Células zombis es el nombre que reciben estos átomos que están por todo nuestro organismo -desde el cerebro hasta el hígado- y trabajan liberando moléculas nocivas que degradan los tejidos afectando la cognición, aumentando nuestra fragilidad y debilitando el sistema inmune. Y además, su número aumenta a medida que envejecemos.
Con la edad, las células pueden experimentar 'senescencia', que es un estado en el que nuestras células dejan de crecer y de dividirse pero se resisten a morir y continúan lanzando una combinación perjudicial de señales biológicas nocivas. Esto no es un problema cuando una persona es joven, ya que su sistema inmune puede eliminar las células senescentes sin aparente complicación. Aún así, muchas logran persistir contribuyendo a problemas de salud y enfermedades asociadas con la edad.
Las enfermedades, las lesiones y otros factores de estrés dañan las células de todo nuestro cuerpo, por lo que el llevar una vida sana y buenos hábitos desde joven harán que esta problemática sea más difícil que nos afecte.
Idealmente, nuestro sistema inmune elimina las células dañadas mediante un proceso llamado apoptosis.
Pero a medida que envejecemos, nuestro organismo ya no es tan eficaz para eliminar células disfuncionales, y esto puede contribuir a un sistema inmune debilitado y otros procesos biológicos menos eficientes.
Recientemente, en un estudio publicado en octubre de 2023 en la revista Aging Cell, los investigadores de la Clínica Mayo en Rochester, Minnesota, analizaron las células senescentes para explicar el envejecimiento a nivel celular.
Alerta con los biomarcadores senescentes
En el estudio participaron 1.923 personas de 65 años o más, entre las cuales 68% no tenía afecciones crónicas y un 32% tenía una afección, como artritis, colesterol alto y antecedentes de cáncer.
Los investigadores descubrieron que quienes tenían niveles altos de biomarcadores senescentes (moléculas en la sangre con signos de senescencia), estaban asociados con un riesgo mayor de muerte. Aunque no necesariamente implique que estemos en una situación catastrofista, sino que simplemente deberemos estar más alerta ante infecciones y posibles enfermedades.
Los investigadores creen que estos biomarcadores podrían llegar a utilizarse en la práctica clínica como herramientas para encontrar a personas en riesgo de enfermedades. A mayores, ya se está investigando cómo los factores del estilo de vida (dieta, actividad física y medicamentos) pueden ayudar a eliminar las células senescentes.
Los senolíticos: un posible aliado
Otros estudios nos hablan también de que una combinación de dos compuestos -desdatinib y quercetina- podía matar células senescentes en ratones ancianos.
Después de suministrar los compuestos a los ratones estos se volvieron menos frágiles, aumentaron su resistencia al correr y sus corazones se vieron rejuvenecidos. El descubrimiento condujo a una nueva área de la medicina llamada senolítica.
Aún así, no es para estar celebrando ya, pues se considera que el estudio de los agentes senolíticos -la mayoría de los cuales son compuestos anticancerígenos que han sido reconvertidos- aún está en una etapa preliminar.
Los investigadores subrayan que todavía queda un largo camino que recorrer (quizás más de diez años) para lograr que esos fármacos puedan usarse con seguridad en humanos. Y todavía quedan muchas preguntas que los científicos no han logrado responder.
Los senolíticos van a matar células, advierten los científicos, y todavía no se conocen cuáles son las consecuencias biológicas y fisiológicas de eliminar células que no van a ser reemplazadas.
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