Cultura

Gerard Mortier: La cultura española tiene gusto de "nuevos ricos"

El director artístico del Teatro Real no pierde oportunidad para criticar a la institución que representa. Hace una semanas lo hizo por el presupuesto. Ahora por sus espectadores, a los que no sólo tacha de conversadores, sino que los compara con los aristócratas que abucheaban a Mozart cuando algo les disgustaba. Como guinda, afirma que la cultura española tiene gusto de "nuevos ricos".

Una parte del público del Real se comporta "como los aristócratas en tiempos de Mozart", levantándose antes de que los artistas salgan a aplaudir o abucheando las propuestas. Así lo considera el director artístico del coliseo, Gerard Mortier. "Hay una parte en el Real que está para abuchear y eso, durante mucho tiempo, fue algo propio de la aristocracia", ha recordado Mortier en un encuentro organizado ayer por el Club Internacional de Prensa en el que también ha participado el gerente del Real, Ignacio García-Belenguer.

Mortier ha detallado que "ni Inglaterra ni España" tiene tradición de compositores de ópera y, si en el primero "pasan de Purcell -siglo XVII- a Britten -siglo XX-", en el caso del segundo, "que, curiosamente, aparece como el país en el que se desarrollan muchas obras", no es "hasta la muerte de Franco" cuando empieza a tener desarrollo la lírica distinta a la zarzuela."España es para mí, en muchas ocasiones, demasiado tímida y a la vez muy orgullosa, una mezcla peligrosa, aunque con una gran potencialidad", ha resumido.

A juicio de Mortier, la cultura española tiene gusto de "nuevos ricos".

El belga no se siente "incomprendido" por el público español porque, admite, la controversia le ha acompañado "a todos los sitios" que ha dirigido: "Dicen que me gusta provocar pero lo que me gusta es agitar y veo a mucha gente contenta. Lo único malo para el teatro es la indiferencia".

A pesar de los recortes -un 33 % en la aportación del Estado en los presupuestos para el próximo ejercicio- Mortier no ha tenido tentación de tirar la toalla. "Me gustan las situaciones difíciles y buscar soluciones y hacer más con menos dinero, pero es verdad que todo tiene un límite. Al Gobierno le hemos dicho que nos dan menos -8,7 millones de euros- que a un pequeño teatro alemán del Ruhr pero que nos piden que lo hagamos tan bien como Londres o París y eso es un gran problema".

Está decidido, ha subrayado, a "hacer cosas y hacerlas lo mejor posible" abaratando costes, como los del vestuario de Boris Godunov -de 300.000 a 70.000 euros- pero también, sugiere, habría que "reestructurar" la cultura española, "durante mucho tiempo de gusto de nuevos ricos".

"No sólo Ronaldo es una marca de España que se vende fuera, también el Real", dijo Mortier.

El edificio del Real, ha dicho, es desde su reapertura hace 15 años "uno de los mejores de Europa", con unas características técnicas "excepcionales" y unas salas "extraordinarias" -"una gran máquina de producir ópera"- pero durante mucho tiempo su programación "ha estado en la periferia". "Lo más importante para un teatro de ópera es tener una buena orquesta y un buen coro y creo que en los últimos dos años -desde su incorporación al coliseo madrileño- lo hemos logrado. Son de los mejores de Europa y son dos cosas que no 'gastan' nada y que dan mucho prestigio", ha presumido.

Ha recordado que de diez producciones para esta temporada, seis son propias y "pueden exportarse". "No sólo Ronaldo es una marca de España que se vende fuera, también el Real", ha destacado. Aún no ha conseguido todos los retos que se había propuesto pero, ha apuntado, no descarta en su sueño de convertir al Real en "el puente" hacia Hispanoamérica con producciones como la que preparan para la próxima temporada, "La conquista de México".

"No quiero hacer Verdi y Wagner -de los que se celebra el bicentenario de su nacimiento en 2013- al año que viene. Todo el mundo va a 'llevar flores a su tumba' y yo quiero hacerlo en 2014, cuando los cantantes estarán más 'libres'". García-Belenguer ha hecho un balance "muy positivo" de los 15 años que cumple en 2012 el Teatro Real en su reapertura y ha admitido que la gestión de los próximos 15 "será un reto apasionante" porque "seguirá el descenso de la participación" del Estado a la vez que se exigirá mantener el nivel con el resto de Europa.

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