El amor es un sentimiento que todos vivimos en algún momento de nuestra existencia. El amor a un familiar, a un amigo o a una pareja nos hace sentir mejor, más llenos y más felices. Muchas veces puede confundirse con un sentimiento de cariño que nada tiene que ver con la búsqueda del amor verdadero si hablamos de una relación de pareja.
Según el diccionario de la RAE, amor es un sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser. Es además un sentimiento hacia otra persona que naturalmente nos atrae y que, procurando reciprocidad en el deseo de unión, nos completa, alegra y da energía para convivir, comunicarnos y crear.
Lo primero que debemos saber es que amar no es sentir química por otra persona. Significa mucho más y va mucho más lejos de una atracción física. Cuando hablamos de amor de pareja (hay distintos tipos: el familiar, el de amistad) hablamos también de palabras que deben ir de la mano como son el respeto, la honestidad y la libertad. Cuando amas a alguien debes sentirte libre y que la otra persona también lo sea y se sienta así. Se debe expresar de manera afectiva y emocional.
El amor significa también preocuparse por la otra persona, que te importe dejándole su espacio cuando lo necesite, sin agobiar ni poner límites a esa otra persona. Es un sentimiento que implica complicidad, pero también compromiso y querer que la otra persona esté bien y se sienta cómoda en todo momento durante la relación de pareja. Amar es también acompañar al otro en los buenos y en los malos momentos, respetar sus decisiones y apoyarlo en lo que quiera hacer.
Qué no es el amor
El amor no es absorbente ni agobia. Deja al otro tiempo y espacio para tener un vínculo sano y feliz. No resta sino que suma. Una relación que no deja libertad al otro para relacionarse con otras personas se convierte en algo tóxico y empobrece sin duda la relación de pareja. El amor no es hacer siempre todo juntos sino que hay que tener tiempo para disfrutar con otros amigos e incluso para tener intereses distintos en algún momento. Los espacios personales de cada miembro de la pareja deben ser algo ‘sagrado’, algo que significa que respetamos al otro y le damos plena libertad.
Según John Gottman, psicólogo estadounidense cuyo trabajo se centra en la predicción del divorcio y la estabilidad marital a través del análisis de relaciones y que desarrolló un laboratorio del amor en la Universidad de Washington, el secreto de las relaciones estables reside en saber cuidar esos ‘enemigos’ que pueden boicotear un vínculo emocional, entre los que se encuentran el desprecio, la falta de respeto o la falta de compromiso.
Amor verdadero: cómo identificarlo
No existe una guía matemática para identificar el amor verdadero, pero es cierto que si en nuestra relación de pareja existen estas bases es muy posible que ese amor sea para toda la vida. Según el psicólogo Robert Jeffrey Sternberg y su 'Teoría triangular del amor', hay tres componentes que son la intimidad (sentimiento de unión y vínculo), el compromiso (acciones que llevan a que el amor sea duradero en el tiempo) y la pasión (esa energía que nos hace sentirnos atraídos por la otra persona).
Cada persona ama de una manera y siente de la forma que sabe. Hay personas que se pasan toda su vida buscando el amor y otras que lo encuentran a la primera, esto no significa que se ame mejor o peor, que se sienta más o menos o que uno sea más o menos amado.
Si nos detenemos en explicar cómo ha de ser el amor para ser verdadero, aquí tienes algunas claves:
- El amor como base. En una relación siempre van a surgir conflictos y dificultades, eso es la vida. No existe una relación perfecta sino que las relaciones van evolucionando y superando posibles baches con una base muy sólida que tiene el amor como principal ingrediente. Una pareja es como un equipo en la que ambos reman en el mismo sentido, se dan aliento cuando el otro decae y se apoyan en los momentos más complicados. Superar las dificultades juntos es un signo de es de verdad.
- Confianza. Es otra de las bases del amor verdadero. Cuando confiamos en el otro vivimos más tranquilos, hay comunicación y respeto y los dos miembros son libres para actuar siempre que al otro no le haga daño. La comprensión es fundamental también en este punto, saber entender al otro y sentir empatía. Y por supuesto, en una relación de amor verdadero no hay lugar para los celos de ningún tipo porque se confía en la otra persona y te alegras por los logros del otro.
- Respeto. Es una palabra que muchas veces se usa a la ligera. Respetar significa apoyar y formar parte de la vida de la otra persona dejándole libertad para pensar, sentir o actuar. Ese respeto, por supuesto, debe ser siempre mutuo. Los límites los pondrá cada pareja según sus valores pero siempre partiendo de esa confianza mutua.
- Compromiso. Cuando amamos a otra persona nos comprometemos con ella. Como siempre decimos, cada pareja es un mundo y cada pareja tiene sus propias reglas, pero el compromiso es un indicio de que el amor puede ser de verdad. Comprometerse no significa estar atado a la otra persona, comprometerse es apoyar, acompañar y empatizar con nuestra pareja. Ser su compañero de vida y su hombro sobre el que sostenerse cuando haya dificultades.
- Las parejas más felices saben cómo hacer frente a los conflictos, aliviar el estrés que pueda surgir en la relación, se sabe reaccionar a los cambios con flexibilidad y dinamismo y, muy importante, saben bien cómo perdonar y dar nuevas oportunidades. Esto no significa que haya que hacer siempre borrón y cuenta nueva, pero sí que para avanzar hay que perdonar (tal vez este perdón no quiere decir que la relación continúe).
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