Agustín López tenía exactamente 50 años cuando le diagnosticaron uno de los cánceres más abrasivos de estómago. Tenía vómitos, reflujo, acidez, algunos dolores, indigestiones de vez en cuando y perdía el apetito continuamente. Tras hacerse unos análisis y las correspondientes pruebas médicas (gastroscopia, colonoscopia...), el médico digestivo le dio la terrible noticia y en apenas unos días le ingresaron para extirpárselo.
"Fue una temporada muy dura. Cuando te dan la noticia no te lo puedes creer porque nunca piensas que te puede tocar a ti, pero sucede. Además fue un shock que todo fuera tan rápido cuando se dieron cuenta de lo que era. Una vez me operaron, aquella noche tuvieron que volverme a realizar una cirugía porque el bazo se había roto (también lo extirparon) y me estaba desangrando por dentro. Pensé que no salía de aquella", explica en declaraciones a Vozpópuli.
El equipo de especialistas tomó la decisión de quitar el estómago entero y hacer una curva entre el esófago y el intestino para que hiciera la función del órgano, pero evidentemente existen muchas carencias. Una persona que no tiene esta parte del cuerpo tampoco tiene bilis y la descomposición de los alimentos es diferente a la de alguien con estómago.
Cáncer de estómago
Según la Sociedad Americana contra el Cáncer, aproximadamente 1 de cada 111 adultos desarrollarán esta enfermedad gástrica en algún momento de su vida. Además, la Federación Española del Aparato Digestivo (FEAD) revela en profundidad en su web que esta neoplasia es dos veces más frecuente en varones y que tiene una incidencia anual de cerca de 7.865 casos en nuestro país.
Uno de los mayores peligros del cáncer gástrico es que en la mayoría de los casos no produce síntomas y cuando aparecen son poco específicos, tanto que el diagnóstico se realiza en etapas avanzadas o llega como consecuencia de pruebas relacionadas con otras enfermedades. Por eso, el control de los factores de riesgo como tratamiento de la infección por Helicobacter pylori, evitar una dieta rica en sal y no fumar ni consumir alcohol son fundamentales para reducir su prevalencia.
La vida te cambia totalmente porque estás limitado físicamente hablando
Además, existen diversos factores implicados en la aparición de esta afección. Por ejemplo, los nutricionales (si llevamos una alimentación baja en frutas y verduras frescas y rica en grasas saturadas), los ambientales (resultado de una mala preparación de la comida o de su mala refrigeración, el tabaquismo y en el hecho de padecer ya ciertas enfermedades benignas o premalignas (la cirugía gástrica previa, la gastritis crónica atrófica, la anemia perniciosa o los pólipos gástricos).
"Nunca he fumado, mi dieta siempre ha sido muy variada y de vez en cuando salía con la bici para hacer deporte. Al final, aunque haya factores de riesgo, esto es una lotería. Una vez me operaron, el postoperatorio fue largo y difícil porque me dieron seis sesiones de quimioterapia y 30 de radioterapia. Tuve molestias y muchos gases durante meses", asegura Agustín López.
¿Cómo se vive sin estómago?
El guadalajareño, que adelgazó 25 kilos en el proceso, asegura a Vozpópuli que tras su recuperación hace casi una vida totalmente normal, aunque no puede hacer sobresfuerzos. "Tras la operación me prejubilaron porque en mi trabajo manipulaba mucho peso y es verdad que no tengo la misma fuerza que antes. La vida te cambia totalmente porque estás limitado físicamente hablando, pero en general estoy bien. Aun así, mi día a día es bastante normal aunque mis hábitos de alimentación han cambiado. Si antes hacía tres comidas al día, ahora hago muchas ingestas, pero tomo menores cantidades", explica.
Nunca he fumado, mi dieta siempre ha sido muy variada y de vez en cuando salía con la bici para hacer deporte
"Hay algunos alimentos que me sientan bien y otros que no, por lo que voy probando. En el caso de que haya algo que no me caiga bien en esa curva entre el intestino y el esófago lo elimino de mi dieta. Además, intento reposar tras cada comida para no sentirme muy revuelto después. Hace ya trece años que me extirparon el estómago y jamás hubiera pensado que se puede vivir tan bien sin él", concluye.
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