Cultura

Will Smith busca una nueva oportunidad tras su puñetazo en los Oscar con 'Bad Boys 4'

Llega a los cines una nueva entrega de la pareja de policías más famosa del celuloide

Llega a los cines Bad Boys: Ride or Die y Will Smith resurge de sus cenizas como mejor sabe hacerlo: con una película de acción con buenas dosis de comedia en la que explota todo su potencial como tipo simpático, familiar, cariñoso, leal y comprometido al que tenía acostumbrado al público. Borrón y cuenta nueva para el actor al que todos adoraban y que de la noche a la mañana fue expulsado de la Academia de Hollywood por un comportamiento inapropiado ocurrido en marzo de 2022 durante la ceremonia de los Oscar, que consiguió sacar palabras de asombro que en Estados Unidos solo se escuchan en los momentos realmente serios. 

En aquella ceremonia, el actor, propinó un puñetazo a Chris Rock después de escucharle bromear sobre la alopecia de su esposa, Jadet Pinket, que estaba presente en la ceremonia. También en aquella gala recibió su primer Oscar por su papel en El método Williams, un triunfo que no pudo disfrutar del todo en una noche que le dejó un sabor agridulce y miles de crónicas en todo el mundo con el foco puesto en lo mismo. 

Hace apenas unos días visitó el plató de El Hormiguero, el programa de Pablo Motos, pero no concedió ninguna entrevista y es fácil imaginar por qué. En un ir y venir de periodistas que habitualmente se sientan frente al entrevistado durante escasos minutos en los "junkets" interminables de promoción de las películas, la única pregunta que seguro se iba a repetir iba a versar sobre lo mismo. Por ello, se ha optado por un gesto promocional simbólico en Madrid para pasar página e implorar una segunda oportunidad: una fotografía con la Cibeles de fondo.

Para redimirse ante el público, Will Smith llega a los cines, donde mejor se defiende, con la cuarta parte de la Bad Boys. Esta saga arrancó en 1995 con dirección de Michael Mann y con título homónimo -titulada en español Dos policías rebeldes- y continuó en 2003 con la misma dirección, a la que se sumó en 2020 Bad Boys for Life, esta vez con Bilall Fallah y Adil El Arbi como directores, que repiten también ahora. 

El resultado que llega ahora a las salas de cine es una buena película de acción, que asimismo es una "buddy movie" -película de colegas- con muchas dosis de lealtad, amor y familia, un tanto tradicional, pero en la línea que se ha visto hasta ahora de los dos personajes protagonistas: dos agentes (interpretados por el propio Will Smith y Martin Lawrence) que, tras descubrir un caso de corrupción en las tripas del cuerpo de policía al que pertenecen, y tras ser víctimas de una trampa, se convierten en fugitivos. 

Chistes malos y mucha acción

Los chistes malos o templados se repiten demasiado a menudo en una película que también peca de ese efecto tráiler por el que las escenas más breves se suceden a un ritmo vertiginoso. Hay persecuciones, peleas cuerpo a cuerpo y un ritmo más o menos ameno que permite disfrutar de una película sin demasiadas pretensiones y que desde luego funciona como regreso digno de un actor que tiene un papel importante en el cine, incluso cuando nadie -ni él mismo- haya podido justificar lo que ocurrió en marzo de 2022.

La fórmula de la cuarta entrega de Bad Boys es la misma, no se inventa la pólvora ni resultara inolvidable por ningún detalle, pero esta película de acción prescindible y repetitiva cuenta con una de las parejas interpretativas que mejor funcionan en este género, y es una pena que no se aproveche todo el jugo cómico porque es lo único que realmente la hace diferente a cualquier otra cinta con explosiones, caídas, golpes y disparos. Para esta redactora de Vozpópuli, ese toque humano que se escapa de los algoritmos y diseños milimétricos y que realmente es lo que la convierte en algo especial.

Aunque Motos no le preguntó en ningún momento por el golpe en cuestión, él sí hizo referencia a sus errores del pasado. "He aprendido que soy humano y no soy perfecto", señaló Will Smith en un momento de la entrevista. Sirva como símbolo y como disculpa, quizás, ese momento tan comentado de la película en el que recibe un puñetazo y pasa a ser, en esta ocasión, el agredido en lugar del agresor. Como si esta película tuviera solo un cometido, el de poner una alfombra de acción al regreso de Will Smith y, de paso, ofrecer diversión en una sala de cine fresquita, el plan perfecto ante las altas temperaturas estivales.

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