Ahora que la mayoría de nosotros cocina y come en casa con esto del coronavirus, es hora de empezar a hacerlo bien. Ya sea porque nos queremos quitar de encima algunos kilos de grasa y adelgazar o porque, simplemente, deseamos comer más sano, es importante que aprendamos trucos de cocina para no añadir calorías extras a nuestros platos.
Hoy te traemos unos cuantos, muy fáciles de seguir y muy sabrosos de desgustar.
1) Hornea siempre que puedas
Olvídate de la plancha y del freír. Lo que los nutricionistas recomiendan, sobre todo para la cena (cuanto nuestro metabolismo está ya cansado y funciona más lento), es comer comida asada, sobre todo porque no sólo será sano, sino que así controlamos la cantidad de aceite de oliva que empleamos.
2) Prepara sándwiches y bocadillos abiertos
El sándwich y/o el bocadillo son un revulsivo, medio sano, que nos sirve para cualquier comida del día y para cualquier hora. Es fácil de preparar, sabroso y saciante. El problema es el pan, que nos aporta calorías extra y apenas ningún nutriente.
Por eso, un truco valioso es quitar la rebanada superior del sándwich. A lo tonto, por cada uno que te comas estarás restando más de cien calorías, ojo.
3) Duplica las verduras
Comer sano no significa alimentarse únicamente de ensaladas y agua. De hecho, puedes disfrutar de pizzas caseras, hamburguesas y pastas siempre y cuando las cocines bien. Por eso, los expertos recomiendan que a todo esto le eches una ración generosa de verduras. Así no sólo restarás calorías a otros alimentos más grasos y menos saludables, sino que te saciarás antes sin tener la sensación de que estás a dieta o controlando.
4) Agrega semillas de chía
Agregar a tus platos, siempre que sea procedente, semillas de chía, es un buenísimo truco para adelgazar. ¿No sabes de qué te hablamos?
La chía pertenece a la familia de la menta y es de México. Las semillas de chía se consumen como granos enteros, pero son un pseudo grano. Eso significa que son las semillas ricas en carbohidratos de una planta sin pasto. Cuando las semillas de chía se mezclan con líquido, se expanden y forman una especie de gel espeso. Por ello, si las consumimos mezcladas con agua, aumentarán de volumen en el estómago, lo que nos hará estar más saciados y, por tanto, comer menos.
Además, las semillas de chía tienen mucha fibra. Unas dos cucharadas contienen diez gramos de fibra, el 40% de la ingesta diaria recomendada. Al respecto, numerosos estudios han relacionado la fibra con la pérdida de peso, como este de 2015.
Ojo, aunque la chía funcione para adelgazar, hay que tener cuidado con las cantidades, pues dos cucharadas tienen 138 calorías y 9 gramos de grasa, por ello hay que usarla y consumirla con moderación, a ver si el remedio va a ser peor que la enfermedad.
5) Deja las pieles
Hay personas que tienen la costumbre de pelar frutas, verduras y hortalizas, cuando en realidad es mejor no hacerlo, ya que la piel aporta una cantidad importante de nutrientes.
Además, la piel, en el caso de la mayoría de las frutas, contiene una mayor concentración de fibra, esencial para adelgazar además de para un buen funcionamiento del sistema digestivo. La fibra, además de aumentar la sensación de saciedad, hace que la bilis sea más soluble y regula el colesterol y la glucosa en sangre. Todo ventajas, lector.
Y esto es todo, ¿vas a aplicar estos trucos?
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