¿Se imaginan que Rodrigo Rato retornase al consejo de administración de Bankia o incluso quisiera volver a ser presidente? Pues algo así podría ocurrir en la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), una entidad que comenzó a “estropearse”, según expresan muchos creadores, precisamente cuando Teddy Bautista, quien hoy está de nuevo a las puertas de formar parte de la junta directiva, decidió sustituir la “E” de “España” por la “E” de “Editores” y juntar a colectivos con intereses a menudo contrapuestos.
Fernando Illán Presa presentó su dimisión como miembro de la junta directiva de la SGAE en representación del Colegio de Pequeño Derecho hace una semana. Sorprendentemente, esta renuncia abre las puertas al siguiente de la lista por este colegio, que no es otro que Eduardo (“Teddy”) Bautista, quien no resultó elegido en las elecciones celebradas en octubre de 2018, cuando el músico José Ángel Hevia se alzó con la presidencia de la entidad, aunque su mandato apenas duró unos meses.
Teddy Bautista dimitió como presidente de la SGAE el 12 de julio de 2011, tras 34 años al frente de la entidad que gestiona los derechos de más de 120.000 socios. Once días antes, apenas 24 horas después de haber ganado de nuevo las elecciones para dirigir la SGAE, había sido detenido por la Guardia Civil y puesto a disposición judicial, junto a otros directivos, por aprobación indebida y desvío de fondos como consecuencia de una operación ordenada por la Fiscalía Anticorrupción, conocida desde entonces como “Operación Saga”. Desde el día 3 de julio de ese año Bautista está imputado de tres delitos: societario, aprobación indebida y administración fraudulenta. Tuvo que entregar su pasaporte y, en consecuencia, tiene prohibida la salida del país.
La posibilidad de que el líder de ‘Los Canarios’ regrese al órgano de dirección de la SGAE ha agitado las aguas de una ya de por sí turbulenta entidad
En un auto con fecha de 27 octubre de 2017, el titular del Juzgado Central de Instrucción número 5, José de la Mata, decretó la apertura de juicio oral contra once personas, entre ellos Bautista y el exdirector de la SDAE -filial digital de la SGAE- José Luis Rodríguez Neri, por los delitos de asociación ilícita u organización criminal, falsedad documental y de administración desleal y/o apropiación indebida por supuestamente poner en marcha una "sofisticada estratagema para derivar masivamente fondos" de la sociedad de autores. El magistrado impuso una fianza solidaria para Bautista y ocho de los acusados de 63,4 millones de euros en concepto de responsabilidad civil.
Aunque él mismo declaró en octubre del año pasado, cuando se anunció que su nombre formaba parte de la candidatura del Colegio de Pequeño Derecho, que “sería incompatible dirigir la entidad y estar condenado", también aseguró que “de no ser así la reinventará en un año”. Teddy Bautista tiene que solicitar su ingreso a la propia junta directiva, movimiento que se producirá o no después de la crítica asamblea general que se celebrará hoy, lunes 24 de junio.
Fuentes de la junta directiva creen que Teddy sí solicitará su reingreso y que, si lo hace, no será para ser uno más, sino para intentar mandar. Piensan que no es lo mismo dirigirse al juicio oral que en breve se abrirá en la Audiencia Nacional con el amparo de la SGAE que sin él. De hecho, la propia SGAE se retiró como acusación particular contra Bautista en septiembre del año pasado durante el mandato de José Miguel Sastrón, aunque sigue personada como parte perjudicada en el procedimiento y exigirá las responsabilidades civiles y patrimoniales que se deriven del mismo.
La regeneración pendiente
Son cuatrocientos cincuenta metros los que separan el Palacio de Longoria, sede de la SGAE, de la Audiencia Nacional, sita en la calle García Gutiérrez, 1. Paradojas de la vida, Bautista tendrá que realizar el paseíllo judicial en una calle dedicada a uno de los más relevantes autores españoles, Antonio García Gutiérrez, firmante, entre otras, de comedias y zarzuelas con títulos como Cegar para ver, La vuelta del Corsario, El robo de las Sabinas y De un apuro a otro mayor.
La posibilidad de que el líder de “Los Canarios”, grupo que tuvo un cierto recorrido a finales de los años 60, regrese al órgano de dirección de la SGAE ha agitado las aguas de una ya de por sí turbulenta entidad. La Asamblea General de la SGAE decidirá mañana si aprueba la reforma de los estatutos propuesta por la junta directiva. Los nuevos estatutos toman en consideración los requerimientos del Ministerio de Cultura y Deportes, quien tutela a la sociedad, y la Confederación Internacional de Sociedades de Autores y Compositores (CISAC). También se adapta a los preceptos impuestos por la nueva Ley de Propiedad Intelectual y da respuesta a los desafíos impulsados por la digitalización de los procesos de distribución de las obras musicales y audiovisuales.
Los socios participantes en las 12 preasambleas territoriales de la SGAE, celebradas la última semana, se han mostrado favorables a la reforma de los estatutos. Según una nota de prensa emitida por la SGAE el pasado día 21, “en términos globales, de los 3.683 votos emitidos por los socios de la entidad en estas preasambleas, 3.192 han sido favorables a la reforma estatutaria, una cifra que supone el 86,7% del total y que supera la mayoría de 2/3 necesaria para culminar la reforma de los estatutos”.
Fuentes de la junta directiva creen que Teddy sí solicitará su reingreso y que, si lo hace, no será para ser uno más, sino para intentar mandar
Esta modificación de los estatutos, sometida al refrendo de los socios, cuenta con el respaldo de los vicepresidentes de los cuatro colegios que integran la junta directiva (Pequeño Derecho, Gran Derecho, Obras Audiovisuales y Editores Musicales), que se han dirigido a los socios pidiendo su voto afirmativo. Sin embargo, el resultado es incierto porque los nuevos estatutos podrían cosechar el rechazo de las grandes discográficas y algunas cadenas de televisión.
Apoyo de la presidencia
La actual presidenta, Pilar Jurado, ha hecho una intensa campaña desde su nombramiento en febrero de este año. Está impulsando un consenso para lograr “la regeneración” de la SGAE, un cambio de cultura y adaptación a los nuevos tiempos que, a su juicio, es mejor que realicen desde dentro los propios socios. La alternativa al rechazo de esta transformación interna sería una catarsis de consecuencias imprevisibles. Si los votos afirmativos no alcanzasen la mayoría cualificada de dos tercios y los nuevos estatutos fuesen rechazados de nuevo, el Ministerio de Cultura volvería a cargarse de razones para solicitar de nuevo la intervención judicial de la entidad, a pesar de que la pasada semana fue denegada por la Audiencia Nacional, y la CISAC mantendría la expulsión temporal de un año acordada en la asamblea celebrada en Tokio a principios de este mes.
Muchos socios de la SGAE creen que el futuro de su entidad no puede estar en unas manos esposadas a dos procesos judiciales que podrían suponer hasta años de cárcel. El oscuro pasado acecha a una entidad que lucha por construir un futuro con comportamientos distintos a los que la hundieron en el descrédito. Hoy se escribirá un nuevo capítulo de un libro que lleva abierto 120 años, desde que el comediógrafo y periodista Sinesio Delgado y el compositor Ruperto Chapí fundaron el 16 de junio de 1899 la Sociedad de Autores Españoles (SAE), junto a Miguel Ramos Carrión, José Francos Rodríguez, Tomás López Torregrosa, Carlos Arniches, Quinito Valverde, José López Silva, Eugenio Sellés, Eusebio Sierra y Vital Aza, que fue el primer presidente.
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