La saturación del pop de radiofórmula nos impide muchas veces descubrir nuevas propuestas. Por eso es una alegría llegar hasta El Palmas, tercer sello discográfico de Maurice Aymard, venezolano afincado en la Ciudad Condal. A grandes rasgos, su propuesta es una síntesis de electrónica y música tradicional del trópico, ritmos para bailar sin renunciar a la elegancia.
¿De dónde viene el seudónimo de El Palmas? “Sale de varias llamadas telefónicas con el El Dragón Criollo, un músico muy bueno con el tema de los nombres. Entre pitos y flautas, conversando, un día salió esa palabra. En Venezuela es muy común usar la palabra ‘pana’, es como decir colega o ‘mi brother’. El Dragón y yo somos muy panas, así que a raíz de esa palabra y la conexión que buscamos con la música tropical surgió El Palmas, un pana tropical jajajaja”, recuerda. El intenso periplo vital de Aymard es clave para comprender los sonidos que maneja. Escuchando sus respuestas queda claro que El Palmas tiene cuerda para rato.
Pregunta: Leo que sus comienzos están ligados a la escena de ‘raves’ venezolana en los 2000.
Respuesta: Sí. La escena 'rave' en Venezuela llegó en 1998 en un festival que se organizó en la Playa de Patanemo. Vinieron artistas de Europa y estaba más enfocada al techno. Al mismo tiempo existía una escena house que hacía fiestas y eventos en clubs pequeños o en casas privadas. Más adelante se popularizó y se comenzaron a hacer eventos con artistas internacionales, desde Masters At Work hasta Juan Atkins. La La música electrónica de Venezuela comienza en los ochenta con artistas como Miguel Noya y Angel Rada, entre otros, enfocados a la música experimental. Ser testigo del nacimiento de una vertiente musical en tu país no tiene precio, lo aprendes todo. Haber contribuido con mi grano de arena me hace muy feliz.
Se mudó a Barcelona huyendo del ascenso del chavismo. ¿En qué sentido diría que afectó a la vida cultural del país?
Cuando llega Chávez al poder comienza un control de cambio, no podías traer nada de fuera sin que el Gobierno te autorizara. En mi caso, me ocurría con los discos porque tenía una tienda, así que era un marrón importar. La inflación se desbordaba, comprabas algo hoy y ya mañana tenía otro valor. Cada fin de semana había una protesta y era imposible organizar eventos o tocar en ellos. La inseguridad en el país se disparó y justo cuando todo esto ocurre me secuestraron por unas cuantas horas y me llevo el susto de mi vida. Me salvé de casualidad. Ahí es cuando decido irme y dejarlo todo, familia, negocio y mi vida entera.
"Creo que la versatilidad que existe en Barcelona es en gran parte por la gente que viene de fuera", opina Aymard
Tremendo. El disco Color de trópico, su recopilación de música venezolana con Dragón Criollo, me ha parecido muy potente. He pensado que el oyente español está saturado con oferta mexicana, brasileña y hasta colombiana, mientras apenas conocemos Venezuela. ¿Diría que hay algo específico que tenga que ofrecer el país?
En Venezuela en los años setenta existió una gran bonanza económica, y esto hizo que la escena musical y cultural tuviese mucho empuje. Existían muchísimos artistas experimentando y haciendo todo tipo de estilos, salsa, cumbia, afro, soul, funk, joropo y no pare de contar, muchos de ellos hicieron temazos pero no todos fueron conocidos en la época. De eso se trata con Color de Trópico, de rescatar y homenajear esta era. Además de todo esto, en estos momentos nuestro patrimonio cultural esta un poco olvidado y este recopilatorio es un recordatorio de que existe y hay que seguir rescatándolo.
Me parece muy interesante lo que cuenta en una entrevista reciente con la web anglosajona Discogs. Dice que al llegar a Barcelona “la escena electrónica estaba muy saturada. Los DJs habían dejado de pinchar vinilo y apenas había espacio para nuevas propuestas. O triunfabas a lo grande o estabas muerto”. Refleja muy bien un proceso triste: la muerte de la clase media musical. ¿Qué consecuencias tendrá esto?
Pienso que tendremos poca variedad y escucharemos lo que nos dicten los grandes monopolios. La clase media se está perdiendo, lo vivimos día a día. Compras en Amazon lo popular o compras en la tienda de tu barrio algo alternativo; las plataformas de ‘streaming’ pueden llegar a dar prioridad al género en tendencia antes que apoyar artistas nuevos; los medios difícilmente dan visibilidad a sellos independientes; lo mismo con los grandes festivales y los artistas de gran potencial aunque nadie los conozca. Pienso que hace falta balancearlo mejor, además de apoyar lo que ya esta consolidado y vende, hay que dar espacio y oportunidad a los productos nuevos de calidad y con potencial; tener un poco de visión y apoyarlo porque el publico lo va a apreciar. Eso es lo que tratamos de hacer nosotros, creemos en nuestro sonido sin importar mucho lo que está pasando ahí fuera.
Siempre he pensado que la modernidad de Barcelona no es especialmente proclive al latineo. Se puede ver en los carteles mayoritariamente anglosajones de los festivales más famosos. ¿Qué tipo de recepción han encontrado sus discos?
Es cierto hay muy poca escena latina aquí, pero Barcelona es así, una ciudad pequeña que lo tiene todo. Pienso que si quieres desarrollar una carrera artística es mejor vivir en capitales, hay un momento en que esta ciudad se te queda pequeña. Ideal es vivir aquí cuando tu carrera ya cogió rumbo. También creo que la versatilidad que existe aquí es en gran parte por la gente que viene de fuera, muchas mezclas de culturas que hace que la ciudad sea más enriquecedora.
"Al escuchar una ‘demo’ tiene que generarme algún tipo de sensación: hacerme viajar, sonreír, sentir nostalgia, ponerme la piel de gallina...Pero, sobre todo, me tiene que contagiar ganas de bailar", explica Aymard
El Palmas es su tercer sello musical. ¿Qué evolución encuentra con los dos anteriores?
Sin mis dos sellos anteriores, El Palmas no existiría; lo aprendí todo ahí. La experiencia que me dio publicar más de cien referencias hace que todo esto sea posible. En cuanto a la evolución diría que es a todos los niveles, desde afinar al cien por cien el oído, el manejo de contratos y artistas, la promoción de cada lanzamiento y la conceptualización de cada proyecto. El Palmas Music es un proyecto a mis cuarenta y pocos años que por donde lo veas es un producto mucho más maduro. A nivel musical añadiría que es la conexión directa con mis raíces latinas.
¿Cuál es su criterio para fichar a un artista? ¿Nos lo explica con los casos de Contento y Acid Coco?
Mi criterio es solo musical, mi oído es el que decide. Al escuchar una ‘demo’ tiene que generarme algún tipo de sensación: hacerme viajar, sonreír, sentir nostalgia, ponerme la piel de gallina...Pero, sobre todo, me tiene que contagiar ganas de bailar, ahí es cuando digo “esto hay que firmarlo”. A partir de aquí ya comienzo a indagar un poco más sobre dónde viene el artista, sobre todo sus raíces.
¿Cómo empezó a interesarse por la música? Creo que tuvo algo que ver su familia paterna.
Siempre recuerdo a mi viejo en los años ochenta comprando buena música, tenía una infinidad de casetes y vinilos. Su primo también tenía una tienda de discos en la ciudad de Mérida, que queda en la cordillera de los andes venezolanos. Era la única tienda que había en la ciudad. Además de esto, recuerdo que él llego a ‘bookear’ (contratar para conciertos) a algunos artistas venezolanos como Ricardo Montaner, Adrenalina Caribe, Ilan Chester y Yordano en la ciudad de Puerto La Cruz, que queda en la costa del país. De igual manera, no recuerdo un solo día en mi vida sin música, el tráfico interminable de Caracas te obligaba a escucharla cada día durante horas, cuando ibas en coche o en bus siempre había música tropical sonando a toda pastilla, para mí era inevitable estar todo el día pendiente de la música.
¿Cuáles son sus planes para 2021?
Teníamos dos opciones para el año que viene, esperar que pase todo esto o seguir, así que optamos por la segunda, tenemos ya firmados un álbum nuevo de Acid Coco y varios singles de Contento. Además vienen tres álbumes nuevos de tres bandas diferentes, Jaguar, La Jungla y El Dragón Criollo. Ya estamos masterizando el segundo compilatorio de música venezolana y por ahí viene uno colombiano y otro francés, así que viene un año bastante movido. Lo único que nos preocupa son las giras, esperamos que podamos viajar los antes posible.
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