En el descanso de un partido de fútbol. Al final de un partido de baloncesto. En la parada del autobús. La publicidad que incita a apostar, generalmente en el entorno deportivo, está cada vez más presente. Hace dos temporadas el equipo más laureado de la historia del fútbol, el Real Madrid, lucía en su camiseta la publicidad de una conocida casa de apuestas.
Hace tiempo era un sector mucho menos conocido, pero ahora está en franco crecimiento. Sólo hay que mirar alrededor, donde antes había una frutería o un restaurante ahora se levanta una casa de apuestas. En Madrid este crecimiento es especialmente fuerte. En sólo tres años, según datos de la Dirección General de Tributos y Juego de la Comunidad de Madrid, las casas de apuestas se han incrementado en más de un 50%. Son datos de 2015. La cifra ahora podría ser aún más alta.
Dato más actual es el arrojado por la Comunidad Valenciana: en la región los locales de apuestan ya mueven más dinero que el bingo, todo un clásico patrio.
No poder dejar de utilizar el móvil durante la comida o pasar demasiado tiempo encerrado sin hablar con nadie son comportamientos detrás de los cuales se puede esconder una adicción"
Sin duda esto se produce porque aumenta la clientela, y con ese aumento hay quien pasa de hacer un uso responsable de las apuestas a tener un problema. Problema que ya detectan desde Proyecto Hombre.
"Estamos detectando un incremento en los casos de personas que vienen con problemas con las apuestas. Los factores que determinan el crecimiento de una adicción son la inexistencia de percepción de riesgo, la facilidad de acceso y la normalización del uso. Son artistas o líderes deportivos los que animan a que se apueste, lo que elimina la percepción del riesgo y ayuda a su normalización", asegura Luis Bononato, presidente de la Asociación Proyecto Hombre.
La derivada de facilidad de acceso la pone la tecnología. Todas las grandes firmas de apuestas, como Bwin, Betfair, William Hill o Bet365 cuentan con aplicaciones móviles. Basta con hacer una búsqueda en la AppStore de Apple o en la Play Store de Google para comprobarlo.
Lo mismo sucede cuando se visita un portal de información en Internet o cualquier sitio web. La publicidad de las casas de apuestas está cada vez más presente, sobre todo en los días de eventos deportivos de calado.
Son artistas o líderes deportivos los que animan a que se apueste, lo que elimina la percepción del riesgo y ayuda a la normalización"
"Empezamos a ver cada vez más casos de adultos que viene con problemas en el apartado de las apuestas online. Es un tema de accesibilidad. Se puede apostar desde cualquier sitio las 24 horas del día. Desde el móvil, desde el tablet, desde el ordenador... Este tipo de problemas se van a incrementar porque cada vez hay más publicidad y menos ausencia de percepción de riesgo. Habrá un crecimiento en los casos de tratamiento", explica Bononato.
El teléfono móvil ha cambiado mucho el acceso a este tipo de contenidos. Hace no mucho tiempo el acceso se hacía exclusivamente desde el ordenador. En el momento en el que se comenzaron a extender las aplicaciones móviles para apostar jugarse el dinero se volvió más fácil.
No es lo mismo apostar en un establecimiento físico, para lo cual primero hay que desplazarse, luego sacar dinero, apostarlo y, en caso de ganar la apuesta, cobrar la ganancia en ventanilla. En el caso del móvil el usuario registra su tarjeta de crédito para automatizar el pago. Un sólo botón simplifica todas las operaciones anteriormente expuestas.
¿Tengo un problema con la tecnología?
Los parámetros para descubrir si una persona tiene o no un problema con las apuestas o con el uso de la tecnología están directamente relacionados con la relación con los demás.
Cuando una persona deja de relacionarse con familiares y amigos con la normalidad que hasta la fecha imperaba, para pasar más tiempo con el móvil o el ordenador, deben saltar las alarmas.
"No poder dejar de utilizar el móvil durante la comida o pasar demasiado tiempo encerrado sin hablar con nadie son comportamientos detrás de los cuales se puede esconder una adicción. La clave está en cómo cambia la relación con los demás, y en el empeoramiento del rendimiento escolar o laboral", nos cuenta Bononato.
El tratamiento
Desde Proyecto Hombre explican que todo tratamiento a cualquier problema tanto con las drogas como con la tecnología se debe abordar sin centrarse en el dispositivo o la sustancia, sino en la persona.
"Este tipo de conductas provoca aislamiento social. La persona deja de relacionarse con normalidad con su familia y amigos. Deja de forma parte de grupos establecidos para realizar deporte o acudir a eventos sociales, y su rendimiento escolar o laboral baja. Todo, salvo el uso del móvil o el ordenador, pasa a un segundo plano. De lo que se trata es de recordarle a la persona lo que hacía antes y de cómo un mal uso de la tecnología ha provocado que se desentienda de su vida real. La familia y la persona tratada deben pactar normas de uso para restringir el móvil y reducir su uso", explica Bononato.
Es algo más complicado cuando este tipo de problemas se da en personas maduras, caso de las apuestas online. En ese caso el esfuerzo se centra en la pareja, que es quien debe prestar mayor atención a quien no puede controlarse a la hora de apostar.
"Quienes no tienen familia o pareja deben buscar apoyo en los amigos. Una parte fundamental para superar el problema es poder hablar con alguien y contarle cómo se siente, sobre todo en los momentos en los que la imposibilidad de apostar hace que la ansiedad haga acto de presencia. Es necesario verbalizar con alguien el problema, sentirse comprendido. Se trata de que supere el problema y mejore sus relaciones y rendimiento laboral, y que se sienta orgulloso de ello", apunta Bononato.
Consejos para educar en tecnología
La FAD (Fundación de Ayuda contra la Drogadicción), que también trata conductas como la dependencia a la tecnología por parte de los más pequeños, da algunos consejos para evitar que niños y adolescentes caigan en un mal uso de las TIC (Tecnologías de la Comunicación y la Información):
- Limitar (que no prohibir) el uso de aparatos y pactar las horas de uso del ordenador.
- Delimitar los horarios.
- Evitar que dispongan de televisión u ordenador en su habitación, ya que las posibilidades de supervisión se reducen (si bien es cierto que los smartphones en este tema son difíciles de controlar).
- Delimitar la edad a la que pueden disponer de teléfono móvil.
- Definir con claridad normas respecto al tipo de programas de televisión que pueden ver, videojuegos jugar o el tipo de páginas web a las que pueden acceder.
- Observar la clasificación de los videojuegos antes de comprarlos.
- Poner filtros en Internet.
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