La izquierda española suele aludir a Vox como a un partido franquista, reaccionario y del pasado, pero los datos demuestran que son la primera opción entre los varones menores de 30 años. Además, no han dejado de crecer desde su fundación hace un lustro, convirtiéndose en pieza clave de la gobernabilidad en la capital y en cuatro comunidades autónomas. Más allá de las condenas desde el campo progresista, cabe preguntarse qué enfoque ha permitido al partido verde sacar ventaja de la situación, adelantando ya a Ciudadanos y Podemos, rivales mucho más fuertes hace tan solo un año.
La cabecera global Vice, una de las más atentas a las nuevas tendencias, publicó hace unos días un amplio reportaje titulado “TikTok está lleno de fans adolescentes de Vox”. TikTok es una nueva red social, basada en vídeos cortos, que tiene especial fuerza entre el público juvenil y en mercados emergentes como India y China. Para hacernos una idea: fue descargada más de 104 millones de veces en la tienda de aplicaciones de Apple durante la primera mitad de 2018, superando a Facebook, Youtube e Instagram como la aplicación de iOs más descargada del mundo durante ese período de tiempo.
"La derecha alternativa española, autodenominada#TeamFacha, asume la gramática de los memes y las dinámicas de la agitación troll", explica el politólogo Iago Moreno
La periodista Ana Iris Simón explica que Vox es el único partido español con presencia reseñable —1000 seguidores— en la red social (para hacernos una idea, el PSOE ronda los 50). La diferencia es que la cuenta del PSOE es oficial, mientras que Vox declara que ellos no gestionan la que lleva su logotipo. ¿Dicen la verdad o se trata de una estrategia para poder maniobrar mejor en una red donde está prohibida la propaganda política? Vox se mueve con especial soltura en un marketing político digital donde muchas veces no están claras las autorías de las acciones. Quedó claro también en la agresiva campaña publicitaria insertada en El País donde al leer contenidos del diario te aparecían anuncios con la frase “Estás leyendo el boletín oficial de Pedro Sánchez”. ¿Es la guerrilla la mejor manera de sacar partido a las redes?
'Gamers', cañas y Rosalía
Sean cuales sean sus técnicas de comunicación, el partido no deja de tomar ventaja frente a sus competidores. Han logrado que cuajen conceptos como la lucha contra la “dictadura progre”, donde utilizan lógicas contraculturales para defender ideas neoliberales. Un partido como Vox parecía algo invendible a la juventud en los años de esplendor del 15-M, pero han desplegado un abanico de estrategias que van desde las fiestas “Cañas por España” hasta su acercamiento a los ‘gamers’, pasando por contundentes contestaciones a los tuits de Rosalía. ¿Estamos asistiendo a una mutación de la cultura juvenil donde ser de derechas puede empezar a molar? Uno de los analistas más atentos a este fenómeno es Iago Moreno, politólogo gallego licenciado en Cambridge, capaz de bajar a las pistas de baile para estudiar los códigos secretos de las discotecas pijas de Madrid, donde el número de botones de la camisa que llevas abiertos revela la posición política de cada joven.
Dato etnográfico: dos fachas me acaban de explicar una movida con las camisas. Si van sin 1 boton son de Cs. Sin 2, del PP. Sin 3 en plan pecholobo... de vox. "Cero pruebas pero ninguna duda" han sentenciado.
— iago moreno (@IagoMoreno_es) August 28, 2019
Moreno publicaba hace unos días un documentado artículo sobre el partido derechista: “Desde mediados de 2018 la esfera de ‘youtubers’ que dedican sus canales a hacer críticas devastadoras al feminismo, elogiar las virtudes del fundamentalismo de mercado o caricaturizar a la izquierda, ha crecido vertiginosamente auspiciada por Vox. Al menos cinco de ellos tienen más de 100.000 suscriptores y los de Abascal les han concedido más de una docena de entrevistas a canales de su órbita. Mientras, en Twitter, la derecha alternativa española (autodenominada burlonamente como #TeamFacha) ha asumido con plena normalidad la gramática de los memes y las dinámicas de la agitación troll. En Instagram o Facebook, las páginas proderechistas se cuentan por miles, señalaba.
Ser 'facha' como bandera
Los personajes influyentes a los que alude sonarán a muchos: responden a nombres como Un Tío Blanco Hetero, InfoVlogger y Wall Street Wolverine, entre otros. “Lo que hay que comprender es que estamos ante una esfera política más compleja de lo que parece. Un Tío Blanco Hetero se define como antiVox, aunque alimenta muchos aspectos del discurso del partido, por ejemplo la lucha contra la ideología de género. Joan Planas se lleva mal con Vox, pero porque dice que no son suficientemente radicales. Después tenemos a Wall Street Wolverine, que es un libertario de derechas. También hay mujeres como Ivette en El país de la progresía y la plataforma Libertad y lo que surja”, explica en declaraciones a Vozpópuli. Todos ellos están muy atentos al campo de batalla cultural en Estados Unidos, del que han adaptado con éxito los enfoques de intelectuales como Jordan Peterson o memes como NPC (Non Player Character), que cuestiona el discurso estereotipado de los universitarios ‘progres’. Además no les falta sentido del humor: basta escuchar su vídeo viral #TeamFacha, una especie de ‘We Are The World’ de la nueva derecha alternativa española.
El libro que mejor ha explicado esta batalla es Estados de agravio. Poder y libertad en la modernidad tardía, de la filósofa y politóloga Wendy Brown. Se publicó hace 20 años en Estados Unidos, pero aquí se tradujo en 2019, confirmando que anticipaba problemas rabiosamente actuales. Así lo exponía la autora en una entrevista reciente: “En el libro me centro exclusivamente en la izquierda. Y lo que hago es una crítica a los movimientos y formaciones políticas de las que yo misma formaba parte. Hoy, los problemas que yo examinaba están cultural y políticamente en todas partes, al igual que la crítica que yo hacía. Quizá lo más importante en los últimos 20 años ha sido que la derecha ha aprendido cómo usar las políticas de libertad —la libertad de expresión, la libertad religiosa, social y económica, los derechos de la propiedad— para atacar las políticas de igualdad, inclusión y protección del planeta de la izquierda. Lo que nos está dañando a la izquierda ahora es que esta cedió a la derecha el lenguaje de la libertad. Todo, desde el etnonacionalismo hasta los derechos del patriarcado, se enmarcan en este lenguaje de la libertad”, resume.
Brexit punk
Otro ensayo esencial para este comprender el fondo de este debate es Un fracaso heróico. El brexit y la política del dolor, del periodista irlandés Fintan O’Toole. Su tesis más afiladas señala que la generación británica que más apoyó el Brexit fue la que creció oyendo y escuchando punk. En ambos casos se trataba de defender la libertad de elección frente a poderes tutelares superiores, que eran los padres y profesores a finales de los 70 y la Unión Europea en la actualidad. “Si eres inglés y tienes entre 50 y 60 años hay dos cosas que probablemente se te puedan atribuir. Una es que en 2016 votaste para dejar la UE: el 60% de los hombres y mujeres del Reino Unido con edades comprendidas entre los 50 y los 64 años lo hicieron. La otra es que fuiste, en los años inmediatamente posteriores a la entrada del Reino Unido en el Mercado Común, un punki. O si no un punki como tal, lo fuiste de manera indirecta, viviendo la emoción asociada al movimiento cultural inglés más poderoso y original de los tiempos modernos”, resume. Se trata de una lógica aplicable a otras batallas políticas, donde la derecha ha logrado presentarse como antisistema y la izquierda defiende los poderes establecidos por miedo a perder los restos del Estado del bienestar. ¿Veremos en España un Vox cada vez más punki?