Anna Mae Bullock nació el 26 de noviembre de 1939 en Brownsville, Tennessee. Sus padres, Floyd y Zelma Bullock, que trabajaban como aparceros en los campos de algodón, se separaron a principios de los años 50, después de que el padre le pegara a la madre tal paliza que por poco la mata.
Mae ( así la llamaban) se fue a vivir con su abuela a Nutbush, Tennessee. La abuela le llamaba Tina, por Teeny Weeny, una forma de decir "minúsculo" en inglés. Y es que la niña estaba tan desnutrida que cuando era pequeña por poco se muere. La abuela pensó que no iba a sobrevivir al invierno.
Primer milagro: Sobrevivió
Cuando tenía 16 años, Tina era una chica escualida y poco agraciada. Al menos para los cánones de la época y del lugar. En el sur, a los negros no les gustaban las mujeres que fueran como un saco de huesos. Mae mudó a St Louis, Missouri, donde en 1956 conoció a Ike Turner. Ella era camarera de un garito en el que Ike tocaba con su banda, Kings of Rhythm. De vez en cuando, como se estilaba en aquella época, invitaban a algún miembro del público a cantar con ellos.
Un día invitaron a la camarera, Mae tenía 17 años y él 25. Él estaba casado y tenía dos hijos. Ella se había liado con el bajista de la banda. Bajista de cuyo nombre no es que no quiera acordarme, sino que no he conseguido encontrarlo, tan poco importante debía ser.
Segundo milagro
La chica flacucha se puso una minifalda y unos tacones y se convirtió en un bombonazo. En una auténtica sex symbol que llevo a la banda de Ike a niveles que nunca habían imaginado. A giras inacabables en los mejores escenarios de Estados Unidos. La primera grabación de estudio de la banda de Ike, con Tina de corista, recaudó 25,000 dolares, e Ike reconoció de inmediato la oportunidad de obtener ganancias. “Mi relación con Ike estaba condenada al fracaso el día que se dio cuenta de que podía parasitarme, de que me podía convertir en su máquina de fabricar dinero”, declararía Tina, años más tarde a la revista People. “Ike necesitaba controlarme, económica y psicológicamente, para que nunca pudiera dejarlo”.
En el transcurso de su relación, él le rompió la nariz , le fracturó la mandíbula, le apagó cigarrillos en la piel y le dejó múltiples ojos morados. Cuando Ike consumía cocaína - que era prácticamente cada noche - la violaba. El tabique de Ike (pareado) se desvió por el uso de la cocaína y así, desviado, se quedó hasta su muerte en 2007. Una muerte que sobrevino por.... lo han adivinado ustedes: una sobredosis de cocaína.
Tina tocó fondo cuando Ike la obligó a cambiar su nombre de Anna Mae Bullock a Tina Turner. “Dije que no quería cambiar mi nombre. Primero, fue verbalmente abusivo. Me insultó y me llamó de todo. Luego, tomó una horma de zapato, de madera. Ike sabía lo que estaba haciendo. Si tocas la guitarra, nunca usas los puños en una pelea. Así que me pegó con la horma del zapato. Estaba tan sorprendida que comencé a llorar. Luego me violó. Lo odié en ese momento. Lo último que quería hacer era hacer el amor, si se le puede llamar así. Cuando terminó, me quedé allí con la cabeza hinchada, pensando: 'Estás embarazada y no tienes adónde ir', estás atrapada’”.
Al día siguiente, Tina buscó un médico y le dijo que tenía problemas para dormir Él le recetó nembutal. Por la noche, Tina se metió el frasco entero. Eso sí, sólo se la tomó después de la actuación, y no antes. Hasta tal punto tenía interiorizado Tina que tenía que trabajar para Ike.
Tercer milagro. Tina sobrevivió a una sobredosis de barbitúricos
Despertó escuchando la voz de Ike que estaba sentado a su lado en la cama de hospital. ¿Qué amables palabras cree el lector que le dijo el devoto esposo a su mujer? "
- Hija de p*** , qué pena que no te hayas muerto".
“Pero salí de la oscuridad creyendo que estaba destinado a sobrevivir”, contaría Tina más tarde, en sus memorias
Unos meses después, en Dallas, recién acabado un concierto, Ike y Tina se dirigían al Hotel Hilton Statler en el centro de la ciudad. Ike iba puesto hasta las cejas. Tina no recordaría exactamente qué motivó absurdo encontró Ike para pegarla, pero le dejó de nuevo la cara amoratada.
Tenían una actuación programada y cuando, ya en el hotel, Tina se miró al espejo y cogió su estuche de maquillaje intentando arreglar semejante desaguisado, se dio cuenta de que ni con todo el maquillaje del mundo podía presentarse así ante el público.
Cuando Ike se quedó dormido en el Statler, Tina abrió la puerta y se fue.
Solo tenía 36 centavos en el bolsillo.
Evitó el lobby del hotel, atravesando puertas traseras, callejones y caminos de tierra, llegó a la Interestatal 30, siempre aterrorizada, pensando que su marido habría enviado a sus matones a buscarla.
Caminó y camino.
Después corrió.
Al final de una carrera frenética de casi una milla de largo (un kilómetro y medio), llegó a lo que ahora es el Hotel Lorenzo.
Y se obró el cuarto milagro
Un miembro del hotel la reconoció, le ofreció una habitación gratis. La instaló en una suite en el último piso, e incluso puso a varios empleados a hacer guardia frente a la puerta de Tina, para garantizar su seguridad.
Mirando por la ventana de su suite, Tina veía los pisos superiores del Statler al otro lado de la carretera. El edificio donde Ike todavía dormía, o tal vez yacía despierto, maldiciendo a su víctima fugitiva .
Ahora se la conoce como "The Escape Suite", y la habitación es una de las varias suites temáticas que se encuentran en el Lorenzo. Está llena de fotografías y recuerdos de la carrera de la cantante, incluida un copia autografiada del LP Private Dancer de 1985 .
Pasarían otros dos años completos hasta que se finalizara el divorcio de los Turner. Tina le había hecho a Ike millonario, pero no se llevó nada del divorcio excepto un Jaguar. Y su nombre. Aquel nombre que su marido le había obligado a cambiar en contra de su voluntad era ahora su marca, y Tina no quería perderla. Renunció al dinero que le correspondía a cambio de que Ike le permitirá usar el nombre.
Cuando llegó el divorcio en 1978, Tina estaba tan arruinada que limpiaba casas para sobrevivir.
Eventualmente empezó a cantar en garitos de mejor o peor muerte. De allí pasó a los espectáculos de cabaret en Las Vegas. Grabó dos álbumes: Rough en 1978 y Love Explosion en 1979 , que fueron ambos un fracaso de ventas.
Pero llegó el quinto milagro
El quinto milagro vino de la mano de Rod Stewart. Cuando Tina ya lo daba todo por perdido, en 1981, Rod Stewart, que había sido uno de sus grandes admiradores, le ofreció tocar con él como telonera. Gustó tanto que inmediatamente le llamaron los Rolling Stones, a los que también teloneó.
En 1982, grabó una versión de 'Ball of Confusion' de The Temptations, junto con la British Electric Foundation/ Heaven 17. Y un año después firmó un contrato con Capitol Records.
Tina tenía 44 años, una edad en la que se entendía que era imposible que una mujer llegara a las listas de ventas. Pero lanzó una versión de 'Let's Stay Together' de Al Green, y se convirtió en un éxito sorpresa en el Reino Unido, alcanzando el número 6.
En 1983, John Carter, A&R, de Capitol Records, la contrató y dirigió su primer álbum para el sello, Private Dancer. Esto a pesar de la oposición interna de Capitol.
Capitol no había invertido mucho dinero para el disco de Tina porque creían que una cantante de 45 años no podía pasar de ser una vieja gloria, una has been. ¡Y para colmo era negra! De forma que apenas aportaron dinero para la grabación del álbum.
Así que a Carter se le ocurrió la idea del siglo. Grabarían de noche, en las horas en las que normalmente no grababa nadie. Y como Tina clavaba las canciones y no necesitaba repetír tomas, no tuvieron que pagar mucho Porque según cuenta la leyenda se pudo grabar el disco en unos pocos días. y por muy pocas libras.
Private Dancer era un disco de bajo presupuesto del que nadie esperaba gran cosa
En el último momento escogieron un tema que había sido desechado por los Dire Straits. Mark Knopfler había decidido que el estribillo de la canción ("‘I’m your private dancer, a dancer for money, I’ll do what you want me to do") por muy metafórico que fuera, y aunque en realidad se estuviera refiriendo a una manipulación emocional y no a hacer un striptis, no quedaba bien cantado por un hombre. Y además no acababa de gustarle.
Nadie creía que esa canción llegará a ser un éxito. Pero lo fue.
Irónicamente, What's Love Got To Do With , también era una canción que había sido rechazada. Se la habían ofrecido a artistas tan diversos como Cliff Richard, Donna Summer y a los ganadores de Eurovisión de 1981, el grupo de pop británico Bucks Fizz. Tampoco fue amor a primera vista para Turner, quien confesaría más tarde en sus memorias: “Simplemente pensé que era una cancioncita pop pasada de moda y que no me gustaba. No pensé que fuera mi estilo”. Pero Carter se empeñó y eventualmente, ella cedió. Tampoco estaba Tina como para andarse con exigencias.
El tema se lanzó como sencillo unas semanas antes de la presentación de Private Dancer.
Sexto milagro
Tina se convirtio en la artista femenina de mayor edad en encabezar las listas de Estados Unidos. Hasta entonces nunca una mujer de 45 años había entrado en listas. En el Reino Unido, aquella señora, vieja y negra, alcanzó el número 3.
"What's Love Got to Do with It" ganó el premio Grammy a Grabación del año y llegó a número uno en el Billboard Hot 100. Private Dancer se convirtió en álbum multiplatino.
El resto es historia.
Esa historia que ustedes conocen muy bien.
La historia de cómo Tina Turner estuvo copando listas durante años y se convirtió en un icono. Incluso David Bowie le copió el pelo para la película Laberinto (lo reconocería el mismo Duque Blanco años más tarde, sin avergonzarse lo más mínimo). Todas las chicas de la época le imitamos la minifalda y los tacones (yo misma encontré en el rastro un abrigo de leopardo sintético, igualito a uno que llevaba Tina en uno de sus vídeos, y me recorría Malasaña arriba y Malasaña abajo con los tacones y el abriguito).
Tina resurgió como un ave fénix de las cenizas de la pobreza, del abuso, del maltrato y de la violencia sexual, de una carrera descarrilada. Y resurgió a un renacimiento como nunca se había visto en la historia de la música. Se convirtió en el epítome y el ejemplo vivo de la resiliencia y la valentía.
Como ella misma dijo, nos ha dejado un legado más potente que sus canciones:
Mi legado es el hecho de que no me dejé vencer y de que mantuvo el rumbo, desde el principio hasta el final, porque siempre creí en una luz que brillaba dentro de mí
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