La expresión "enfant terrible" es una de las más manidas y a estas alturas probablemente huecas del lenguaje periodístico, pero que tan bien encajan para referirse al protagonista de este artículo. El cineasta canadiense Xavier Dolan, a sus 34 años, cuenta con una trayectoria artística propia de alguien que se puede permitir el lujo de pensar en la retirada o, al menos, en unas vacaciones intermitentes.
Hasta el momento, ha dirigido ocho películas (la primera de ellas con 19 años), se ha convertido en el niño mimado de Cannes, donde ganó el premio del jurado en dos ocasiones (con Mommy, 2014, y Juste la fin du monde, 2016), y cuenta con algunas de las películas más icónicas de los últimos 15 años. Además, y a diferencia de otros cineastas, ha sabido forjar una voz y un sello sin caer en su propia trampa: uno siempre sabe que está ante una película de Xavier Dolan, pero no hay nada predecible ni impostado.
Este director precoz estrena este martes en la plataforma española Filmin la serie La noche que Logan despertó, un thriller psicológico que para muchos supone uno de sus mejores trabajos y que, además, representa su incursión en el universo de las ficciones audiovisuales por capítulos. Además, a juzgar por las declaraciones que hizo a finales del pasado año al medio Le journal de Montréal, este podría ser uno de sus últimos proyectos antes de tomarse un tiempo de descanso.
"Yo, en este mundo, ya no siento la necesidad de contar historias y contarme a mí mismo. Quiero tomarme el tiempo para estar con mis amigos y familiares", dijo Xavier Dolan a un medio canadiense a finales del pasado año
"Ya no quiero hacer este trabajo en este momento. Estoy quemado. Estamos en 2022, y el mundo ha cambiado drásticamente. Yo, en este mundo, ya no siento la necesidad de contar historias y contarme a mí mismo. Quiero tomarme el tiempo para estar con mis amigos y familiares. Quiero hacer publicidad y construir una casa en el campo un día cuando haya reunido el suficiente dinero. No lo digo con tristeza en absoluto. Solo quiero vivir algo más, otras experiencias", manifestó.
Si esto ocurre, al menos el espectador podrá saber que el debut del niño prodigio canadiense en las series es una de las propuestas más interesantes del verano que acaba de arrancar: cinco episodios en los que con grandes dosis de suspense y thriller psicológico enfrenta a los protagonistas a un hecho ocurrido en los años 90 con consecuencias desconocidas en el presente.
Xavier Dolan: el teatro a la televisión
Mimi (Julie LeBreton) y su hermano Julien (Patrick Hivone) forman un trío inseparable con su amigo Logan (Pier-Gabriel Lajoie), pero su relación se rompe de forma abrupta tras un terrible incidente que les fuerza a tomar caminos separados y que divide y destroza a las dos familias. Treinta años después, Mimi, una tanatopractora de renombre, regresa a su ciudad para cuidar del cuerpo de su madre recién fallecida.
Esta serie es la adaptación a la pantalla de la obra de teatro La nuit où Laurier Gaudreault s'est réveillé, de Michel Marc Bouchard, y cuenta con el elenco original de esta obra teatral, encabezado por el propio Dolan junto a Julie LeBreton, Magalie Lépine, Éric Bruneau, Patrick Hivon y Julianne Côté. Asimismo, no falta la intérprete Anne Dorval, su musa y su intérprete predilecta para encarnar a las madres de las familias que lleva a la gran pantalla.
Este drama tiene de todo para gustar: un hecho traumático con profundas repercusiones, un drama familiar del que se van revelando detalles, una madre catalizadora y cuatro hermanos que cargan con secretos y deseos reprimidos que pueden aparecer en una misteriosa caja metálica que alguien ha encontrado en el jardín.
Al contrario de lo que se ha dicho hasta el momento acerca de La noche que Logan despertó, para esta redactora de Vozpópuli esta serie no es en absoluto lenta ni aburrida, sino que dosifica al ritmo del suspense la información y los datos sobre la personalidad de sus protagonistas con un reparto en el que no sobra nadie. Xavier Dolan, con su particular mirada, pone el foco en la maldad y en el odio, en las familias disfuncionales y en el terror que llega a acariciar. Si a estas alturas uno ha pensado en A dos metros bajo tierra, puede estar seguro de que al menos terminará igual de satisfecho.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación