia, uno de los mejores: la madre, por encima del resto. Karr se sirve de esa sobriedad para desvelar secretos terribles, conduciéndolos en un flujo que va de lo hilarante a lo patético. Sólo se entiende su capacidad para mantener a raya el sentimentalismo –que no a la empatía ni la profundidad- si se lee este libro a la  luz de The art of the memoir (2015), un ensayo de Karr publicado por Harper Collins en 2015 que el lector no puede evitar buscar de forma casi inmediata, acaso para entender esa forma pulcra de ejecutar la escritura sobre la propia vida.

La clave para comprender el fenómeno Karr tiene una arista para nada anecdótica: el profundo conocimiento que tiene esta mujer de Vladimir Nabokov del que da cuenta en este ensayo, algo que parece darle fuerza para sostener el natural desapego y la elegante crueldad, la hilaridad incluso, que el maestro sabía usar. Todo cuanto ocurre a los miembros de esta familia se puede pensar, por ejemplo, en el mecanismo perverso-lúcido de Risa en la oscuridad (la ceguera literal de Albinus como trastada a su aislamiento metafórico-)y que ella traslada, con voz propia, al tratamiento del lenguaje y los personajes. 

Un detalle de la portada de la nueva novela de Carlos Zanón, Taxi, publicada por Salamanca.

Taxi (Salamadra) Carlos Zanón

Este libro es lo suficientemente bueno como para sobreponerse al hecho de que su publicación coincidiera con la turbia nube del secesionismo. Se trata de Taxi, la más reciente novela de Carlos Zanón. Ambientada en Barcelona, Zanón elige para contarla un mecanismo tan sencillo como efectivo: el recorrido durante seis días y seis noches que hace Sandino, un taxista melancólico. El itinerario continuo, sin rumbo, le permite a Zanon hacer un retrato por los barrios de la ciudad y dibujar un enorme delta de tramas, historias y escenarios: desde el yihaddismo hasta el tráfico de drogas.Un retrato enorme a la vez que simultáneo. Un fresco donde el punto de vista no para de moverse.

Carlos Zanón (Barcelona, 1966), nieto e hijo de taxista,  ha dedicado la mayor parte de su obra a la la novela negra: Nadie ama a un hombre bueno (2008); Tarde mal, y nunca (2009); No Llames a casa (2012), así como su conocida y elogiada Yo fui Johnny Thunders (2013) y la recopilación de cuentos Marley estaba muerto (2015). Zanón ha sido el elegido para resucitar al detective Pepe Carvalho, personaje emblemático de la saga de Manuel Vázquez Montalbán. Fueron los propios herederos quienes así lo quisieron. Se espera que Planeta publique el libro en 2018.

Estado salvaje, de Charlotte Wood, publicado por Lumen.

En estado salvaje (Lumen) Charlotte Wood

Tiene un problema: es telegráfico, seco, como un polvorón… de aserrín. En estado salvaje, de la australiana Charlotte Wood, es un libro de prosa sencilla, más anoréxica que minimalista, pero cuyo efecto es brutal, aunque a veces consiga abatir a quien lee. Podría entenderse que los editores promocionen esta novela como una puesta al día de El cuento de la criada, de Margaret Atwood, porque alude a esa especie de contagio de distopías femeninas que proliferan en el ‘relato’ contemporáneo. Aunque este caso tiene sus matices, porque revisita el malestar  y la locura como instrumento de sometimiento.

En estas páginas Wood narra el secuestro de diez mujeres, quienes permanecen a merced del poder que unos desconocidos ejercen sobre ellas: las aíslan, medican, rapan e insultan; las obligan a trabajar el campo; a dormir en jergones y usar uniformes ásperos y botas que las igualan cual soldadas venidas a menos. Todo está narrado en primera persona por una de ellas, quien se pregunta qué hace ahí, si realmente está loca, dónde están su familia y su novio.

¿Cuál es el motivo por el que permanecen en cautiverio? Porque incomodan a alguien: la mayoría han sido objeto de violaciones o de algún tipo de abuso que conviene ocultar. Ese motivo las convierte en una desviación; algo que debe esconderse. Lo aterrador de la novela es que está basada en un tipo de asilo que existió e mediados del siglo XX en Australia. La novela está contada por Charlotte Wood con una economía de medios que nos haría situar todo cuanto ocurre en la más estricta ficción. De ahí su fuerza.

El contagio (Entreambos), de Walter Siti.

El contagio (Entreambos) Walter Siti

Los personajes del edificio de la Via Vermeer, en Roma, podrían ser los que habitan cualquier suburbio. Un lugar en el que todo es excesivo. En sus nueve plantas se mezclan las familias tradicionales con los inmigrantes extracomunitarios que llegan a la ciudad; también el  joven profesional que busca alquiler barato con el camello o el eterno aspirante a participar en Gran Hermano. Ese es el escenario de El contagio (Entreambos), una novela en la que el italiano Walter Siti elabora un retablo de la Roma actual. Se trata de una novela coral. Un artefacto que mezcla la realidad y ficción, la autobiografía y los apuntes sociológicos, y en la que Siti aporta una imagen de la Italia contemporánea, al mismo tiempo que retrata una parte del conflicto de Europa.

En El contagio, Siti da voz a los vecinos de un edificio para retratar lo que le ocurren a la sociedad italiana y europea. Sus discursos, los acentos y  avilaciones demuestran una ecuación: no son los habitantes de las barriadas o el lumpen los que se aburguesan, es la burguesía la que se está arrabalizando. Se han contagiado mutuamente. Una novela magnífica, inteligente y de una actualidad rabiosa. Es, de hecho, el primer libro de Walter Siti (Módena, 1947) que se traduce al castellano. Este crítico literario es una voz lúcida dentro de la cultura italiana. Es director de la revista Granta Italia y editor de la obra de Pasolini para la colección I Meridiani de la editorial Mondadori. También es autor de numerosos ensayos y novelas entre los que destacan Resistere non serve a niente (Premio Strega y Premio Mondello).

La utilidad del deseo (Anagrama), de Juan Villoro.

La utilidad del deseo (Anagrama) Juan Villoro

"Leer libros, una forma de que arda la madera". Este volumen bebe de la naturaleza prodigiosa del Ricardo Piglia de El último lector (Anagrama). Eso sí, con la voz personalísima del mexicano Juan Villoro. Tras los ensayos Efectos personales y De eso se trata, ambos publicados por Anagrama, en La utilidad del deseo (Anagrama), Villoro  aborda la urdimbre literaria a partir de una serie de ensayos breves, algunos recuperados, y que trazan un recorrido que va desde los motivos detrás de la escritura hasta un viaje literario que toca varias orillas -de la europea a la latinoamericana- y que nada cómodo en un archipiélago que recorre desde las lengua hasta la relación con enfermedad y literatura. Un (anárquico) viaje enciclopédico cuyo mayor atributo es el genio de Villoro. 

La inagotable isla de Daniel Defoe, la celeridad y la culpa en Nikolái Gógol, el arte de condenar de Karl Kraus, la empatía de la pluma con el bisturí, la fábula de la conciencia de Peter Handke, las insólitas semejanzas entre Ramón López Velarde y James Joyce, los enigmas de la traducción, la tensión entre verdad y mentira en Gabriel García Márquez o "el museo del arcaísmo" en las cartas privadas de Julio Cortázar, Juan Carlos Onetti y Manuel Puig. Pero hay más: el Vladimir Nabokov que aconsejaba la lectura de poesía como arma del novelista; Carlos Monsiváis como género literario -un magnífico ensayo-; el juego de palabras de Lewis Carroll y la filosofía asociada al mecanismo lde Jabberwocky , hasta la precisión de Flaubert en las descripciones quirúrgicas de Madame Bovary. Un compendio de extravagantes saberes alrededor de lo literario. Un ensayo culto y divertido. Una joya de Villoro. 

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