Podría ser una entrevista más, una conversación de menos de una hora entre uno de los cineastas vivos más importantes y uno de los directores más respetados del cine español, pero no lo es en absoluto. Un día en Nueva York con Woody Allen es el título del encuentro entre David Trueba y el autor de títulos como Manhattan o Annie Hall, una cita entre dos amantes del cine en la que, precisamente, hablan solo de lo que más les interesa, las películas, y solo por esto es algo especial.
Cine, cine y solo cine. Lejos de ser una entrevista inocente, llega a Movistar+ no solo para acercar los secretos del cineasta neoyorquino, sus anécdotas y sus inquietudes en el cine, sino también con la vocación, no manifiesta, de convertirse en un acto de resistencia de un director que en la actualidad vive un exilio cultural en su país, Estados Unidos, donde sus películas hace tiempo que no encuentran distribución para verse en los cines, como le ha ocurrido, sin ir más lejos, con su reciente filme Golpe de suerte, que en España se estrenó en septiembre de 2023.
Hace pocos días, el medio especializado The Hollywood Reporter se hizo eco de los pases clandestinos que tenían lugar en la ciudad de los rascacielos para poder ver precisamente esta película, así como de los enlaces pirata que circulaban por internet para descargarse este filme. A pesar de que las acusaciones de Mia Farrow no han tenido el respaldo de la justicia -ella denunció al director por abusos sexuales a su hija adoptiva Dylan Farrow pero finalmente no fue acusado- lo cierto es que la sociedad norteamericana lo ha cancelado. Esta entrevista, por tanto, resulta una proeza.
En Italia, como en España o en Francia, sí es bien recibido, como demostraron los asistentes del Festival de Venecia, donde fue ovacionado durante la proyección de su última película así como en la rueda de prensa, aunque no pudo huir, eso sí, de las pancartas con las que algunos críticos le acusaron de "violador" a las puertas del certamen.
Woody Allen, que el pasado mes de noviembre cumplió 88 años, hace un anuncio al poco de arrancar esta entrevista de David Trueba. Aunque todos pensaban que Golpe de suerte iba a ser su última película, asegura que tiene preparado un guion y que en este momento está buscando financiación -lo "más complicado" de hacer películas, según asegura- para un proyecto que espera empezar a rodar en pocos meses. Precisamente, su deseo es localizarla en Italia, aunque no es algo cerrado.
Woody Allen y un "spoiler"
La entrevista empieza fuerte y, para ser sinceros, se va deshinchando si lo que el espectador busca es una colección de exclusivas y la respuesta a esa pregunta de marras que en esta ocasión nunca llega. Esto es un "spoiler", cierto, pero el hecho de que aquello por lo que más ha aparecido en los titulares -a vueltas con la acusación de marras- en los últimos años no sea ni la guía de la conversación ni tampoco la guinda del pastel la convierte en una rara avis.
Sin embargo, funciona, porque deja espacio para hablar de todo aquello que parece perder interés cuando llega la pregunta amarilla. Aquí, en cambio, solo hay espacio para el cine. ¿Cómo ha sido capaz de rodar casi una película por año durante medio siglo? "Doce meses es tiempo suficiente para escribir una película, rodarla y montarla", cuenta Allen, que afirma estar siempre trabajando y, cuando se toma un respiro, llena su vida con actividades "normales de ciudadanos de Nueva York", como asistir a un partido baloncesto o ir al cine. Después, empieza a escribir de nuevo.
"Muchos de los cines de Manhattan han cerrado. Una película se mantiene en la cartelera un par de semanas y después va directa a la televisión"Woody Allen, director
¿Qué hay del "futuro del cine?, le pregunta David Trueba al final de esta entrevista. "En estos momento no soy muy optimista", señala Woody Allen, quien asegura que "hay mucho talento en el mundo del cine en todas las áreas" y, sin embargo, estrenar en la actualidad se aleja de la costumbre de comprobar cómo se estrenaba en 500 cines de todo el país.
"Muchos de los cines de Manhattan han cerrado. Una película se mantiene en la cartelera un par de semanas y después va directa a la televisión", lamenta el director neoyorquino, que afirma estar "acostumbrado" a la dinámica de los estrenos en los cines como si se tratara de "un gran evento". Sin embargo, a pesar de reconocer que llevar una película a los cines ya no le provoca la "misma emoción", al terminar de ver esta entrevista uno se quedará con el mejor titular: mientras exista, queda Woody Allen para rato.
Sin_Perdon
Lo siento pero personajes como Woody Allen no me dan ninguna pena. Después de haber sufrido el acoso y la cancelación del mundo woke de la "cultura" estadounidense NUNCA se ha defendido de la única manera que puede hacerse, ATACANDO. ¿Qué tal una película llena de sarcasmo e ironía, como en sus mejores tiempos, denunciando el asfixiante mundo cinematográfico norteamericano?. Como buen cobarde que es ha preferido guardar silencio, ¿atemorizado?. Y sorprende porque ese tipo en sus primeros filmes se reía de todo y denunciaba todo, la genial "Bananas" es solo una de muchas. Pero esa "crítica social", siempre desde el punto de vista de la ironía, que como más daño hace, se acabó cuando había que atacar a los que ayer eran tus hermanos de causa y hoy te cancelan. Así que lo suyo no fue por ideología y valor, fue por conveniencia e interés. Ya no queda nada del que dijo en una película que "Cada vez que oigo a Wagner, me entran ganas de invadir Polonia". Cuanto se encierra en esta ingeniosa frase. Otro mito caído.