"Las teorías de la conspiración ya son hoy hechos de la conspiración", afirma Oliver Stone en su documental 'JFK: caso revisado'. Tres décadas después de su primer examen al asesinato de John Fitzgerald Kennedy con la película 'JFK: caso abierto' (1991), la ficción protagonizada por Kevin Costner, el cineasta insiste en las tesis que contradicen la versión oficial con una cinta que aporta nuevos testimonios y que desvela los archivos desclasificados. Después de su paso por el Festival de Cannes en 2021 y por la pasada edición del BCN Film Festival, se estrena este viernes en los cines.
El realizador reconoció a los medios de comunicación a su paso por el certamen barcelonés que esta cinta ha sido ignorada en Estados Unidos y que, sin embargo, ha despertado "muchísimo interés" en espacios alternativos. Su objetivo no es otro que dar validez a su película de 1991 y refrendar con nuevos testimonios las sospechas que reflejó en aquella ficción, pero también "llevar la contraria" y plantear una visión diferente a la historia convencional que el país mantiene en la actualidad sobre el asesinato de Kennedy.
Tocar las narices es algo que se le da realmente bien al director de películas como 'Platoon' (1986) o 'Nacido el 4 de julio' (1988), que se ha visto envuelto en varias polémicas y que ha enfocado varios títulos de su filmografía a desenmascarar supuestas acciones controvertidas por parte del gobierno de su país. Sin embargo, en esta ocasión puede hablarse de una de sus grandes obsesiones. ¿Qué ocurrió en el centro de Dallas el 22 de noviembre de 1963? ¿Quién asesinó a Kennedy?
Mientras que en su película de 1991 Stone indagó en los encubrimientos que rodearon el asesinato de Kennedy a través del abogado Jim Garrison (a quien interpretó Costner) en esta ocasión el cineasta aporta nuevas informaciones correspondientes a los archivos desclasificados en 1992 e incluye nuevos testimonios en torno a cada una de las piezas que componen la compleja historia en torno al asesinato del presidente demócrata, sobre la que se han escrito numerosos ensayos que respaldan las teorías que se alejan de las conclusiones de la Comisión Warren, constituida en 1963 para aclarar las dudas sobre la muerte de Kennedy.
Kennedy y la "bala mágica"
Oliver Stone arranca este documental presentando a Kennedy como el hombre que "hablaba de paz para todos los hombres y mujeres" y en "todos los tiempos" y da la voz a un joven anónimo que, tras el asesinato del entonces presidente de Estados Unidos, se pregunta ante un micrófono: "¿Por qué querría alguien matar a Kennedy?". El único arrestado por los disparos que acabaron con la vida del mandatario estadounidense fue Lee Harvey Oswald, un hombre de 24 años que afirmó ser la "cabeza de turco" de aquel crimen. Apenas dos días más tarde, fue asesinado por Jack Ruby, dueño de un club local, y el incidente fue captado por cámaras y fotógrafos.
Oliver Stone se detiene en las pruebas que demostrarían por qué Oswald no estuvo en la sexta planta del edificio desde el que supuestamente se disparó al presidente, y que fueron destruidas por ser consideradas peligrosas para la Comisión Warren, del mismo modo que hace un repaso de su pasado como marine y su deserción a la Unión Soviética, al tiempo que muestra cómo los investigadores alentaron la idea de que Oswald era un "comunista acérrimo". Antes del asesinato de Kennedy, los servicios de seguridad del país revisaban incluso el correo de su madre.
Asimismo, el director se centra en todos los misterios en torno a las diferentes versiones de las heridas de bala. Según las conclusiones de la Comisión Warren, solo se realizaron tres disparos desde la sexta planta de un edificio. A la luz de los informes y los archivos desclasificados que muestra el documental, existieron presiones de los servicios secretos ante los forenses para dar una versión contraria acerca de la entrada de las balas, al tiempo que las grabaciones de la rueda de prensa que ofrecieron los médicos que atendieron a Kennedy fueron confiscadas, tal y como plantea el documental.
Oliver Stone presenta contradicciones entre los testimonios de los miembros del FBI y los trabajadores que vieron el estado de la cabeza de Kennedy. En este punto, el cineasta plantea una pregunta que trata de responder con los testimonios de profesionales. ¿Era el cerebro de otra persona? Ni su peso ni el color se correspondían con los de un cerebro adulto, según sostiene en este documental, trufado de tantos datos, testimonios y pruebas que por momentos pueden ser farragosos, aunque mantiene un ritmo casi de thriller.
"Estamos sesenta años después con un montón de ciudadanos ignorando la realidad porque no hay cambios en el gobierno y son los agentes secretos los que están en el poder", señaló el director en rueda de prensa el pasado mes de abril. Sea cual sea el motivo que movió a Stone a seguir de nuevo la pista del asesinato de Kennedy, lo cierto es que tanto en el arranque como en el desenlace, el director convierte esta película de investigación en un homenaje al presidente que estuvo dispuesto a cambiar las cosas en cuestión de derechos civiles.
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