La astenia primaveral ya está aquí junto con los días más largos, la subida de temperaturas y las conocidas alergias. Los días van cambiando, despedimos poco a poco los abrigos gruesos y damos paso a más días de sol y renacer de las flores. Para muchos, la primavera es una estación llena de alegría y transformación, tanto de actitud como de salud; sin embargo, a veces llega con la famosa astenia primaveral.
Pero, ¿en qué consiste la astenia primaveral? Si bien la Organización Mundial de la Salud (OMS) no la recoge como una enfermedad, quienes manifiestan tener astenia primaveral experimentan algunas alteraciones, como fatiga, debilidad, ausencia de apetito (incluso sexual), trastornos en el ritmo de sueño, dificultad para concentrarse y, dentro de todo, una falta integral de energía.
Aunque las causas que provocan astenia primaveral no están claras, se cree que este síndrome está relacionado con la dificultad de algunos organismos a adaptarse a los cambios climáticos que trae la nueva estación. La elevación de la temperatura y la presión atmosférica, el aumento de horas de luz, son factores que pueden alterar el ritmo de nuestro reloj biológico hipotalámico e influir en nuestra producción hormonal, lo que a su vez puede afectar a nuestro estado anímico y vitalidad.
Existen otros dos tipos de astenia (que no son la meramente primaveral) y que sí son consideradas como un asunto médico: la astenia funcional, que está vinculada a estados alterados como depresión, estrés o ansiedad, y la astenia orgánica, relacionada con patologías o enfermedades orgánicas, tales como la anemia, los problemas del corazón, el hipotiroidismo o las infecciones, entre muchas otras. Con estos términos claros, es fácil llegar a la conclusión de que la astenia primaveral es un estado pasajero y subjetivo de cansancio, tanto físico como mental, que se instaura al inicio de la primavera y que suele desaparecer con el paso de los días y, sobre todo, con la llegada del verano.
Causas de la astenia primaveral
La astenia primaveral es un fenómeno que afecta a una gran parte de la población y es más que una simple transición de estaciones. Si bien no hay una única causa identificada para esta falta de energía, los expertos de Ringana, marca austriaca de nutricosmética vegana y sostenible, destacan algunos factores que pueden causar esta sensación:
-Cambio en la luz solar. ¿Acaso no deberíamos recargar energía gracias a los días más largos con el cambio de hora? No necesariamente. El número creciente de horas de luz diurna en la primavera nos origina una paradoja. En una primera fase, el cuerpo reacciona con sensibilidad al cambio de luz, afectando al sueño y a la calidad de nuestro descanso.
En invierno, el cuerpo se adapta a la oscuridad, produciendo una mayor cantidad de melatonina, la hormona que nos hace sentir cansancio. Cuando los días se alargan repentinamente, este cambio puede afectar el cuerpo y causar cansancio hasta que haya adaptado su ritmo a las nuevas condiciones que trae consigo la primavera. Es durante este período de transición que aparece la astenia primaveral.
-Cambios de temperatura. Los cambios de temperatura tan típicos de la primavera suponen una carga adicional para el cuerpo. Durante este período, alternamos continuamente el calor de los espacios interiores con el aire exterior a menudo mucho más fresco, combinado a veces con días de sol calurosos. Este cambio constante supone un desafío en la regulación térmica del organismo, exigiendo mucha energía durante la fase de adaptación a la primavera. Esto hace que nos sintamos cansados y apáticos hasta recuperar nuestro equilibrio interior.
-Desequilibrio hormonal. Además de la adaptación de melatonina, la hormona del sueño, durante la primavera también se produce una modificación en la secreción de serotonina: la hormona de la felicidad. Aunque a primera vista pueda parecer que un plus de rayos solares debería incidir positivamente en nuestro estado de ánimo, el cambio rápido del nivel de serotonina, pasando de un nivel inferior a un nivel más alto, puede causar en primera instancia un desequilibrio hormonal. Esta fase provoca que nos sintamos abatidos y desmotivados, contrariamente al chute de energía que esperaríamos con la llegada de la primavera.
Cómo combatir la astenia primaveral
Aunque los síntomas nos hacen muchas veces estar más apagados y con pocas ganas de nada, la astenia primaveral también se puede combatir de una manera efectiva y natural. Un punto fundamental para acelerar nuestra recuperación consiste en apoyarnos de hábitos de alimentación saludable y los expertos de Solgar®, marca complementos alimenticios, nos dan algunos tips para hacerle frente:
-Cuida tu alimentación. Desde seguir un horario regular de comidas hasta variar los ingredientes que incluimos en nuestra alimentación diaria, todo ayuda. Son muy recomendables los cereales, las legumbres, las frutas y verduras de temporada, como la espinaca, las alcachofas, los espárragos y las fresas. Evita las grasas saturadas y alimentos hipercalóricos; cámbialos por alimentos ricos en ácidos grasos omega-3, como el pescado y el aguacate.
También puedes elegir suplementos que anticipen los efectos de la astenia primaveral. Si quieres sumar un plus a tu alimentación para mantener tus niveles de energía, elige suplementos que contribuyan al mantenimiento de tu metabolismo energético.
-Controla tu consumo de cafeína. Por más que consideremos a la cafeína como el plus de energía que necesitamos y estemos tentados de aumentar su consumo, es conveniente controlar el consumo de café u otras bebidas estimulantes, a la vez que debemos asegurar una ingesta adecuada de agua. Prueba por cambiar alguno de tus cafés diarios por zumos naturales recién exprimidos, infusiones relajantes como manzanilla, menta o poleo.
-Haz ejercicio. Realiza actividades que vayan a la par de tu estado de ánimo y nivel de energía, desde caminatas, montar en bicicleta con amigos o practicar yoga, todo vale cuando queremos mantener el cuerpo en constante movimiento. Esto te ayudará a liberar endorfinas de forma natural, elevar tu ánimo y resistencia al estrés.
-Respeta tus horarios de sueño. Aléjate del móvil antes de acostarte y cámbialo por un libro. Es importante dormir como mínimo siete horas al día para darle al cuerpo el descanso merecido. También recomiendan cenar ligero para que el sueño llegue con más facilidad a nuestro organismo.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación