Ningún autónomo volverá a sentirse solo; lo que no necesariamente quiere decir que se sentirá mejor. Una cosa es cierta, al margen de todo: cualquiera que se acoja a este régimen de trabajo se identificará al instante al leer estas páginas. ¿Tarda más en conseguir que le paguen una factura que en hacer su trabajo? ¿Siente que todo lo que gana como autónomo lo invierte en seguir siendo autónomo? Estas son algunas de las muchísimas preguntas que el periodista Toni García Ramón responde en Autónomos: la guía definitiva, un libro publicado por Blackie Books que pretende ser una guía de consulta y que, sin embargo, consigue ser mucho más que eso.
Un neoyorquino necesita 72 horas y 800 euros para crear una empresa; un español 6 meses y 5.000 euros
Escrito con un humor inteligente y una prodigiosa mala leche, en las páginas de Autónomos: la guía definitiva, el periodista Toni García Ramón -quien lleva 17 años trabajando por cuenta propia para distintos medios- pone en perspectiva un régimen especial que nadie entiende y sobre el que, deliberadamente, se ha levantado una espesa niebla: trámites largos, confusos y farragosos; cuotas altísimas; poca flexibilidad… Eso sin contar lo útil que ha resultado para algunos usar el eufemismo del emprendimiento como una nueva forma de precariedad. Lleno de datos, testimonios, cifras y gráficos este libro deja en evidencia de qué forma España puede que sea el peor país europeo para ser autónomo. Se trata de un sistema caro, lento, abusivo y poco competitivo: mientras un neoyorquino necesita 72 horas y 800 euros para crear una empresa; un español necesita seis meses y 5.000 euros.
Además de los útiles consejos –documentos, formularios y modelos- que aporta el libro, Autónomos: la guía definitiva se permite un ejercicio de catarsis que aprovecha el humor para hacer comprensible un tema que se destaca por su aridez. Por ejemplo: parafraseando a Enric González, Toni García Ramón asegura que todas las facturas son un Vietnam, es decir, un combate; o acaso, también, la idea de que para los autónomos todos los días son lunes. ¿Una guía definitiva?, preguntamos a su autor en esta entrevista con Vozpópuli.
Toni García Ramón asegura que todas las facturas son un Vietnam, es decir, un combate
-¿Cree que es deliberada la falta de cifras macroeconómicas sobre los autónomos que denuncia en el libro?
-Asegurar eso sería osado, pero es obvio que es bastante difícil pensar que no existan esas cifras, teniendo cuenta que el 87% de los autónomos paga la cuota mínima; eso sin contar al otro porcentaje que paga más. Hablamos de más de tres millones de autónomos que generan unos 800 millones de euros al mes, es decir, 11000 millones de euros al año. Un estudio serio obligaría a reconocer el peso que tenemos como colectivo. Si todos los autónomos fuésemos a huelga, paralizaríamos el Estado. Porque estamos en todas partes. Hacemos que el sistema circule.
-¿Cómo entender este libro: una guía o acaso también un trabajo periodístico para explicar un régimen confuso y farragoso?
-Alguien me dijo que podría llamarse guía de supervivencia y tiene algo de eso. Parte de mi experiencia como autónomo, que ha sido negativa, me hace pensar que muchos estamos hasta los huevos. Pero no tenemos muchos mecanismos con los cuales quejarnos. No nos veo coordinados como colectivo para molestar de un modo global. Por eso he intentado hacer un homenaje a todos aquellos que la pasan putas como yo. Es mi manera de rendir tributo a todo el que se levanta a trabajar en su casa o coge su camión y recorre media España y que sabe que no le van a pagar la factura en seis meses.
"Si todos los autónomos fuésemos a huelga, paralizamos el Estado"
-Hay muchas medidas que pensábamos positivas para los autónomos, pero que al final se volvieron en su contra. Por ejemplo, el IVA con criterio de caja.
-Aquella fue la gran promesa electoral del PP: los autónomos no pagarían el IVA hasta que no cobraran. Esto se ha aplicado tarde y una vez que se ha hecho, ha sido laberíntico. Nadie se acoge a ello porque depende del acuerdo con el empresario y la mayoría prefiere no usarlo. Dicen que sí a la primera factura, pero luego no te vuelven a llamar. Apenas 1%de los autónomos se ha apuntado. La gran medida del PP es aplicar una ley a la que no se acoge ni el 1%. Es un fracaso espantoso. Es como si el Madrid perdiera 25 a 0 pero el entrenador dijese: 'No hemos jugado mal'.
-Plantea varios tipos de autónomo: el novato, el fotógrafo, el ingeniero, el superhéroe… ¿cuál de todos es usted?
-No sabría decirte. Desde hace mucho tiempo trabajo como periodista autónomo. En una época de mi vida intenté fracasar como emprendedor y fue un éxito. Ahora me está saliendo bastante bien fracasando como autónomo. El problema es que el autónomo es trabajador y gestor. Dedicas mucho tiempo a cobrar un trabajo que ya has hecho. No tienes tiempo de progresar en tu carrera, porque tienes que seguir a los que te deben dinero y para quienes tienes que seguir trabajando porque si no, no verás el dinero. Eso te genera una impotencia enorme. Un asalariado sabe que cobrará la nómina el día 30, nosotros no. Esa incertidumbre genera mucha frustración y ansiedad.
"El autónomo es trabajador y gestor. Dedicas mucho tiempo a cobrar un trabajo que ya has hecho"
-Lo del autónomo es una nueva forma de precariedad. Muchos jóvenes profesionales son contratados por una empresa sólo si se dan de alta en esa modalidad, muchas veces con sueldos de mil euros. Lo explica en el libro.
-Eso es lo que más me molesta. El autónomo dependiente, que trabaja en un 85% de sus ingresos en una sola fuente, es lamentable. Privas al Estado de un persona dada de alta en la seguridad social con los gastos pagados por la empresa. Y segundo, a esa persona la pones en un brete: cobra una supuesta nómina de 1000 euros, pero de los cuales 300 se van en la cuota. Es un sistema cerrado en el que no entra aire y si a eso le sumas que el ICO no da crédito…
-En el libro asegura que el aumento de la cuota de los autónomos ha subido 85% en 15 años. ¿Por qué?
-Aunque los impuestos siguen siendo los mismos, el salario medio sigue siendo patético. Hace 15 años cobraba por una entrevista tres veces más que ahora. El autónomo de hoy es a la vez una mezcla de tropa de infantería y un hombre invisible: cuando hay que recaudar recurren a nosotros, somos la primera víctima fiscal, pero luego no existimos para nada más. Somos invisibles durante tres años, hasta el cuarto que es el año electoral.
"El autónomo de hoy es a la vez una mezcla de tropa de infantería y un hombre invisible"
-Insisto: ¿guía de consulta, periodismo o catarsis?
-Quisimos hacer un libro que se pudiera leer y que permitiera aclarar dudas. Hay muchas que no podemos resolver porque tan sólo mientras lo escribíamos hubo tres cambios: subida de IVA, tarifa plana e IVA de caja. Hay una serie de consejos, que parecen cosas de sentido común, pero en la vorágine puedes no verlo. El sistema está hecho con tan mala hostia: si te atrasas un día en el pago de la cuota, tienes que pagar 20% más. En cambio si el Estado te debe dinero a ti, no hay intereses, ni multas. El Estado te trata como a un siervo, y no debe. Hay algo más: ojalá consiguiéramos crear una mentalidad de colectivo. Los autónomos no somos tres millones de tíos que trabajan individualmente, lo que hace uno –trabajar por menos o gratis- perjudica y putea al colectivo. Es cierto que cuando no tienes curro te desesperas, pero somos un grupo. Cuando puteas a uno puteas al colectivo.
-En el libro plantea una comparación de cuánto cuesta ser autónomo en Alemania, Francia, Italia, Reino Unido… ¿Cuál prefiere?
-Me gusta mucho el Reino Unido, allí a los autónomos se le cuida. Está la idea de que son gente necesaria. Me gusta Estados Unidos: sólo pagas 15% y lo demás es para ti.
"En el Reino Unido cuidan a los autónomos. Está la idea de que son gente necesaria"
-Quizá porque es usted periodista, pero en el libro se hace visible cuán precario se ha vuelto el trabajo de este colectivo.
-Esto de pagar a los periodistas con cacahuetes no es algo nuevo. En esta nueva normalidad, porque la crisis ha pasado, no vamos a recuperar lo que teníamos antes. El trabajador aplica el conformismo mientras el empresario se apega al paradigma del beneficio infinito. Yo puedo ser un ejército en una persona, pero tienes que darme las botas, el arma, el abrigo… Hay que abrir el grifo del crédito; además de fijar una tarifa para cada autónomo dependiendo de sus ingresos así como la creación de un instituto para emprendedores. Con sólo esas tres cosas, la situación mejoraría. Todos los gobiernos han hecho lo mismo con los autónomos, es decir: nada
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