Este ha sido un año difícil. ¿Qué año? Poco importa, porque, en general, para los políticos, todos lo son. Así empieza la nueva película de Olivier Nakache y Eric Toledano, en la que, a través de vídeos de archivo de diferentes épocas, componen un mosaico de declaraciones institucionales de mandatarios franceses como Hollande, Sarkozy, Chirac o D'estaing con algo en común: pasan los años y da la sensación de que no existe avance posible. Los directores de Intocable (2011), uno de los mayores éxitos cinematográficos del país galo, arrancan así Un año difícil, una comedia romántica que parodia el activismo, los excesos "woke" y en general todos los esfuerzos colectivos que parecen perder el sentido por el camino.
Maestros de la ironía, Nakache y Toledano ya demostraron sus dotes para hacer humor de la vergüenza ajena en C'est la vie (2017) y, más allá de Intocable, su gran éxito, defendieron su reinado en las comedias con toque humano en Especiales (2019), en la que abordaron el autismo a través de un caso real. En la película que acaba de llegar a los cines, presentan a dos pícaros sin principios ni escrúpulos, Albert y Bruno, que, ahogados por sus deudas, se cuelan en una organización medioambiental para aprovecharse de los jóvenes que dedican su tiempo a planificar acciones para salvar el mundo.
"Los protagonistas son dos perdedores simpáticos, un poco patéticos que representan a la sociedad francesa, y hay muchos como ellos. Como hacían los maestros de la comedia italiana, como Marcelo Mastroiani o Vitorio Gassman, queríamos transmitir en ellos su herencia. Son simpáticos e intentan usar todos los medios a su disposición para sacar la cabeza del agua, incluso aprovechándose de las situaciones", explican los directores.
Para estos directores, que presentaron su película en la pasada edición del Bcn Film Fest, siempre es peligroso hacer una película y en esta ocasión aseguran que se ríen de ellos mismos. "Siempre hemos elegido temas que son peligrosos, porque si no puede ser aburrida y plana. La discapacidad es un tema peligroso, el autismo también lo es, como lo es el psicoanálisis... Es interesante porque hay peligro. Si no va a tener altibajos, no nos importa. Hoy en día sabemos a qué hora llegamos, ya hemos leído los comentarios del hotel y el restaurante al que vamos a ir. Se intenta no tener sorpresas, y cuantas menos sorpresas hay en la vida más aburrida es. Hay que ir hacia temas arriesgados porque si no nos aburrimos", han señalado con motivo de su estreno en los cines españoles.
Un año difícil: en busca de los matices
Nakache y Toledano lamentan que hoy en día, cuando a alguien no le gusta algo, en lugar de levantar el teléfono y llamar, lo hace a través de las redes sociales: "Vivimos en una sociedad en la que han desaparecido los matices y solo hablamos de lo que nos gusta o de lo que no nos gusta. No hacemos las películas para ellos. Si queremos hacer una película sobre la que nadie opina o nadie se arriesga es mejor que cambiemos de profesión".
"Los que quieren prohibir, que se vayan a los países totalitarios porque allí se sanciona y se censura"Olivier Nakache y Eric Toledano, directores
Un año difícil aborda cuestiones que preocupan en la actualidad, como son el cambio climático y el aumento de las temperaturas, el consumismo, la mercantilización de todos los aspectos de la vida o el desperdicio alimentario. Sin embargo, sus directores han preferido contemplarlos desde el humor, lo que en su opinión no quita importancia a los asuntos que abordan. Para esta redactora de Vozpópuli, pocos directores en la actualidad consiguen ese equilibrio entre el atrevimiento con los asuntos más delicados y la mirada ácida o irónica. Y se atreven no solo con el fondo, sino con el ritmo: tan veloces que no se paran a pensar en los efectos de sus chistes ni en las posibles críticas por reaccionarios, aunque tampoco parece importarles mucho. Su éxito está garantizado, incluso a pesar de que Un año difícil no es ni mucho menos su mejor película. Son ágiles, son listos y, por qué no decirle, también provocadores.
"Hemos hecho una gira de 170 cines en los que la gente debatía todas las noches. El cine no está para gustar a unos o a otros, está para crear debate. Los que quieren prohibir, que se vayan a los países totalitarios porque allí se sanciona y se censura. En los países libres se puede decir de todo y te puedes burlar de todo", han apuntado los directores, que aseguran que no ha habido ningún problema con esta película.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación