En los últimos días, decenas de miles de usuarios en las redes sociales han arremetido contra la calidad del último y atómico lanzamiento de Bizarrap, protagonizado por Shakira. La sesión #53 es un fenómeno social/corporativo/global que ha cosechado 110 millones de streams en sus primeros tres días a disposición del público, superando a la superestrella Miley Cyrus a la hora de alcanzar el número uno en las listas globales de escuchas. ¿Tan mala es la letra de Shakira? Lo llamativo es que ninguno de los detractores ofrece argumentos para responder, como si la falta de calidad fuese algo evidente.
Lo primero es ser consciente de que la pieza no es ninguna vomitona visceral, sino una pequeña obra de arte pop, cuidadosamente compuesta por cuatro personas. Además de Shakira y Bizarrap, tenemos al joven colombiano Keityn, apodado el ‘lápiz de oro’ por sus composiciones para J. Balvin, Maluma y Karol G., entre otros. También participa otro músico todavía más joven, el argentino Santiago Alvarado, pieza clave en el éxito de “Quédate” de Quevedo. La letra y el vídeo de Shakira rebosan metarreferencias al Barça, A-ha y la vida sentimental de ambos. Si tienen curiosidad, pueden rastrearlas en hilos tan completos como este de la tuitera Melanie Mora Murillo. También hay otros guiños más sofisticados todavía, como el que hace referencia al futbolista británico Sturridge y al trapero español Dimas Alonso, que Ibai Llanos está propoponiendo para ser protagonista de la próxima Bizarrap Session.
Dentro del mundo del pop, Shakira está considerada una letrista competente, por su uso de un lenguaje directo y popular que se pega al cerebro del oyente. También ha sabido apostar por compositores callejeros caribeños como el dominicano El Cata. Aunque muchos no lo recuerden, también es obligado mencionar la admiración que sentía por Shakira el premio Nobel Gabriel García Márquez, que le dedicó un elogioso artículo en 1999. “La música de Shakira tiene una impronta personal que no se parece a la de nadie, y nadie la canta ni la baila como ella a ninguna edad con una sensualidad inocente que parece inventada por ella”, destacaba.
García Márquez, fan de Shakira
¿Qué más destacaba ‘Gabo’ de la artista hace 23 años? “La precocidad descomunal de Shakira, su genio creativo, su voluntad de granito y una ciudad natal propensa a la invención artística (Barranquilla) solo podían ser los gérmenes de un tan raro destino. Sus primeros años parecen saltos de décadas. Sus cronistas aseguran que a la edad de diecisiete meses recitaba el abecedario, a los tres cantaba los números, a los cuatro bailó la danza del vientre sin maestro en una escuela de monjas de Barranquilla, donde un funcionario sibarítico de los años treinta quiso erigir un monumento consagrado al culto de Shirley Temple. A los siete años, Shakira había compuesto su primera canción. Entre los ocho y los diez escribió sus primeros versos, y sus primeras canciones con letra y música originales. Por la misma época firmó su primer contrato para entretener a los obreros en las minas de carbón de El Cerrejón, en la alta Guajira. Aún no había comenzado bachillerato cuando una empresa disquera le grabó su primer disco”. ¿No estamos ante una biografía infantil digna del más barroco personaje del realismo mágico?
Los grupos de estudio más concurridos se convocan en casas particulares, y al cabo de un repaso rápido de la tarea empieza el pandemonio", escribía García Márquez sobre Shakira en 1999
Gabriel García Márquez, experto en cultura popular del Caribe, descubrió pronto en Shakira una fuerza de la naturaleza, cuyas letras no podían ser analizadas separadamente de su voz ni de sus bailes. También le impresionó su conexión con el universo de los niños y preadolescentes. “El fenómeno más entrañable en la vida de Shakira es la contaminación masiva de las muchedumbres infantiles. Cuando apareció Pies descalzos (1995), los publicistas decidieron promoverlo en los intermedios de los conciertos populares del Caribe. Tuvieron que cambiar de idea, porque el público juvenil se lanzaba al ruedo para bailar y cantar con Shakira y solo quería más de lo mismo para el resto de la noche. Hoy es un fenómeno digno de una cátedra magistral”, escribía.
¿Más madera? “Las escuelas primarias de cualquier nivel social se han convertido en donaciones masivas de Shakiras, vestidas, habladas y cantadas como ella. Más curioso aún: la fiebre más alta está en el promedio de las niñas de seis años. Las grabaciones piratas de Shakira son moneda corriente en los cambalaches de los recreos y se venden a dos por cinco en las puertas de las escuelas. Los adornos de sus cabellos, sus collares y aretes se agotan al salir, y en los mercados se venden al por mayor las anilinas para cambiarse los colores de las trenzas según la moda del día. La heroína de la escuela es la primera que aparece en clase con el disco. Los grupos de estudio más concurridos se convocan en casas particulares, y al cabo de un repaso rápido de la tarea empieza el pandemonio. Los cumpleaños son fiestas de Shakiras, en las que solo se canta y se baila a Shakira. En las más puristas —que no son pocas— no hay hombres invitados”, añadía.
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