Yolanda Díaz no puede empezar peor su "proceso de escucha", que arrancará en 19 días. Por Andalucía, el primer frente amplio que se ha sometido al test de las urnas, consiguió 5 escaños en las elecciones autonómicas que catapultaron al PP su primera mayoría absoluta, 8 por debajo de sus objetivos. Y todo pese a la implicación directa de la vicepresidenta segunda. La amalgama de seis partidos a la izquierda del PSOE logró el 7,68% de las papeletas.
La izquierda andaluza tiene un problema, porque ha fracasado estrepitosamente en uno de sus territorios fetiche. Basta con sumar los escaños del PP (58) y Vox (14) para hacer la cuenta: 35 más que toda la izquierda junta. La candidata, Inmaculada Nieto, se escudó en la falta de tiempo. Para la dirigente de Izquierda Unida, que ha pilotado la campaña, la marca electoral no ha tenido tiempo de asentarse. Y culpabilizó directamente a Teresa Rodríguez, de Adelante Andalucía, de propiciar un "destrozo" por haber ido al margen de la coalición.
La lideresa morada en Moncloa se esforzó en marcar distancias de la conformación del frente amplio andaluz, que nació envuelto en polémica, sin Podemos formalmente en la coalición y con Izquierda Unida y los morados a navajazo limpio por el candidato, la marca y por cómo ha fluido la campaña. Díaz dijo entonces que lo que había ocurrido al Sur de Despeñaperros no tenía nada que ver con sus planes. Pero ella misma se ha implicado de forma directa y su imagen queda tocada. Ella sabe que Andalucía es fundamental para mantener La Moncloa. Y la aplastante victoria del PP pone las cosas muy difíciles.
Las consecuencias
Cabe recordar que, según fuentes de Unidas Podemos, el mal resultado en Andalucía pondrá en el disparadero a Izquierda Unida. Es bastante probable que la lideresa morada tome medidas contra los de Toni Valero por una campaña floja con una candidata que, según reconocen varios dirigentes morados, no ha funcionado. La propia vicepresidenta segunda reconoció que la de este domingo fue "una noche difícil para las personas progresistas". Ella misma, que dijo que estaba dispuesta a dar un paso por España, se citó como parte de ese ente que "espera" la ciudadanía: "Necesitamos abrir un nuevo tiempo que mire al futuro".
En verdad, fue Díaz quien aceptó que sea Izquierda Unida quien controlara la campaña. El partido de Toni Valero es el que más peso político tiene en esta región. Por eso, la 'dama roja' se tuvo que tragar con la Inmaculada Nieto. Pero Podemos no se lo tomó nada bien. Los morados apuraron tanto que al final vieron a su candidato, Juan Antonio Delgado, eliminado. Y a su partido fuera del registro de la coalición en el Ministerio del Interior, por un "error material" que Podemos achacó a la mala intención del 'errejonismo'.
Precisamente, el líder de Más País, Íñigo Errejón, mandó un recado a Díaz, a la que pidió que acelere: "Faltan aún los artefactos y las ideas del ciclo nuevo". En plata: falta que la titular de Trabajo materialice su proyecto y falta dotarlo de un andamiaje político que establezca políticas y prioridades. Porque hasta ahora, la 'dama roja' se ha limitado a decir que lo suyo no irá de partidos. El problema es que los partidos son como brújulas en el mapa de lo político, porque permiten a los ciudadanos ubicarse ideológicamente. Díaz no puede rodearse solo de "la sociedad civil".
Yolanda Díaz eligió el 8 de julio para empezar a poner la oreja por toda España porque ese día está lo suficientemente lejos en el calendario del batacazo electoral andaluz como para que sea más difícil conectar el resultado con el inicio del proceso. Además, ese día está en mitad de la semana grande de las fiestas del Orgullo en Madrid. Díaz empezará en la capital su proceso, que en esos días será una ciudad bulliciosa y reivindicativa. En resumen, ese es el día menos malo, según reconocen varias fuentes de Unidas Podemos con peso.
Sectores muy próximos a Yolanda Díaz inciden en que el movimiento del presidente Juanma Moreno de adelantar las elecciones autonómicas desbarató los planes iniciales y la posibilidad de que la confluencia andaluza hubiera sido "la imbricación" del proyecto nacional de Yolanda Díaz, es decir, de su "proyecto de país". Díaz quiere dar mucha más preponderancia a la sociedad civil. Ella busca reunirse con expertos, con las personas que saben qué necesita el país en educación, ciencia, sanidad, cultura, innovación... y será de ellos de donde beba para proponer.
Pero la lideresa morada en Moncloa no carbura. Pese a todo, ya tiene una herramienta jurídica para alquilar espacios y organizar recursos al margen de los partidos del espacio de Unidas Podemos. Es más, es probable que 'Sumar' se acabe imponiendo y termines siendo las siglas de una futura papeleta electoral. Mientras, Podemos y Más Madrid no se perderán el arranque el próximo 8. Para entonces, esperan que Andalucía no pese en el ambiente.
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