Su nombre saltó a los periódicos de todo el mundo en 2010, cuando el escritor norteamericano Philliph Roth lo desenmascaró. Tras tirar del hilo e intrigado por la pregunta de una reportera italiana sobre unas supuestas declaraciones del norteamericano sobre Obama. Se trata de Tommaso Debenedetti, un periodista freelance del que nadie podría asegurar si se trata de un artistas conceptual, un hombre con un sentido del humor algo violento o de un delincuente. De ahora en adelante, ya no sólo será el hombre al que desenmascaró Roth, sino también como aquel que mató a Mario Vargas Llosa. Al menos así lo hizo esta mañana en Twitter, cuando –apropiándose de una supuesta cuenta vinculada a Alfaguara-, comunicó la muerte del Premio Nobel Peruano. Una hora más tarde, el sello que publica a Vargas Llosa desmintió tajantemente la noticia.
Durante diez años Tommaso Debenedetti public entrevistas inventadas con escritores como Philip Roth, el propio Vargas Llosa o Derek Walcott
Durante diez años Tommaso Debenedetti publicó en diferentes medios de su país un centenar de entrevistas inventadas con escritores como Philip Roth, el propio Vargas Llosa o Derek Walcott, y con personajes como Joseph Ratzinger, Mijail Gorbachov o Noam Chomsky. Nacido en Roma en 1969, casado y padre de dos hijos, profesor de italiano y de historia en un instituto público de la capital, hijo y nieto de críticos literarios (Antonio y Giacomo), Debenedetti dijo a El País en el año 2010. "Me gusta ser el campeón italiano de la mentira. Creo que he inventado un género nuevo y espero poder publicar nuevos falsos en mi web, y la colección en un libro. Por supuesto, con prólogo de Philip Roth". A mitad de camino entre la puesta en escena y la ironía, lo cierto que es Debenedetti consigue salirse siempre con la suya: convertirse en el centro de las miradas.
¿Falsificador, impostor o acaso el hombre que mete el dedo en el ojo? Luego de estudiar literatura e historia italaiana, comenzó a trabajar como periodista a destajo. En 1998 obtuvo un carné de colaborador de prensa que le dio al asunto todavía más miga. El de periodista no lo pudo sacar -ha dicho él mismo- porque en Italia se necesita tener dos años seguidos contratado en un periódico para acceder a é. En 1994 empezó a escribir críticas y entrevistas con escritores italianos. El asunto comenzó a cundir. Sus textos erann comprados como ciertos. "Mi idea era ser un periodista cultural serio y honrado, pero eso en Italia es imposible” dijo hace ya seis años al periodista Miguel Mora . "La información en este país está basada en la falsificación. Todo cuela mientras sea favorable a la línea editorial, mientras el que habla sea uno de los nuestros. Yo, simplemente, me presté a ese juego para poder publicar y lo jugué hasta el final para denunciar ese estado de cosas". Más que conocida fue la creación de un perfil de Facebook falso de Vargas Llosa, en la cual el peruano supuestamente anunciaba una visita a Argentina.
¿Falsificador, impostor o acaso el hombre que mete el dedo en el ojo?
Así continuço durante años publicando textos falsos. Hasta que una periodista de La Repubblica preguntó al a Philip Roth si era cierto que había hecho unas declaraciones criticando a Barack Obama, él lo negó. Sin embargo, comenzó a investigary descubrió no una sino cinco entrevistas falsas firmadas por Debenedetti , quien atesoraba muchas más en este tipo: Laura Pérez Esquivel, Manuel Vázquez Montalbán y John Grisham. En 2006, antes de las elecciones italianas, publicó unas falsas declaraciones de John Le Carré, quien decía entonces que habría votado a Berlusconi. La entrevista falsa fue citada por Il Corrierre, Le Carré montó en cólera y lo desmintió en The Guardian. La Repubblica se hizo eco pero nadie hizo caso. En ese momento no pasó nada.
Gore Vidal, Toni Morrison, E. L. Doctorow, Günter Grass, José Saramago, John Grisham, los los premios Nobel Jean-Marie Gustave Le Clézio y Herta Müller... ¿A quién no ha falseado este hombre? Dos años después del episodio del Facebook de Vargas Llosa, en 2012, Tommasso Debenedetti se hizo pasar por Umberto Eco en un cuenta falsa de Twitter para dar a conocer la supuesta muerte de Gabo. Aseguró entonces que con aquello pretendía señalar de qué forma los periodistas no confirman las noticias de las redes sociales.
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