Hay un no sé qué en la forma en que Tony Soprano sostiene el puro que nos vuelve locos. En el magnetismo que tienen los andares de Robert de Niro en Uno de los nuestros. Esa forma hipnótica en que Vito Corleone mueve las manos. No sé qué carajo es, pero el gánster tiene un atractivo innegable, igual que los chicos malos de clase se llevan siempre a las rubias guapas.
El mafioso es uno de los mitos irrenunciables de nuestra cultura moderna, un mito forjado en el séptimo arte y que sigue vigente más de un siglo después. Entre el mito y la realidad se sitúa el último libro de Javier Márquez para Muddy Waters Books, Uno de los vuestros. Un libro sobre la historia de la mafia, como nunca antes ha sido contada.
Y es que Márquez incluye en su revisión histórica múltiples referencias cinematográficas y analiza la figura del gánster desde todos los ángulos: gastronómico, moda, códigos, expresiones, costumbres, cultura… Reconociendo que los mafiosos de verdad, los de carne y hueso, son asesinos despreciables fruto de una desviación del sueño americano, mientras que los que aparecen en la gran pantalla tienen un atractivo inconfesable.
El gánster tiene un atractivo innegable, igual que los chicos malos de clase, se llevan siempre a las rubias guapas
Quizá la clave de por qué nos gustan tanto esos tipos con pistola, rudos modales y ambición sin límites esté en los malotes de clase que mencionaba antes. Al fin y al cabo, ellos eran capaces de enfrentarse a un sistema al que uno no tenía agallas para rechistar. A lo mejor, las chicas se fijaban en ellos por ser la quintaesencia del superhombre de Nietszche, gente sin más valores que los que se crean ellos mismos.
Tony Soprano no deja de ser un tipo gordo que engulle más cannoli de los que recomendaría la OMS y que hace chistes de putas de dudosa gracia. Pero existe un imán en su mirada, en su actitud hacia la vida, que no deja indiferente a nadie que se sumerja en la serie de David Chase.
A Vito Corleone se le estudia en las escuelas de negocio como un maestro más. Guillermo de Haro dejó muy claro en su Corleone Business School que il capo di tutti capi de los Corleone es un magnífico empresario. Don Vito siempre ha tenido claro sus objetivos. Primero, negarse a ser "un títere movido por los hilos de los poderosos". Después, siendo ya un poderoso más, llevar a la familia de vuelta a la legalidad.
Probablemente, quien mejor encarnó al prototipo de gánster atractivo en la realidad fue Bugsy ojos azules Siegel. Este pistolero, brazo armado del temido Lucky Luciano, frecuentaba las fiestas de Hollywood y se le tenía por uno de los mayores galanes. En su biografía, Lauren Bacall cuenta cómo la primera vez que coincidió con él en una fiesta de Humphrey Bogart quedó impresionada. "Cuando Bogie me contó que Bugsy mantenía contactos con el bajo mundo, no pude creerlo", escribe la actriz, a quien Siegel le pareció “delicado” y cortés.
Al Capone y Lucky Luciano
Márquez repasa en su libro la historia de la mafia desde los orígenes en Sicilia hasta la actualidad. Se detiene en nombres propios como Al Capone y Lucky Luciano. Capone, el gánster de Chicago de los años 20, ha terminado siendo una de las figuras de la mafia más reconocibles. Fue uno de los más feroces mafiosos de la historia, y acabó en prisión con síntomas de demencia por una sífilis mal tratada que le contagió una prostituta. Acabaría sus días como un enfermo mental.
Coetáneo suyo es Lucky Luciano, el gánster que se alzaría en jefe de las cinco familias tras los sucesivos asesinatos de Joe Masseria ('El jefe') y de Salvatore Maranzano. Este último fue clave en la estructuración de la Mafia en familias, capos y soldados. Fanático de la historia del Imperio romano, Maranzano aplicó al mundo mafioso varias de las estructuras de aquellos tiempos.
Luciano, más pragmático, cambió varias cosas con su ascenso al poder en los años 30. Él, al contrario que Maranzano, no tenía problema en relacionarse con los judíos y los irlandeses. Meyer Lansky y Bugsy Siegel fueron dos piezas claves en el tablero para establecer su hegemonía. Encarcelado por proxenetismo, Luciano colaboró con el Ejército americano en la Segunda Guerra Mundial, proporcionando servicios de Inteligencia y contactos con la mafia en Sicilia. A cambio, Estados Unidos le conmutó la pena y le permitió pasar el resto de sus días exiliado en Italia.
Sinatra, los Kennedy y John Gotti
El libro prosigue con la trayectoria de los principales mafiosos, deteniéndose en casos concretos como el del mafioso Sam Giancana y su relación con Frank Sinatra y los Kennedy. Márquez conoce bien la trayectoria del ‘Rat Pack’, el grupo de amigos formado por Sinatra, Dean Martin y Sammy Davies Jr, pues cuenta con un libro (muy disfrutable) dedicado en exclusiva a ellos.
En esta ocasión, recuerda que Sinatra le debe a la Mafia su salvación artística, ya que le sacó de la ruina consiguiéndole conciertos y participaciones cinematográficas (le ayudaron a obtener su papel en De aquí a la eternidad, por el que ganaría el Oscar). Sus amigos Dino y Sammy disfrutaban menos de la compañía de estos asesinos.
En uno de los episodios más duros del libro se cuenta cómo Sam Giancana, el brutal gánster de Chicago, retorció el brazo de la actriz Shirley MacLaine hasta hacerla llorar cuando esta se negó a cenar con él. También se describe el enfado de Giancana y otros mafiosos con Kennedy ante la persecución a la que los sometió después de que hubieran financiado y contribuido a su campaña electoral. No hay que olvidar que el padre de John Kennedy, Joseph, traficó con alcohol en los años de la Ley Seca.
Márquez continúa su relato hasta nuestros días, pasando por otra destacada figura gangsteril como John Gotti, que interpretó en el cine John Travolta. Deja claro en todo el libro que por mucho que el séptimo arte nos haya hecho sentir empatía por estos cowboys modernos, no debería haber paz para los hombres malos. Pero no se puede obviar que en el rebelde, en el subversivo, siempre hay un punto de atracción. Las mujeres se enamoran de los peores asesinos, y los hombres quieren emular a los peores gánsters. ¿Cuántos imitadores de Pablo Escobar hay en el mundo narco de Latinoamérica? Es más, ¿cuántos de nosotros no nos hemos puesto en modo Corleone en alguna negociación? ¿O hemos querido intimidar como Tony Soprano?
En el fondo, el atractivo del gánster radica, igual que los malotes, en su capacidad para dar un golpe sobre la mesa cuando nadie más se atreve. En la gallardía de decir: "Estos son mis principios, si no le gustan, aquí tiene mi pistola". En la temeridad de atreverse a vivir con intensidad y morir joven. Buona sera a tutti.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación