Las agujetas pueden ser un suplicio cuando se hace deporte. Todos hemos sentido alguna vez ese dolor tan característico que agarrota los músculos y que provoca una hipersensibilidad intensa cuando nos movemos. Los síntomas de las agujetas son tan comunes como inevitables, y surgen a raíz de un sobreesfuerzo físico tras un periodo de inactividad, o bien cuando trabajamos un bloque muscular diferente a los que ya estamos acostumbrados.
Si te has preguntado alguna vez qué son las agujetas, aquí te damos la respuesta: son roturas de microfibras musculares que se producen cuando el músculo es sometido a un ejercicio que tiene una exigencia superior al que suele realizar de forma habitual. Estas roturas suelen ir acompañadas de la inflamación del músculo.
La intensidad de las agujetas depende del tipo de ejercicio que se realice. Las que nos salen después de un entrenamiento más anaeróbico (crossfit, body combat…), que requiere un mayor gasto energético, suelen ser más intensas. Y tampoco dependen de estar más o menos en forma. Es verdad que son más habituales en personas poco habituadas a hacer ejercicio y que en el momento en el que empiezan, salen las temidas agujetas por ese esfuerzo del organismo, pero también se producen entre entrenadores que practican deporte a diario e incluso entre deportistas de alto nivel.
Pero, ¿existe alguna forma de combatirlas o al menos reducir sus efectos? Hay muchas teorías que apoyan que estos síntomas pueden eliminarse, por ejemplo, bebiendo agua con azúcar o, incluso, repitiendo un esfuerzo físico. Sin embargo, estas afirmaciones no son más que mitos. La mejor forma de combatirlas es asimilando que tendrás que convivir con ellas y aplicando un buen masaje con una crema recuperadora 24 horas después de su aparición.
Mitos de las agujetas
Aquí te desmontamos los mitos más comunes en torno a las agujetas y te damos una serie de consejos para sobrellevarlas de la mejor forma:
- Bebe agua con azúcar. Este famoso mito asevera que cuando realizamos un sobreesfuerzo físico se da lugar a la cristalización del ácido láctico de los músculos y que el azúcar es el mejor agente para disolver estos cristalitos. Nada más lejos de la realidad. La teoría del ácido láctico no tiene sustento médico, por lo que todo el azúcar que ingieras no provocará ningún efecto positivo en el organismo. Las agujetas no son otra cosa que la rotura de microfibras musculares que se producen cuando cualquier músculo es sometido a una exigencia superior a la habitual.
- Sales de frutas y bicarbonato. Igual que el vaso con agua y azúcar, nunca se ha llegado a comprobar que estos elementos ayuden a aliviar el dolor y mucho menos a combatirlo.
- Bebe sales minerales. A diferencia del caso anterior, si apostamos por hidratarnos con bebidas que contienen los minerales que perdemos a través del sudor (sodio, potasio, magnesio…), sí que conseguiremos un efecto positivo en nuestro organismo y contribuiremos a paliar la pérdida de sales que provoca el ejercicio físico. Aunque sentimos decirte que las bebidas isotónicas no son un brebaje mágico que contribuya a aliviar el dolor de las agujetas o, menos aún, a acelerar el proceso de tu recuperación.
- Las agujetas aparecen porque se ha entrenado bien. A veces pensamos que si tenemos agujetas es porque hemos entrenado ‘a tope’ y bien, pero que nos duelan algunos músculos tras un entrenamiento no significa que haya sido bueno, simplemente es un indicador de que se ha llevado al extremo al cuerpo y está reaccionando.
- Estira bien y no aparecerán. Los estiramientos son una parte fundamental en la práctica de ejercicio físico, ya que nos ayudan a poner a punto los músculos antes y después de cualquier sesión de deporte. A pesar de sus múltiples beneficios, aliviar el dolor de las agujetas no es uno de ellos. Las agujetas pueden aparecer ya seas un novato haciendo deporte o un gran deportista. Es más recomendable que ejerzas un reposo activo a partir de las 24 horas de su aparición, en lugar de someter al músculo dolorido con intensos estiramientos que jugarán en tu contra.
- Entrena al día siguiente y desaparecerán. Las agujetas pueden llegar a aparecer incluso hasta 72 horas después de nuestra actividad y duran entre cuatro y siete días desde el inicio, por lo que realizar el mismo ejercicio con la misma intensidad al día siguiente solo agravará los síntomas. Lo más recomendable para evitar la aparición de las agujetas es trabajar los músculos de forma gradual. Si aumentamos paulatinamente la intensidad de nuestro entrenamiento ayudaremos a que el dolor de las agujetas sea menor o, incluso, a que no aparezca.
¿Se pueden aliviar las agujetas?
La respuesta es sí, pero no pienses que hay remedios mágicos ni que sea imposible que no aparezcan en algún momento.
- Ejercicio suave. Los músculos estresados tienen tendencia a endurecerse y esto puede hacer que la sensación de dolor que tengamos sea mayor. Por eso, practicar un ejercicio aeróbico más suave esos días hará que se reactive el flujo sanguíneo y se reduzca el dolor muscular.
- Date un masaje. Esto sí es efectivo para aliviar los síntomas, aunque hay que señalar que no sirve cualquier masaje. Anna Rovira, directora de Outback Nature’s Pharmacy, afirma que “las cremas deportivas facilitan la recuperación muscular, dejándonos listos para la siguiente sesión de entrenamiento”.
Pero para que esta técnica sea realmente efectiva nunca deberemos ejercer una presión desmedida sobre el músculo afectado, ya que esto podría provocar el resultado contrario, acentuándose la rotura de las microfibras musculares. Por ello, los masajes deberán ser suaves para que estos nos sirvan, esencialmente, como pura estimulación de la circulación sanguínea para acelerar la recuperación, contribuyendo así al alivio de los síntomas. Puedes usar también alguna crema antiinflamatoria o un gel frío.
- Tratamiento de contraste. Se puede alternar la aplicación de un gel frío y calor para suavizar el dolor, igual que se hace en el caso de algunas lesiones musculares. Puedes usar hielo o compresas frías y baños de agua caliente e ir alternándolos.
- Escucha a tu cuerpo. Si el dolor es fuerte e incluso te impide o hace que te cueste realizar tareas cotidianas como levantarte de la silla, lo mejor es descansar unos días y hacer que los músculos se recuperen para volver a entrenar como siempre.
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