El cambio de hora está a punto de suceder. El sábado 30 de marzo a las dos de la madrugada habrá que adelantar el reloj y a las dos serán las tres. Con este cambio horario vemos más cerca la temporada estival, nos apetece más pasar tiempo al aire libre e incluso nuestras relaciones sociales mejorar y se fortalecen con los días con más luz.
Con el comienzo del verano tiene lugar un acontecimiento que transforma la esencia de los días: el alargamiento de los días. Según datos del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), cada hogar ahorra seis euros al año en electricidad gracias al cambio de horario. Según sus cálculos, esto supondría un ahorro de 90 millones de euros al año en conjunto. Pero aparte del beneficio económico que puede tener el cambio de hora, se trata de un evento que puede tener diversas implicaciones y efectos que abarcan desde aspectos naturales y medioambientales hasta consecuencias en la salud y el estilo de vida.
“El alargamiento de los días con el cambio de hora no solo proporciona más luz natural, sino que también aumenta notablemente el estado anímico de las personas. La exposición prolongada a la luz solar influye en la producción de neurotransmisores como la serotonina y la melatonina, vinculados al bienestar emocional y la calidad del sueño. Además, este fenómeno fomenta la liberación de endorfinas, generando sensaciones de placer y reduciendo el estrés. Por lo tanto, aprovechar conscientemente este periodo trae consigo un impacto positivo y duradero para la salud mental”, explica Diana Camín, psicóloga de BluaU de Sanitas.
Cambio de hora, cambio de actividades
Con el cambio de hora estival, seguro que a tu mente vienen momentos divertidos y al aire libre en compañía de amigos o familiares. En invierno tendemos a ‘encerrarnos’ más en casa, a disfrutar de las tardes en el sofá con una mantita y viendo una película, pero con la llegada (o la proximidad) del verano, las horas de luz que se amplían y las buenas temperaturas, nos apetece más salir, relacionarnos y estar con otras personas.
La psicóloga Diana Camín nos da unas cuantas ideas de actividades para aprovechar el alargamiento de los días y mejorar así el estado anímico:
-Caminatas conscientes. Conectar con el aquí y el ahora, centrando nuestra atención en lo que nos rodea y no en nuestros pensamientos. Estas caminatas permiten reflexionar sobre aspectos positivos de la vida mientras se disfruta de la naturaleza. La combinación de ejercicio, luz y prácticas de agradecimiento incentiva un enfoque positivo al mismo tiempo que mitiga la ansiedad.
-Meditación al aire libre al amanecer. Comenzar el día de esta manera brinda un inicio tranquilo y positivo. La luz suave del amanecer proporciona un ambiente sereno, perfeccionando la concentración y disminuyendo el estrés. También puedes hacerlo al atardecer y si tienes la suerte de estar cerca del mar, será un momento de relajación total y de conexión con el aquí y ahora.
-Proyecto de jardinería sostenible. Es una actividad terapéutica que impulsa la conexión con la naturaleza. Para ello, se utilizan prácticas ecológicas y técnicas de cultivo responsables que, mediante la interacción con plantas y flores, impulsan el estado anímico.
-Sesiones de arte en el exterior. Ya sea pintura, dibujo o cualquier forma de expresión artística. Estas acciones posibilitan una salida creativa y emocionalmente enriquecedora. La luz natural favorece la percepción de colores y detalles, acrecentando la experiencia artística y contribuyendo al bienestar emocional.
-Días de playa responsables. Pasar días en la playa aprovechando las horas de luz ofrece oportunidades para actividades sostenibles como por ejemplo organizar limpiezas del entorno o participar en deportes acuáticos de bajo impacto, como el paddleboarding. De esta manera, se contagia una sensación de calma del mismo modo que se promueve la conservación de los entornos costeros.
-Ritual de desconexión tecnológica en la naturaleza. Este periodo sin pantallas, ni móviles, ni tablets ni televisión, desarrolla la relajación y alivia la conexión con el entorno. Además, la práctica sostenible está en sintonía con reducir la huella digital y estimula un equilibrio saludable entre la tecnología y la vida al aire libre.
Beneficios del cambio de hora
-Vitamina D natural. Al adelantar la hora durante el verano con el cambio de hora, se maximiza el tiempo de luz natural durante las horas de vigilia. La exposición a la luz solar es crucial para regular el ritmo circadiano del cuerpo, lo que puede mejorar la calidad del sueño y el estado de ánimo. La luz solar también es una importante fuente de vitamina D, que es esencial para la salud ósea y el sistema inmunológico.
-Estarás de mejor humor. La exposición a la luz solar está asociada con la liberación de neurotransmisores como la serotonina, que pueden mejorar el estado de ánimo y reducir el riesgo de trastornos del estado de ánimo, como la depresión estacional. El horario de verano puede ayudar a las personas a sentirse más enérgicas y positivas debido a la mayor exposición a la luz natural.
-Te apetecerá hacer más ejercicio. Con más horas de luz durante la tarde y la noche, las personas tienen más oportunidades para participar en actividades al aire libre, como caminar, correr, andar en bicicleta o practicar ejercicio físico. El aumento de la actividad física puede tener numerosos beneficios para la salud, incluida la reducción del riesgo de obesidad, enfermedades cardíacas, diabetes y depresión.
-Menos trastornos del sueño. Aunque el cambio de hora puede provocar trastornos del sueño a corto plazo debido a la alteración de los ritmos circadianos, algunos estudios sugieren que el horario de verano puede tener beneficios a largo plazo para la calidad del sueño. La exposición a la luz natural durante las horas de vigilia y la oscuridad durante la noche puede ayudar a regular el ciclo de sueño-vigilia y mejorar la calidad del sueño.
-Reducción del estrés. Pasar tiempo al aire libre y disfrutar de actividades recreativas durante las horas de luz prolongadas puede ayudar a reducir el estrés y promover el bienestar emocional y mental. El contacto con la naturaleza y la práctica de actividades relajantes pueden tener efectos positivos en la salud mental y la gestión del estrés.
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