El madrileño Eugenio Merino tuvo su momento de mayor popularidad en Arco 2012, cuando expuso la figura de Franco congelado y uniformado dentro de una nevera de Coca-cola. La obra se tituló Always Franco y fue denunciada por la Fundación que guarda el legado del dictador militar, redoblando el impacto mediático de Merino. El revuelo también creció por una carta de José María Álvarez del Manzano (exalcalde de Madrid y director de Ifema en la época) disculpándose con la Fundación porque "representar así a cualquier ser humano es inadmisible".
Con estos antecedentes, Merino sabe ya lo que tiene que hacer para que le atiendan todos los medios de comunicación. Por ejemplo, una tumba con la parte frontal transparente para que se vea la figura del interior, el poeta granadino Federico García Lorca. Se trata de una exposición de una sola obra que se expone en la galería Memoria de Carabanchel. No tiene dudas de que televisiones, radios y periódicos vamos a atenderle porque es una imagen que llama la atención del público, o más bien la gresca, en un ecosistema sociopolítico muy polarizado. La instalación se titula Ruina y el público puede caminar por encima de ella.
Merino ya había trabajado con la figura de Lorca en la obra Monumento al cuerpo desaparecido, un proyecto que expuso en ARCO 2023. “Si vemos, por ejemplo, la escultura a Lorca frente al Teatro Español, aparece con una alondra, una especie de símbolo de la paz que no transmite, básicamente, ningún tipo de conflicto”, declara en la publicación izquierdista El Salto. "Una representación de Lorca no puede pasar desapercibida, como sucede en la plaza de Santa Ana”, insiste.
En realidad, puede argumentarse justo lo contrario: reducir a Lorca a las circunstancias de su muerte eclipsa la potencia de su obra y le convierte en mascota para militantes en vez de en un poeta nacional, que tiene un mensaje para todos, más allá de cómo terminasen sus días. ¿Cuál es el valor artístico de la obra de Merino? Entre escaso e inexistente. Más bien parece el adorno morboso de un parque temático sobre la Guerra Civil.
Lorca y el cobro por adelantado
Hay que decir que el método no siempre funciona: Merino no consiguió vender en 2019 un ninot del rey Felipe VI al que puso precio de 200.000 euros y la condición de quemarlo en el plazo de un año. La obra fue una colaboración con Santiago Sierra, otro provocador profesional, y tuvieron que quemarla para deshacerse de ella. Santiago Sierra aprendió la lección y sus siguiente provocación prefabricada se la cobró por adelantado a Tatxo Benet, socio de Roures en la productora Mediapro. Nos referimos a la Presos políticos en la España contemporánea, que fue expuesta y retirada de Arco 2022, generando un gran revuelo (allí representaba a líderes independentistas catalanes, entre otros). El precio fue de 80.00 euros más IVA. Benet ha usado la obra como elemento clave de su reciente Museo de arte censurado de Barcelona.
"El compromiso político del poeta, su defensa de la causa republicana y su libertad sexual son tres ejes de análisis", según la comisaria de esa muestra de una sola obra
Esta reducción de Lorca a lo que interesa a los militantes de izquierda actuales queda claro en el texto de la comisaria Semíramis González: "Eugenio Merino recurre al Lorca telúrico, de lo auténtico, del polvo y de la tierra, para convertirlo aquí en monumento y en presencia que se abre en la tierra, como un abismo que se hace presente pese a que se intente esconder. (...) El compromiso político del poeta, su defensa de la causa republicana y su libertad sexual son tres ejes de análisis que aún hoy están en discusión (...) Sobre el suelo en bruto no encontramos, aparentemente, nada. La ruina se ha instalado como protagonista, sin intentar disimularla, y siendo precisamente esto, su resto, lo que nos reciba”, explica. La exposición también fue animada por un recital de versos lorquianos a cargo de Alberto San Juan.
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