Millones de desayunos a lo largo y ancho del mundo comienzan con una rutina en torno a una taza de café. Algunos apuestan por él como costumbre, otros lo hacen como refugio para despabilarse por el concurso de la cafeína y otros, de los que posiblemente conocerás a algunos, recurran a él por las ventajas gastrointestinales que su consumo a primera hora de la mañana implica.
No es una sorpresa y es que nuestro protagonista se convierte, según un estudio desarrollado por varias instituciones españolas en las que se encuentran el Instituto de Investigación en Ciencias de la Alimentación (CIAL) (CSIC-UAM), además de la Universidad Rey Juan Carlos, en un espléndido promotor del movimiento intestina, sumado a las ya conocidas virtudes como antioxidante, para la piel, protector de la salud cardiovascular e incluso para ralentizar la aparición de la enfermedad de Parkinson, se suman otra serie de ventajas que tienen que ver con el tracto digestivo.
El estudio a la vez se sorprende por un hecho: la ausencia de abundante literatura médica, incluso cuando hablamos del cerebro, en torno a los efectos que tiene en el sistema digestivo, más aún cuando es la primera toma de contacto de nuestro cuerpo con el café y sus potenciales ventajas.
De hecho, no son pocas las dietas que lo convocan como producto milagro para adelgazar, aunque esto deba cogerse con ciertas pinzas porque por sí solas no tienen visos de funcionar, pero al golfista Phil Mickelson sí le fue bien.
Eso no niega que haya algún estudio que prueba que su consumo sirva para acelerar nuestro metabolismo e incluso para aumentar la presencia natural de bacterias como las Bifidobacterium, a las que ponemos 'cara' por estar presentes en numerosos yogures.
Lo que sí es cierto y por eso es posible que tomarlo acelere tus ganas de ir al baño cuando lo consumes a primera hora de la mañana -independientemente del mito del tabaco matutino, que no tiene ningún fundamento-, es que actúa como agilizador de la función colónica, según este estudio de la Universidad de Utrecht, en Países Bajos.
Es lo que se denominada reflejo gastrocólico, sucediéndose de desigual manera en unas personas u otras, algunas necesitando apenas 10 minutos desde la ingestión hasta otras que puedan necesitar más de 45, pero por qué se produce esta reacción, amén de no aconsejarse su consumo en ayunas.
Una reacción en cadena con el café
El responsable de que estas urgencias matutinas se sucedan no es la temperatura, ni la cafeína -de hecho, no importaría que tomases descafeinado-, sino que hay que echarle las culpas (o darle las gracias) al ácido clorogénico, un ácido naturalmente presentes en café verde y en el tostado -responsable también de su acidez habitual-.
Esto, además de estimular al colón, también aumenta la secreción de ácidos gástricos, así como sus niveles de acidez -por lo que las personas con reflujo esofágico o con colón irritable son particularmente sensibles a su acidez, donde no se recomendaría su consumo-, dinamizando la excreción, más aún cuando llevamos varias horas de digestión nocturna.
Por así decirlo, actuaría como un impulsor natural una vez que nuestra cena ha sido convenientemente digerida mientras dormíamos. Aunque, evidentemente, no hace milagros y por eso también debemos evitar cenas especialmente copiosas, o ciertos alimentos que torpedean la conciliación del sueño.
Fuera de la nocturnidad y en personas con una salud gastrointestinal correcta, el café, según se desprende de una publicación de la Universidad Rey Juan Carlos, citando a los investigadores del estudio, aporta ciertas ventajas: "En el intestino pueden favorecer la motilidad y proteger la mucosa y en el cerebro pueden mejorar el apetito y disminuir el riesgo de diferentes enfermedades neurológicas y trastornos mentales", explican.
Junto a ello, conviene mencionar que, a pesar de una hipotética mala fama en cuanto a proteger nuestro bienestar digestivo -sobre todo asociado a acidez, ardor y reflujo-, puede implicar su consumo otras ventajas. Es el caso de sus posibles beneficios al estimular la secreción de bilis, impidiendo o ralentizando así la aparición de cólicos y cálculos en la vesícula biliar, incluso, según sugiere un estudio del Instituto Karolinska de Estocolmo (Suecia) la de la prevención del cáncer de vesícula.
Café y solo café
Si estás planteándote recurrir al él para dinamizar a tu colón y que la visita al baño se haga inexcusable a primera hora de la mañana debes tener en cuenta varias cosas. La primera es que será igual de efectivo que apuestes por café con cafeína o por descafeinado, porque ambos cumplen con este cometido a la hora de presentar al ácido clorogénico.
Lo que sí cambia es si decidimos hacer partícipe a la leche, debemos saber que limitará los efectos potenciales del café solo, ya que ralentiza la excreción de los citados ácidos, según un prueba un estudio de la Universidad Federal de Rio de Janeiro (Brasil).
En el mismo sentido, apostar por otros productos ricos en cafeína no supondrá ningún chute de ácido clorogénico, así que sería irrelevante que recurramos a bebidas estimulantes para intentar promover un mayor movimiento colónico porque el efecto no será el mismo.
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