“La tecnología está en la base y en el origen de todo lo que hacemos”, explica sentada en su despacho de la planta número siete. Desde el ventanal, puede intuirse el movimiento incesante de las personas que atraviesan Gran Vía en dirección a la calle Fuencarral, donde se ubica la entrada del Espacio Fundación Telefónica. Almudena Bermejo, su directora y responsable, está al frente del proyecto desde su inicio, hace exactamente siete meses.
“Cuando nacimos dijimos: hay un montón de centros culturales, ¿Pero hay contenidos? Nuestra necesidad tanto en ese momento como ahora era y es ser diferentes. Queríamos mostrar nuestro patrimonio como compañía desde hace más de 80 años, no sólo por lo mucho que teníamos en nuestro museo de telecomunicaciones o nuestra colección, sino porque queríamos y debíamos diseñar y divulgar un nuevo concepto de comunicación”, explica Bermejo.
Transformar. Esa es la idea. El número 28 de la Gran Vía madrileña, el primer rascacielos que se construyó en Europa, en 1929, fue la sede de la compañía Telefónica, que había sido creada cinco años antes. Ahora como entonces, la capacidad de comunicar era capaz de operar grandes cambios en la vida de las personas. Era la diferencia entre avanzar o quedarse en el mismo lugar y es justamente sobre ese principio que este espacio diseña sus objetivos.
El Espacio Fundación Telefónica nace justamente como un ejemplo de lo que ya es la cultura en el siglo XXI: un fenómeno basado en la creatividad, la innovación y por supuesto en la tecnología. Es justamente desde ahí que avanzan los nuevos emprendedores y los nuevos artistas; desde allí se genera una forma de hacer y consumir la cultura, el arte y la tecnología. El Espacio Fundación Telefónica busca, justamente, propiciar su producción, consumo y divulgación.
“Tenemos que facilitar el debate acerca de la cultura y la tecnología y divulgar, sobre todo en estos tiempos de crisis a los nos enfrentamos, el hecho de que la tecnología y la creatividad están asociadas al uso de ese tecnología”, explica su directora, Almudena Bermejo.
Que la cultura no se quede en la puerta
Todo en Espacio Fundación Telefónica comunica, comenzando por su estructura. A la vista del visitante quedan la vigas originales del edificio, gruesas barras de hierro –firmes desde hace casi un siglo- que presiden desde el suelo de cemento las cuatro plantas entre las que se distribuyen los 6.000 metros cuadrados del complejo cultural.
El espaio se distribuye desde el hall de acceso y la tienda en la planta baja; la 2ª planta donde se ubica el Auditorio (más de 200 plazas), como escenario para ciclos de conferencias, debates, jornadas educativas, cine, presentaciones de libros y la exposición de la Historia de las Telecomunicaciones; la 3ª planta como espacio expositivo donde actualmente se halla una retrospectiva de las obras premiadas del Concurso de Arte y Vida Artificial, además de tres salas para la realización de talleres complementarios y la planta cuarta dedicada también a exposiciones, en este momento, se exhibe la Colección Cubista de Telefónica.
Sin embargo, el verdadero plato fuerte del Espacio Fundación Telefónica ocurre todos los días, en las ideas que animan su estructura física. La aspiración principal del espacio es que lo que en él ocurra sobrepase sus puertas. Que su capacidad de influencia evolucione con la participación y el diálogo a través de las actividades realizadas en sus tres áreas: Cultura y arte; Divulgación y Conocimiento, desde donde se promueve la cultura digital y Educación y Formación.
“Queremos que este sea un espacio de todos y para todos. La tecnología tiene que llegar a todos, pero también es cierto que nos estamos enfocando en los jóvenes con talento. Pensamos que hay que favorecer la creatividad. En esta crisis tenemos que pensar, tenemos que escuchar al que crea, tenemos que escuchar a los que están estudiando, a los que tienen experiencia. Queremos recoger este conocimiento y hacerlo llegar a la sociedad, también para mantener y propiciar el tejido productivo”, explica Bermejo.
De este tipo de planteamientos como los que explica Almudena Bermejo se desprenden actividades como el programa Friends of talent, un ciclo especialmente enfocado a jóvenes interesados en desarrollarse profesionalmente “sin renunciar a su talento y personalidad”, con ganas de encontrar su sitio en el mundo laboral, de crear su propio camino y de conocer nuevas formas de hacer lo que les gusta para hacerse con un lugar profesional. Se trata de encuentros abiertos al público –y transmitidos en streaming- con dos personajes. La edición pasada fue, por ejemplo David Muñoz, chef y propietario de DiverXo y el atleta y broker español, Josef Ajram. Ambos no sólo conversan entre sí, sino que responden a inquietudes y preguntas del público acerca de su propia experiencia creativa y profesional.
Emprendedor y creador, un asunto de ideas
También existen ciclos como Thinking Party, eventos de tipo anual enfocados a abordar o reflexionar sobre un tema específico. El que realizó el pasado 6 de julio estuvo dedicado a la idea de reinventarse como un mecanismo creativo de adaptación y también de evolución. Además de conferencias con especialistas, el encuentro reunió 12 historias de personas que cambiaron su vida y la rehicieron desde cero.
“Hay un debate humano, y queremos que sea lógico, comprensible, divulgativo, por eso no los llamamos conferencias sino encuentros, donde la gente habla y participa y justamente queremos que llegue a todos y que puedan seguirlos todos, por eso lo transmitimos en streaming “, comenta Bermejo, quien apunta, como su dato más alto, haber registrado este verano, con la visita de George R. R. Martin, autor de Juego de Tronos, una cantidad cercana a las 10.000 personas conectadas en directo por Internet para ver la conferencia que ofreció Martin en el Espacio.
“¿Por qué trajimos al escritor George R. R. Martin? Veamos. Es un libro escandalosamente vendido, pero que se hace mucho más famoso por una magnifica producción de HBO y luego, en función de las redes sociales, se genera un autentico fenómenos transmedia : existe un video juego, existen comunidades de usuarios”, explica Bermejo aludiendo justamente a esa idea de cultura que crece a la par de una nueva forma de comunicar y de las nuevas plataformas tecnológicas.
En el Espacio Fundación Telefónica emprendedor y creador se unen, justamente, en su capacidad de generar y comunicar nuevas ideas, con nuevas herramientas, a nuevos personas, de otras maneras. Es o al menos esa parece ser, la premisa de un proyecto que a pesar de su juventud, parece tener muy definido adónde va y porqué.
En su primer año de existencia el Espacio Fundación Telefónica supone entre un 5% y un 7% de la inversión total de la Fundación Telefónica -cerca de 94 millones de euros-, que cuenta entre sus prioridades otras iniciativas como Escuelas Amigas, la Red Latinoamericana contra el Trabajo Infantil, Red de Aulas Fundación Telefónica, el Premio Innovación Educativa, entre muchos otros proyectos.
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